Niña de 8 años muere aplastada por puerta automática ante la indiferencia de varios

La pesada puerta le aplastó la columna vertebral y murió de asfixia y hemorragia interna. Varias personas la vieron y no hicieron nada por ayudarla

Puerta eléctrica

Una niña murió aplastada por una puerta eléctrica. Crédito: PHILIPPE DESMAZES | Getty Images

Una niña de 8 años murió aplastada por una puerta automática de una fábrica en Grecia, en medio de una larga agonía pues pasó más de una hora atrapada ante la indiferencia de varias personas que no hicieron nada por ayudarla.

La menor, de nombre Olga, quedó entre la puerta de metal y la pared durante un total de setenta minutos.

La pesada puerta le aplastó la columna vertebral y murió de asfixia y hemorragia interna. Y de acuerdo con el informe del forense, la niña tuvo una muerte lenta y tortuosa.

El hecho, que ha causado conmoción en toda Grecia, ocurrió el pasado 17 de noviembre, pero es hasta ahora que la cadena de televisión griega Star TV dio a conocer las imágenes.

Incluso la presentadora del programa no pudo evitar llorar al mostrar la grabación de las cámaras de seguridad de la fábrica ubicada en la localidad de Keratsini.

En el video se ve cómo varios trabajadores de la fábrica ven con indiferencia el sufrimiento de la menor. En las imágenes se aprecia cómo un hombre se acerca a la niña mientras habla por teléfono y la golpea con el pie para comprobar si está viva o muerta.

Tras conocerse el hecho, el trabajador de la fábrica que operaba la puerta mecánica fue detenido por la policía por negligencia, también la madre y abuela de la pequeña por “descuidar a un menor” (la fábrica estaba a dos kilómetros de su casa), aunque posteriormente las mujeres salieron libres.

El director de la fábrica y un camionero que abrió y cerró la puerta que atrapó y golpeó a la niña por segunda vez también fueron interrogados.

Se cree que al menos seis o siete personas que pasaron por ahí, vieron a Olga atrapada y no hicieron nada por rescatarla.

De acuerdo con medios locales, la familia de Olga, que es de origen gitano, plantea dudas sobre si hubo un motivo racista detrás de la inacción de los trabajadores.

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