Colesterol alto: los 5 hábitos alimenticios que lo detonan
No es solo una predisposición genética al colesterol alto lo que aumenta el riesgo; nuestros hábitos alimenticios pueden tener un impacto importante en los niveles de colesterol, tanto para bien como para mal. De acuerdo con expertos en medicina estos son los 5 hábitos alimenticios que necesitarás eliminar de tu rutina diaria para proteger tu salud cardiovascular
A estas alturas todos sabemos que el colesterol alto es un factor de riesgo importante en las enfermedades cardíacas: la causa más común de muerte en los EE.UU., además de los accidentes cerebrovasculares que se consideran la cuarta causa principal de muerte en la nación entre los adultos. Además, los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) no mienten: por desgracia, aproximadamente 93 millones de adultos estadounidenses tienen colesterol alto. Los expertos señalan que la parte más aterradora del colesterol alto es que no presenta síntomas, por lo que muchas personas suelen enterarse hasta que se realizan un análisis de sangre. Es por ello que una de las principales medidas preventivas es realizar ajustes en el estilo de vida y los hábitos alimenticios. La realidad es que en muchas ocasiones no somos conscientes del impacto que tienen nuestras decisiones diarias, es por ello que seleccionamos las 5 peores costumbres alimenticias y que de acuerdo con los expertos son detonantes activos del colesterol alto.
Los 5 peores hábitos alimenticios que elevan el colesterol:
1. No comer suficiente fibra
Todos sabemos que la fibra es uno de los nutrientes más importantes para la salud digestiva, además de influir significativamente en un peso corporal saludable y por si fuera poco es determinante en la salud cardiovascular. De hecho diversos estudios científicos han confirmado que una dieta baja en alimentos ricos en fibra, a largo plazo se relaciona con los altos niveles de colesterol. De manera particular, la fibra que se encuentra en alimentos de origen vegetal como cereales integrales, frutas, verduras, frutos secos, semillas y legumbres se asocia con una reducción del colesterol LDL, que se considera colesterol malo porque tiende a promover la inflamación y la acumulación de placa en las arterias. Además, la fibra soluble que se encuentra en alimentos como la avena, las manzanas, la linaza y las legumbres, es especialmente benéfica para reducir el colesterol malo.
2. Un alto consumo de carbohidratos refinados
No es ningún secreto hablar sobre las graves consecuencias de un alto consumo de alimentos procesados, los cuales suelen distinguirse no solo por su alto valor calórico: son ricos en carbohidratos refinados, sodio, azúcares añadidos y todo tipo de conservadores. Entre los más preocupantes que influyen directamente en el colesterol alto y la salud cardiovascular, se encuentran los refrescos, el pan blanco y el consumo de todo tipo de carbohidratos refinados. De hecho, diversos estudios han encontrado que cuando las grasas saturadas se reemplazan con carbohidratos refinados como el azúcar, las proporciones de colesterol tienden a empeorar, lo que significa que el colesterol bueno baja y el malo sube. Por el contrario se recomienda el consumo de carbohidratos complejos, como los que se encuentran en los cereales integrales, las legumbres, las semillas, la fruta y las verduras.
3. Seguir una dieta rica en productos de origen animal
Hoy en día las dietas bajas en carbohidratos y altas en grasas, se han vuelto una tendencia de lo más popular. Sin embargo, de acuerdo con los expertos a la larga, esta forma de comer puede tener algunos efectos secundarios desfavorables en lo que respecta al colesterol. Seguir una dieta cetogénica que está mal planificada o si constantemente se tiene hambre como resultado de una menor ingesta de carbohidratos, puede llevar a un alto consumo de grasas. Y el problema viene cuando se trata de grasas saturadas, las cuales es bien sabido aumentan el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares. Además, en general un alto consumo de productos de origen animal como es el caso de carnes rojas y procesadas se ha relacionado durante años con un mayor riesgo de afecciones cardiovasculares.
4. Cocinar las comidas cotidianas con mantequilla
Seamos honestos, la mantequilla es deliciosa y añade un sabor inigualable en ciertos platillos. Y en ocasiones especiales, está bien disfrutarla con mesura. Sin embargo, utilizarla de manera cotidiana como grasa para cocinar por ejemplo: en verduras al vapor o para cocinar ciertas proteínas como un bistec, pollo o una lonja de salmón, es un detonante de los altos niveles de colesterol. La mejor recomendación es apostar por el uso de aceites vegetales para cocinar, tal es el caso del maravilloso aceite de oliva extra virgen, el aceite de aguacate o el aceite de cártamo, que puede reducir significativamente el colesterol total y LDL. Además, de ser grasas saludables ricas en omega-3 que tienen propiedades cardioprotectoras.
5. Seguir una dieta rica en grasas trans
La pautas para la industria alimenticia cada día son más estrictas y por fortuna recientemente se requirió que los fabricantes de alimentos eliminen las grasas trans de sus recetas. Sin embargo, este tipo de grasas tan dañinas para el organismo siguen presentes en la dieta, de hecho todavía se usan en alguno restaurantes para freír alimentos, y consumirlas puede hacer que los niveles de colesterol malo se disparen. Las grasas trans se encuentran en ‘aceites parcialmente hidrogenados’ y la realidad es que son veneno puro para la salud cardiovascular. La razón principal es que suelen alojarse en las arterias y con ello no solo aumentan el colesterol, son causa de diversas afecciones cardiovasculares.
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