Los vientos de la inflación de 7% pegan más fuerte en los bolsillos de las familias de clase trabajadora de la ciudad de Nueva York

Además de la variable sostenida del alza de los precios de los productos y servicios básicos, las familias enfrentan el duro peso de una escalada en los precios de la renta más altos de todo el país

La salvadoreña María Orellano muestra cómo se ha triplicado el costo de su cesta alimenticia

La salvadoreña María Orellano muestra cómo se ha triplicado el costo de su cesta alimenticia Crédito: Fernando Martínez | Impremedia

¡Dos aguacates en cinco dólares! Fue la reacción inmediata de la salvadoreña María Orellana, mientras este viernes hacía compras de vegetales y verduras en un supermercado del Alto Manhattan. La misma exclamación se repite como un eco, en cualquier rincón de la Gran Manzana, en donde el peso de la escalada inflacionaria de los productos básicos se afinca con mucha fuerza en la clase trabajadora.

Con 30 años viviendo en la ciudad de Nueva York, María no tiene referencias de un momento en el cual los precios de productos se dispararan, “casi al doble y al triple”, en cuestión de días.

“Yo todo esto que compré hoy, que es comida para pocos días, hace unos meses me costaba por lo menos 100 dólares máximo. Ahora acabo de pagar $375”, dijo la trabajadora mientras mostraba escandalizada el recibo de la compra.

La inmigrante centroamericana está poco familiarizada con explicaciones financieras y económicas, pero sí maneja perfectamente como ama de casa, que lo que ganaba como salario a mediados del año pasado, se “diluye” ahora como agua entre las manos.

“Si los precios siguen subiendo así, no sé qué pasará con quienes dependemos del mismo ingreso. Dos aguacates no pasaban de un dólar. Ahora si los quieres, debes pagar cinco. Y además te lo ofrecen como una oferta. Es decir, que estarán pronto más caros”.

Lo que María siente en sus bolsillos y evidencia en carros de compras “cada vez más vacíos”, se asocia con un dato económico oficial, confirmado esta semana, que explica la preocupación ascendente de los consumidores: Los precios de productos alimenticios básicos y los servicios, aumentaron un récord del 7% durante todo el 2021.

El precio de las hortalizas sigue dejando fríos a los consumidores. (Foto: F. Martínez)

El mayor alza en 39 años

Todo esto significa, que desde 1982, es decir desde hace 39 años, nunca los costos de los alimentos, el gas, la renta y otros servicios habían causado tanta presión financiera a los hogares de todo el país. Pero en una ciudad como Nueva York, que siempre ha estado en el mapa como una de las más caras del país, este repunte luce más angustiante.

“El problema es que además no solo aumenta la comida, sino que a todo el mundo le han aumentado la renta de sus casas. A nosotros en un apartamento en Queens nos elevaron de un solo golpe $400”, compartió la centroamericana.

Para que los consumidores tengan una idea más clara de lo que pasó con el aumento de los precios en los últimos doce meses, en 2019 la inflación oficial ascendió a 1.4% y en 2020 apenas a 0.8%. Eso significa que el repunte de los precios, en algunos productos, pudo haber saltado tres y hasta cuatro veces.

De acuerdo con las cifras reveladas este jueves por el Departamento de Trabajo, las ganancias de los precios mayoristas en diciembre estuvieron por debajo de las expectativas y los expertos económicos proyectan que el país aún tiene “algunos meses difíciles” por delante ante la inflación.

“Las interrupciones persistentes en la cadena de suministro harán que los precios al productor se acerquen a niveles récord en el corto plazo, especialmente debido a una variante ómicron que se propaga rápidamente y que aumentará las presiones inflacionarias”, especificó Kathy Bosjancic, economista jefe para Estados Unidos de Oxford Economics a la agencia de noticias AP.

Una época “remala”

En cuanto a la presión de los costos y los precios, el mesonero poblano, Hilario Gómez quien trabaja en un restaurante mexicano en la Avenida Columbus de Manhattan, comenta que viene de una temporada navideña y de Año Nuevo que etiqueta como “remala”.

“Muchos clientes al ver los precios se van de la mesa porque lo ven todo muy caro. Si en el supermercado la comida está carísima, eso se refleja en los costos de los servicios en un restaurante. Por ejemplo una orden de guacamole que antes la podían servir en $7 y $10, ahora cuesta $16. Si solo un aguacate es ya un lujo”, comenta Hilario.

La presencia pandémica también pone más “leña al fuego” de la elevación de los precios y bajas ganancias para los comercios.

“Por la variante ómicron en la pasada Navidad, cuando pensábamos que nos íbamos a recuperar un poquito muchas reservaciones fueron canceladas. Y eso pega en las propinas. El problema es que cuando los precios suben, nunca bajan. Los que sí baja es el ingreso de nosotros los trabajadores”, opinó el residente de El Bronx.

Lo que comenta Hilario cobra sentido, porque de acuerdo con la Oficina de Estadísticas Laborales  los ajustes a los precios en los restaurantes en el área de Nueva York han tenido el mayor aumento interanual desde 1987.

El mes en donde todo los precios saltaron sus niveles más altos en cuatro décadas fue el pasado noviembre, impulsado en parte por un ascenso del 6,8 por ciento en los precios de los alimentos, según el informe más reciente del Departamento de Trabajo.

En el pasado mes de diciembre, el espiral inflacionario tuvo una pausa. Se desaceleró llegando al  0.2%.

Sin embargo, ese estancamiento del alza de los precios de la comida no los percibió la jubilada puertorriqueña Mildred Matamoros, quien recibe cupones de alimentos (SNAP).

“Fìjate que el año pasado en diciembre aumentaron casi en $180 los cupones que yo recibía, y aún así, compré mucho menos cosas. Por lo menos yo soy una persona que solo tengo que ver por mi y mis medicinas, pero mis hijas se las ven negras porque tienen hijos. No hay sueldo que soporte esto”, reaccionó la isleña.

Algunos reportes económicos detallan que una familia de cuatro miembros gastó en 2021 un promedio de $849 al mes en comestibles en la ciudad de Nueva York, en contraste con el año 2020 que una ‘cesta mínima’ de productos básicos se podía adquirir con $674.

La dominicana Paulina Cordones sabe muy bien del impacto de los precios de los alimentos: ¡Cuesta llenar una nevera!. (Foto: F. Martínez) Crédito: Fernando Martínez | Impremedia

En la ciudad más cara del país

Si se cruzan varios  informes y reportes, la ciudad de Nueva York tiene el sitial como la urbe más cara de todo el país y la novena de todo el mundo. En esta ecuación, el factor de los costos de los alquileres es lo que más agobia y presiona a quienes viven en la Gran Manzana. 

Con el inicio de la pandemia de COVID-19, se predijo un descenso de los precios inmobiliarios, pero por el contrario un nuevo estudio revela que la ciudad de Nueva York superó al centro tecnológico de San Francisco como el lugar más caro para vivir.

El informe nacional de bienes raíces de Zumper detalla que el precio promedio de un apartamento de una habitación en Nueva York es de $2,810, apenas un poco más que el promedio de $2,800 en San Francisco. 

El mayor aumento se registró en el verano pasado, cuando los alquileres se elevaron por encima de los niveles anteriores a la crisis de salud pública en varios vecindarios. 

Según el portal económico Bloomberg, los alquileres en Manhattan que experimentaron una caída dramática durante la primavera de 2020, mostraron en 2021 una tasa de aumento del 65% y 70% en el momento de la renovación de los contratos.

Para la clase trabajadora, el peso de la renta implica el desafío de privarse de productos básicos para comer, pagar el transporte y evitar lo que se considera ya excesos como comprar ropa y zapatos.

En este sentido, la trabajadora de la construcción dominicana Paulina Cordones sabe muy bien lo que es lidiar con los extremos que han impuesto los altos costos a su vida familiar en los últimos meses.

“Hace unos meses una pechuga grande de pollo, tú las conseguías a $2,99, ahora cuesta $7 y $8. Ni hablemos de la carne. Y todos los vegetales. Llenar una nevera es imposible. Especialmente cuando tienes que pensar en ir guardando semana a semana para pagar la renta”, contó Paulina.

La quisqueyana quien asegura trabaja muy duro para sostener a su familia le inquieta que todos los beneficios y ayudas surgen justamente para quienes no trabajan, en muchos casos porque prefieren no hacerlo, porque igual tienen el cheque del gobierno.

“Yo apoyo que el gobierno apoye con cupones y programas a los ancianos, a los discapacitados, a los jubilados, pero hay gente que pudiendo trabajar no lo hace porque sabe que tiene sus cupones y otras ayudas. Entonces nosotros que estamos esforzándonos diariamente, si le pones lápiz al asunto, con los taxes y los descuentos, los pesos se convierten en nada”, sostuvo.

Otro refuerzo a los cupones

En medio de las presiones inflacionarias, la gobernadora Kathy Hochul esta semana anunció que todos los neoyorquinos inscritos en el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) recibirán el nivel máximo permitido de beneficios alimentarios para este mes de enero.

Esto significa que aquellos hogares que ya están cerca o en el nivel máximo de beneficios ($835 para un hogar de cuatro) recibirán un pago suplementario de al menos $95 más.

Este “oxígeno” a los cupones sumará aproximadamente $230 millones a la economía del estado.

Los hogares que reciben estos cupones de alimentos en todos los condados fuera de la ciudad de Nueva York deberían ver estos beneficios publicados entre el miércoles 12 de enero y el viernes 21 de enero al final del día.

Las familias con SNAP en la región de los cinco condados de la ciudad de Nueva York deberían ver sus beneficios publicados este sábado 15 de enero y fin de mes.

Al igual que en los meses anteriores, los pagos se enviarán directamente a las cuentas de transferencia electrónica de beneficios existentes de los destinatarios y se puede acceder a ellos con sus tarjetas EBT existentes, destacó la oficina de prensa de la gobernación de Nueva York.

Hasta noviembre de 2021, había casi 1,6 millones de hogares con un total de 2,77 millones de neoyorquinos que recibían beneficios de SNAP.

Todo más caro:

  • 2% era la proyección de la inflación en 2021 para la Reserva Federal, lo que significa que el incremento de precios sobrepasó más de 5  puntos porcentuales esa meta.
  • 49.6% fue el alza en todo el país de los precios de la gasolina.
  • 6.3% fue el aumento de la electricidad y 24.1% el gas.
  • 6.3% el incremento de los productos de la cesta básica alimentaria, en el promedio nacional, aunque se pondera que en NY fue ligeramente superior.
  • 5.2% en promedio ha aumentado los servicios completos en restaurantes de la Gran Manzana, un salto sin precedentes desde que se mantienen estos registros.

Averigüe si aplica para cupones:

Encuentre más información sobre los beneficios complementarios de SNAP de emergencia, incluidas las respuestas a las preguntas frecuentes, aquí. Los neoyorquinos pueden verificar su elegibilidad para SNAP y presentar su solicitud en línea visitando mybenefits.ny.gov.

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