Conoce cómo ver la televisión puede provocarte una embolia

Ver televisión es un hábito muy común que parece inofensivo, pero puede tener efectos muy nocivos en la salud como la producción de coágulos en la sangre que pueden desencadenar embolias

Conoce cómo ver la televisión puede provocarte una embolia

Ver televisión es un hábito que parece inofensivo, pero que puede desencadenar una embolia. Crédito: Unsplash

Una embolia ocurre cuando un coágulo de sangre bloquea el flujo sanguíneo a un órgano o a una parte del cuerpo. Puede suceder en muchas zonas del cuerpo con resultados fatales, pues la falta de sangre implica una ausencia de oxígeno que puede producir daños irreversibles o la muerte de ciertas zonas u órganos. Ahora bien, ver televisión puede causar una embolia, principalmente pulmonar, según un estudio europeo.

Y es que sentarse durante cuatro horas al día o más frente a la pantalla representa un riesgo 35% mayor de producir coágulos en la sangre que pueden alojarse en cualquier parte del cuerpo, pero principalmente en los pulmones y en las piernas, causando una embolia pulmonar o una trombosis venosa profunda.

Para llegar a esta conclusión, los autores de la investigación analizaron la evidencia científica ya publicada en torno al vínculo que existe entre este hábito sedentario y el riesgo de sufrir un tromboembolismo venoso (TEV)

Según el National Heart Lung and Blood Institute, el TEV es un trastorno que incluye trombosis venosa profunda y embolias pulmonares debido a un coágulo de sangre anormal. Una trombosis venosa profunda (TVP) ocurre cuando se forma un coágulo sanguíneo en una vena profunda, generalmente en la parte inferior de una pierna, un muslo o la pelvis. Una embolia pulmonar (EP) ocurre cuando un coágulo se desprende y viaja a través del torrente sanguíneo hacia los pulmones.

La investigación, publicada en el European Journal of Preventive Cardiology, incluyó el estudio de hábitos para ver la televisión de 131,421 participantes de 40 años o más sin TEV existente. El grupo que miró televisión por cuatro horas al día o más desarrolló TEV con mayor frecuencia que el grupo que se sentaba a verla por menos de 2.5 horas diarias.

Los expertos señalan que el principal problema de este hábito y su relación con el TEV radica en la falta de actividad física, por lo que sugieren que al ver televisión se tomen descansos cada 30 minutos en los que el espectador se ponga de pie, se estire o incluso se suba a una bicicleta estática por unos minutos. La misma estrategia es fundamental si el trabajo que se desarrolla es sedentario e implica estar sentado por periodos prolongados. Esto ayudará a evitar que la sangre se acumule en las extremidades en lugar de circular por el cuerpo, y cause coágulos. Además, es recomendable no combinar la televisión con comidas poco saludables.

“Estos hallazgos indican que, independientemente de la actividad física, el índice de masa corporal, la edad y el género, ver muchas horas de televisión es una actividad riesgosa en lo que respecta al desarrollo de coágulos de sangre, explicó el autor principal de la investigación, el doctor Setor Kunutsor, de la Universidad de Bristol.


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