Hispana en Florida habría mandado a matar a rival, empleada de la TSA, con dinero de préstamo PPP para negocios afectados por la COVID
Las autoridades en Florida alegan que Jasmine Martínez le pagó $10,000 a un sicario para que matara a tiros a Le'Shonte Jones con el dinero que obtuvo de Paycheck Protection Program (PPP); el pistolero asesinó a la mujer delante de su hija de 3 años
La mujer acusada en Florida de contratar a un sicario para que matara a una rival, empleada de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA), habría utilizado los fondos de un préstamo de emergencia por COVID (Paycheck Protection Program, PPP) para pagarle al matón.
Los hechos en los que fue asesinada Le’Shonte Jones, de 24 años, se reportaron el 3 de mayo del 2021.
Por el crimen, están acusados Javon Carter, de 29 años; Romiel Robinson, de 35, y Jasmine Martínez, de 33.
El día de los hechos, Jones, que laboraba en el Aeropuerto Internacional de Miami, fue baleada en el exterior de su apartamento en Homestead, delante de su hija de 3 años, quien resultó herida.
No está claro qué motivó la rivalidad entre ambas mujeres, ni el tipo de relación que mantenían. Pero, en el historial de Martínez figuran varias convicciones por violencia doméstica, robo y venta de armas con serie alterada. Destaca además un caso pendiente de robo en la que Jones habría sido víctima.
Los informes de medios locales que cita documentos judiciales recientemente liberados indican que Martínez está acusada de utilizar gran parte de los $15,000 del préstamo PPP para pagarle a Carter para que asesinara a Jones.
Alegadamente, la mujer negoció un pago de $10,000 para Carter utilizando lenguaje codificado.
Alegadamente, cuando el hombre recibió el dinero posó con los billetes en un video selfie en el que expresó: “Otro día en la oficina”.
Carter también cuenta con un largo archivo criminal que incluye casos de posesión de armas y robos.
El abogado de Robinson indicó al Miami Herald que su cliente ha estado bajo custodia desde antes del ataque y que no tiene que ver nada con el crimen.
Sin embargo, los investigadores del caso sostienen que el plan para matar a la fémina se fraguó en parte desde una prisión a través de llamadas telefónicas.