“Seguiré jugando porque no veo a alguien mejor que yo”: Zlatan Ibrahimovic aplaza su retiro
"Pase lo que pase -éxito, dinero, fama, lo que sea- seguiré siendo la misma persona. No voy a cambiar. O te gusto o no te gusto, pero no he nacido en este mundo para convencer a la gente de que me quiera", dijo Ibrahimovic en una entrevista con la UEFA
Zlatan Ibrahimovic aseguró que, a sus 40 años, seguirá en activo hasta que vea a alguien que sea mejor que él. El sueco destacó que, de momento, continuará jugando porque no se cumple ese requisito para firmar la retirada. En declaraciones a la UEFA, el delantero del Milan, que esta temporada ha marcado 8 tantos en los 22 partidos que ha disputado en la Serie A, parece dispuesto a continuar un tiempo sobre los terrenos de juego.
“El futuro está por escribir. Yo no hago planes. Vamos a ver qué pasa. No quiero arrepentirme de dejar el fútbol y luego decir que podría seguir jugando; porque, entonces, me arrepentiría el resto de mi vida, al ver que podría haber seguido. Quiero jugar todo el tiempo que pueda. La realidad es que jugaré hasta que vea que alguien es mejor que yo, así que seguiré jugando”, dijo.
Además, reconoció que sabe que algún día dejará de jugar porque ya no tendrá esa adrenalina que aún siente cada vez que pisa un estadio. Señaló que eso es un problema para todos los futbolistas, ya que todos tienen esa sensación siempre que hay un partido.
“Esa adrenalina nunca la tendrás al hacer otra cosa, porque estamos programados. Todos los días hacemos lo mismo. Nos levantamos, nos preparamos; entrenamos, comemos y descansamos. Al día siguiente es lo mismo. Durante 20 años, haces estas cosas y obtienes adrenalina de ellas. Así que cuando de repente dejas de hacerlo, no tienes esta agenda, ya no obtienes la adrenalina. Y cuando se para, tienes que partir de ahí y empezar de cero, algo nuevo”, apuntó.
Indicó, asimismo, que a un niño es fácil aconsejarle cuando quiere dedicarse al fútbol que crea en él mismo y que no se rinda; pero, la realidad, para Ibrahimovic, es que es fácil decir esas cosas y difícil pasar por ellas: “Rodearse de gente positiva, de energía positiva, ayuda mucho, porque transforma (las cosas) en una atmósfera que facilita las cosas. Cuando tienes gente negativa a tu alrededor te arrastran. Es como si no quisieran que tuvieras éxito. Así que mi consejo sería: ‘Es fácil y todo es posible, pero depende de ti‘”.
Feliz de jugar con el Milan
Zlatan también afirmó que en estos momentos juega con mucha emoción en el Milan, en vista de que es un club que le ha dado muchas alegrías, y porque cree que es el equipo en el que ha pasado más años desde que comenzó su carrera (cinco temporadas): “Después de un par de años luchando y sin estar en la Champions, todo el mundo estaba muy emocionado y muy feliz de volver. Creo que es un torneo increíble. He marcado un par de goles que me han gustado, y he tenido la oportunidad de jugar contra los mejores equipos y jugadores de Europa”, señaló.
En este sentido, agregó: “¿Cómo me siento por el hecho de no haberla ganado? De dos maneras. Ganarlo sería increíble. No ganarlo no me cambiaría como jugador. Si lo ganara, no significaría que sería mejor futbolista porque soy el mejor. Está demostrado: el mejor jugador no lo gana todo”.
Respecto a cuál es el mejor jugador de la historia para él, dejó claro que es el brasileño Ronaldo Nazario, a quien siempre ha admirado porque hacía cosas que todo el mundo quería hacer y no podía. “Cuando estábamos en el jardín, jugando con amigos, intentábamos hacer las mismas cosas. Luego conocí a esta persona en la vida real y después jugué contra ella y, de repente, algo irreal se convierte en real”, sentenció.
Por último, habló sobre su infancia e inicios en el fútbol. Narró que creció en Malmö (Suecia) en una pequeña zona llamada Rosengard, en la que estuvo hasta los 17 años y que la gente llamaba gueto. Para Zlatan, aquel lugar era el paraíso, porque tenía todo lo que quería, sobre todo amigos, y por eso era feliz: “Me divertía. Teníamos fútbol, y el fútbol hace feliz a la gente. El fútbol era barato, era gratis. Solo tenía que conseguir unos zapatos. Incluso, sin zapatos se podía jugar. A partir de ahí, todo fue mejorando”.
“Cuando conseguí mi primer contrato (con el Malmö), de repente, gané dinero haciendo lo que me gusta. El dinero no me hacía feliz, pero se hizo más fácil. Así que de recorrer largas distancias a pie para entrenar, de robar bicicletas, lo cual no está bien pero todos hacemos cosas estúpidas, pude sacarme el carnet de conducir y pude conseguir un coche”, narró. “Pase lo que pase -éxito, dinero, fama, lo que sea- seguiré siendo la misma persona. No voy a cambiar. O te gusto o no te gusto, pero no he nacido en este mundo para convencer a la gente de que me quiera”, finalizó.
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