Vuelven los tragos y nuevo estadio en Nueva York

En esta primera ley de presupuesto de Hochul no sólo hablamos de números fiscales o el dinero de los neoyorquinos, pues incluye temas decisivos

Kathy Hochul

La gobernadora Kathy Hochul anuncióel Programa de Residencia para Maestros Empire State. Crédito: Spencer Platt | Getty Images

Por fin hubo acuerdos en la discusión a puerta cerrada, entre los legisladores y la gobernadora Kathy Hochul, en Albany, sobre el proyecto de presupuesto que pasó de $216 mil millones a $220 mil millones de dólares para el año fiscal 2022-2023.

La ley debía entrar en vigencia el primero de abril, pero sólo el jueves de esta semana logró los votos para su aprobación, mientras reavivó las críticas por la manera como se definen los gastos y recursos en sesiones casi secretas, sobre un tema que nos afecta a todos.

Y convendría que los mismos legisladores pensarán en modificar la manera cómo se negocian esos recursos, especialmente en un año electoral en el que se define la reelección de la gobernadora en noviembre próximo, pues cada año surgen las mismas críticas por ser apenas “una mesa de tres patas” con: la gobernadora Hochul, la líder de la mayoría demócrata en el Senado, Andrea Stewart-Cousins y el afroamericano presidente de la Asamblea, Carl Heastie, sin que más nadie intervenga para definir cómo se gastan los impuestos.

En esta primera ley de presupuesto de Hochul no sólo hablamos de números fiscales o el dinero de los neoyorquinos, pues incluye temas decisivos de los que la opinión pública se entera únicamente al final.

Este año, la discusión ha sido particular por los desacuerdos en la norma que debía votarse el 31 de marzo pero que quedó en el limbo por una semana, debido a los subsidios de casi $600 millones de los contribuyentes para financiar el estadio del equipo de la NFL, o National Football League, de los Buffalo Bills, en el condado Erie, donde nació la mandataria. 

Aunque estamos de acuerdo en que la medida impulsaría la economía, el empleo y los negocios de la ciudad, los críticos hablan del beneficio para su esposo Bill Hochul, como vicepresidente de la firma Delaware North, concesionaria de la venta de alimentos en el estadio.

También se colgó en el proyecto la modificación a la reciente reforma de justicia penal, para cambiar las leyes sobre la fianza de los presos reincidentes.

Y se aprobaron los tragos para llevar junto con la explotación de los juegos de azar con tres casinos en algunos de los cinco condados de la Gran Manzana, que pagarían licencias hasta por $750 millones cada uno.

Y con estos acuerdos se superan las críticas del contralor Thomas DiNapoli por el peligro de frenar los cheques de la nómina estatal.

Lo irónico es que ninguno de estos temas se ventila frente a los electores que deberían ser la cuarta pata en la mesa que sigue coja.

Sofía Villa preparó esta columna a título personal. Trabaja como Producer Writer en Univision NY y sus opiniones no representan a Televisa Univision Communications Inc.

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