En NY el acceso a la floreciente industria de la marihuana legal está “sembrado” de altas barreras financieras y legales
El grueso de los interesados en operar dispensarios, se encuentran con una gran traba. Además de una sentencia firme por posesión de la hierba, deben probar un historial de éxito en algún negocio
El proceso de permisologías para la apertura de dispensarios de marihuana recreativa en Nueva York está en pleno proceso de desarrollo y revisión. Bajo la luz de las nuevas normativas se han reservado las primeras 100 a 200 licencias de minoristas, para los neoyorquinos o sus familiares, que tienen antecedentes penales asociados con la posesión de la hierba, cuando era un hecho criminal en el estado.
Sin embargo, aunque muchos estaban entusiasmados con la posibilidad de incursionar legalmente en un negocio que será muy lucrativo, la verdad es que en las “letras pequeñas” de las reglas, hay grandes filtros y embudos para la mayoría.
“Estamos observando un interés muy importante por este negocio, que además sería generador de miles de empleos. Pero existen muchas restricciones que hacen muy difícil obtener una licencia”, sostiene Jeffrey García, presidente fundador de la Asociación Latina de Cannabis (LCA).
El primer gran paredón, según las reglas propuestas, es que los solicitantes deben haber sido propietarios de al menos el 10% de un negocio que haya sido rentable, durante al menos dos años. Y, además, tener los registros financieros y los documentos fiscales para probarlo.
También existe otro límite: sólo se considerarán como elegibles, en esta primera etapa, en donde se prioriza a las comunidades más criminalizadas por la posesión de marihuana, quienes hayan recibido condenas firmes, antes del 31 de marzo de 2021. Es decir, no es suficiente haber sido arrestado.
Hay otros requisitos. El solicitante que cumpla con todos estos criterios, debe tener al menos una participación del 51% en el negocio de cannabis que desea iniciar. También deberá presentar un plan de negocios, sus huellas dactilares y una tarifa no reembolsable de $2,000.
Solicitan más amplitud
A juicio de García el punto que exige que los aspirantes a obtener una licencia muestren pruebas de negocios exitosos en el pasado, es en principio uno de los aspectos más inalcanzables.
“Hay una intención de fondo de la ley de inclusión de las comunidades, pero reunir todas las condiciones luce muy complicado. En este sentido estamos solicitando más amplitud y especialmente asesorando jurídica y técnicamente a los aspirantes a cómo participar en este negocio”, indicó el líder de LCA.
De acuerdo con una sesión explicativa de la Oficina de Gestión de Cannabis de Nueva York realizada recientemente, las regulaciones aún están sujetas y están abiertas a comentarios públicos hasta el 31 de mayo.
Los reguladores de cannabis han dicho que su objetivo es poner en funcionamiento los primeros dispensarios para fines de 2022.
Pero más allá del camino complicado que implica alzarse con una licencia, la Oficina de Gestión del Cannabis de NY asegura que el primer lote de empresas aprobadas, obtendrá ayuda para encontrar un espacio comercial y será elegible para recibir asistencia financiera del estado para arrendarlo.
Estos beneficios podrían ser particularmente valiosos para los emprendedores de este negocio en el costoso mercado inmobiliario de la ciudad de Nueva York, en donde la renta comercial escala precios inalcanzables.
Hispanos interesados en el potencial negocio
Cuando el estado de Nueva York aprobó en marzo del año pasado luego de años de debates, la Ley de Regulación e Impuesto de Marihuana (MRTA) que legalizó el cannabis para mayores de 21 años, los legisladores estatales prometieron un programa de equidad que involucraría a las personas afectadas de manera desproporcionada por la aplicación de leyes por posesión criminal de la hierba.
Ahora, que el estado avanza en estrictas reglas y regulaciones para guiar a la floreciente industria, organizaciones como LCA han reunido a líderes políticos y empresariales para garantizar que las comunidades latinas tengan una participación equitativa en la industria.
El consejo asesor de estas nueva asociación incluye personas con experiencia en esta industria en otros estados.
“Hasta ahora, tenemos cerca de 40 personas de nuestras comunidades que están aplicando licencias en todos los aspectos de la cadena de suministro de cannabis, incluidos el cultivo, la entrega y los dispensarios. El 50% de los interesados son mujeres”, precisó García.
Las ventas de cannabis legal en los EE. UU. superaron los 17,500 millones de dólares en 2020, en los 36 estados que permiten la venta legal de marihuana.
Sin embargo, menos del 6 por ciento de los dueños de negocios en la industria legal son latinos.
En Nueva York, LCA está empujando que en los próximos años, la balanza de este multimillonario negocio, se incline un poco más del lado de una de las minorías étnicas más castigadas penalmente, durante la era de la guerra contra las drogas, especialmente en los vecindarios más pobres de la Gran Manzana.
“Todavía hay que vencer muchos estigmas en el seno de nuestras comunidades hispanas. Especialmente a nuestros adultos mayores les cuesta entender que es un negocio legal. Viene un proceso de mucha educación. Es un tema que será además extremadamente regulado”, precisó el portavoz principal de LCA.
En este sentido, el dominicano Luis Josué Cruz, de 60 años, asegura que por los años 80 tuvo que luchar hasta con una orden de deportación por ser “cachado con hierba” en el Bajo Manhattan.
“Te lo resumo muy rápido. Si pesa sobre ti un récord criminal, y más por drogas, es muy complicado levantar cabeza. Como para que puedas demostrar haber invertido en un negocio exitoso. Entiendo que tampoco es que van a dar licencias fáciles. Es un negocio tan lucrativo que no puede ser fácil tener acceso”, comentó el isleño.
El primer mordisco
En este sentido, Jeffrey Hoffman, un abogado que representa a las personas interesadas en obtener licencias de cannabis en Nueva York, en entrevista a la publicación digital Gothamist argumentó que hay aspectos de las nuevas regulaciones alrededor del naciente sector formal, que están haciendo tropezar a algunos clientes que “han vendido marihuana ilegalmente en Nueva York y ahora buscan salir adelante”.
“Mis clientes que fueron lo suficientemente inteligentes, como para no ser arrestados, ahora están excluidos, porque consideran que se arriesgaron antes en este negocio. Y ahora no van a darle el primer mordisco a la manzana”.
Hoffman refirió que hay otros aspirantes a propietarios de dispensarios que cumplieron condena por cannabis y “luego han sido empleados modelo en una empresa”, que también están frustrados porque no son elegibles en esta primera ronda.
En este sentido, portavoces de la Oficina de Gestión del Cannabis en NY argumentan ante estas críticas que el objetivo de limitar las licencias, a quienes fueron condenados, es ayudar a las personas más afectadas por las leyes, cuando la posesión y la comercialización era ilegal.
“El espíritu de la ley es deshacer algunos de los daños causados por la prohibición de la marihuana”, argumentan portavoces de esa agencia.
Ya hay 146 cultivadores aprobados
La Junta de Control de Cannabis de Nueva York autorizó la semana pasada que otros 58 cultivadores cultiven marihuana bajo licencias condicionales, lo que eleva el número total de agricultores con licencia en todo el estado a 146.
“Nos estamos moviendo rápidamente, sabiendo que la temporada de crecimiento de la hierba es corta”, dijo Chris Alexander, jefe de la Oficina de Gestión de Cannabis de NY.
Los titulares de licencias condicionales pueden cultivar cannabis al aire libre o en un invernadero con hasta 20 luces artificiales. Estos permisos vencen el 30 de junio de 2024.
Universidades instruyen a las comunidades
En medio de las dudas que gravitan alrededor de este sector económico emergente, ya en algunos espacios académicos de Nueva York, también se abren espacios de orientación.
A principios de este mes Queens College (QC) y Farmingdale State College (FSC) presentaron el lanzamiento de un taller de introducción a la industria del cannabis, referido a las habilidades necesarias para comenzar a trabajar en este negocio.
Los participantes obtendrán información sobre la industria del cannabis y tendrán la oportunidad de reunirse con líderes de la comunidad y con empresarios exitosos.
“Nos complace asociarnos en esta iniciativa y ayudar a crear un camino hacia el espíritu empresarial para las poblaciones que anteriormente se habían visto afectadas negativamente por la legislación contra la marihuana”, informó el presidente de Queens College, Frank H. Wu.
Los temas del curso incluirán una introducción a la industria del cannabis el país, el entorno legal para la industria del cannabis en el estado de Nueva York y cómo entrar y avanzar en este sector.
“Farmingdale State College está en el centro de la preparación de personas para trabajar en esta industria emergente, creamos este programa para llegar a las poblaciones que más pueden beneficiarse de esta nueva oportunidad”, explicó el presidente de Farmingdale State College, John S. Nader.
Este programa se realizará el 11 y el 18 de junio en el Edificio de la Unión de Estudiantes de Queens College en Flushing.
!Cuidado! Podría ser muy “mal negocio” para los inmigrantes
- Bajo la nueva ley de Nueva York, quienes tengan una condena de marihuana tendrán este récord eliminado de su antecedente penal automáticamente, aunque esto no incluye que quedará del todo limpio ante la justicia, si además ha sido procesado por otro tipo de felonías.
- Debido a que la posesión, compra y venta de cannabis sigue siendo un delito ante la ley federal, esta “eliminación automática” no es necesariamente válida para los efectos de las leyes de inmigración.
- Los inmigrantes deben hacer diligencias especiales ante la corte, para que un juez pueda aprobar que la condena se anule completamente como antecedente penal.
- Si un inmigrante tiene una prescripción de marihuana médica, o ha ayudado para que un familiar aplique para una prescripción, podría ser una acción que eventualmente tenga repercusiones en una solicitud de ajuste de estatus, solicitud de tarjeta verde o naturalización.
- El establecimiento de un “buen carácter moral” es necesario para la naturalización, entonces se le puede negar este beneficio a un no ciudadano, si no cumple con este estándar por el uso o posesión de la hierba, de acuerdo con el criterio de las leyes federales.
- Se sugiere no usar la marihuana hasta que sea Ciudadano Americano, además se aconseja evitar trabajar en alguna posición dentro de esta industria. Si usted tiene una necesidad médica grave y debe acudir al cannabis medicinal, obtenga ayuda legal.
- Nunca hable de cualquier conducta relacionada a la marihuana con un agente de inmigración o de la frontera, sin primero obtener un asesoramiento de un experto legal.
- (Fuente: Proyecto de Defensa de Inmigrante)
Un castigo que pesó más en negros e hispanos
- 51.3% de los arrestos relacionados con la marihuana fueron de negros y el 35.2% eran latinos entre los años 2010 y 2017 de acuerdo con un informe presentado por la Contraloría de la Ciudad de Nueva York.
- Ocho veces más arrestos de personas negras e hispanas que de personas blancas por aplicaciones asociadas a la ley del cannabis. El contraste es claro: 86.5% frente a 10.5% por ciento.
- 10 vecindarios en la Gran Manzana con las mayores poblaciones de negros y latinos, representaron más de un tercio (35.1%) de todos los arrestos. Y los 10 barrios con las poblaciones negras y latinas más pequeñas apenas el 6.9%.
- 50% de estos barrios están ubicados en partes de El Bronx.
- 93% de las detenciones por posesión de marihuana en la ciudad de Nueva York en 2020 involucró a personas de comunidades hispanas o afroamericanas, de acuerdo con las estadísticas compartidas por Legal Aids