Trump “saltaba de una teoría a otra” sobre la elección al presionar al Departamento de Justicia para afirmar que fue un proceso amañado
Tres altos exfuncionarios del Departamento de Justicia describieron los esfuerzos sin fundamento del expresidente Donald Trump para declarar que la elección presidencial del 2020 estuvo "amañada", incluso que el exmandatario pasaba de una teoría a otra sin pruebas
El expresidente Donald Trump parecía tener muy claras sus intenciones sobre la elección presidencial del 2020: demostrar que hubo un fraude, aunque no tuviera pruebas, pero sí “muchas teorías”, revelan los testimonios de tres exfuncionarios del Departamento de Justicia (DOJ) ante el Comité Selecto del 6 de Enero, que investiga el asalto al Capitolio.
“Al presidente no le importaba realmente investigar los hechos […], sólo quería que el Departamento de Justicia pusiera su sello de aprobación a las mentiras”, consideró el representante republicano Adam Kinzinger (Illinois), quien dirige la audiencia de este jueves, la quinta de la reciente ronda.
Los exfuncionarios que rinden testimonio son Jeffrey Rosen, exfiscal general interino; Richard Donoghue, exfiscal general adjunto interino, y Steven Engel, exfiscal general adjunto de la oficina de asesoría legal del DOJ.
“[El presidente] pasó de una teoría [del fraude electoral] a otra”, recordó Donoghue, quien entre otros cargos fue fiscal de Distrito en Nueva York y estuvo a cargo del proceso judicial que llevó a prisión de por vida a Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera.
Donoghue se refiere a una conversación de 90 minutos que el expresidente Trump y varios de sus colaboradores, quienes presionaron por una investigación sin pruebas ni fundamentos de fraude electoral.
El exfuncionario incluso señaló que Trump estaba “muy agitado” cuando le dijeron que el DOJ no tomaría acciones sobre las máquinas de votación, una de las principales teorías de fraude que el equipo de abogados del expresidente –liderado por Rudy Giuliani– mantuvo en la mira.
El expresidente estaba a tal nivel de desesperación que afirmó a Ken Cuccinelli, exsecretario de Seguridad Nacional, que los funcionarios del DOJ le habían dicho que el área a su cargo era la responsable de incautar las máquinas de votación.
Así lo describió el entonces fiscal general interino Jeffrey Rosen.
“No habíamos visto nada inapropiado con respecto a las máquinas de votación, y le dije [al presidente] que los verdaderos expertos en eso habían estado en el DHS y nos informaron que lo habían revisado y que no había nada malo con las máquinas de votación”, indicó Rosen.
Entonces, el expresidente entendió que el DHS podía incautar las máquinas, pero Rosen no había señalado eso.
El nombramiento de un aliado
Había sospechas de que el expresidente nombrara a Jeff Clark como fiscal general, uno de sus principales aliados y quien también presionó a exfuncionarios del DOJ sobre el fraude electoral.
Donoghue reveló que los fiscales generales adjuntos acordaron renunciar “en masa” si Clark era nombrado como su jefe. A ese acuerdo llegó con sus colegas tras una reunión.
“Dijeron que renunciarían en masa si el presidente hiciera ese cambio en el liderazgo del departamento”, se indicó.
El exfiscal Rosen afirmó que en una reunión en la Oficina Oval del 3 de enero del 2021, le dijo al expresidente Trump que no permitiría que el DOJ avanzara con afirmaciones falsas de fraude electoral.
“Señor presidente, tiene razón en que no voy a permitir que el Departamento de Justicia haga algo para tratar de anular las elecciones… Pero la razón es lo que es consistente con los hechos y la ley. Eso es lo que exige la Constitución”, habría dicho Rosen al exmandatario.
Las declaraciones de los exfiscales se suman a la presión desde distintos frentes del expresidente Trump para revertir el proceso electoral del 2020, un movimiento que derivó en la invasión al Capitolio el 6 de enero, el motivo de la investigación del Comité Selecto.