Impulsan proyecto de ley para proteger de robos a beneficiarios de tarjetas de alimentos SNAP
Ante la escalada en prácticas fraudulentas, la senadora por Nueva York, Kirsten Gillibrand, esta impulsando la iniciativa federal, que busca que les regresen de inmediato los montos robados a quienes se vean afectados
En medio del alza que han tenido los precios de productos básicos, y en plenas fiestas decembrinas, familias neoyorquinas de bajos recursos han venido denunciando, cada vez más, que estafadores están robando dinero de sus tarjetas EBT de cupones de alimentos SNAP.
Decenas de neoyorquinos, muchos de ellos hispanos que dependen del dinero del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) se han quedado frustrados, y con rostros de sorpresa, cuando van a pagar por sus compras en tiendas y supermercados, y les informan que las tarjetas no tienen fondos.
Y en su afán para que erradicar esta práctica, la senadora Kirsten Gillibrand anunció que introdujo en la Legislatura federal un proyecto de ley que busca modernizar el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), a fin de proteger a los beneficiarios del robo de sus dineros y de identidad.
“Cada día, más hogares de bajos ingresos corren el riesgo de perder sus beneficios de SNAP y enfrentar hambre sin posibilidad de justicia. Las personas que dependen de los beneficios de SNAP para alimentarse a sí mismos y a sus familias enfrentan un riesgo aún mayor de inseguridad alimentaria e inestabilidad económica cuando les roban sus beneficios de SNAP”, dijo Gillibrand. “Estos estafadores están apuntando a algunas de nuestras comunidades más vulnerables. Es una vergüenza, y debemos satisfacer la necesidad de evitar que a las personas les roben sus beneficios de SNAP sin recursos“.
Los actos de fraude estarían ocurriendo con dispositivos puestos por los ladrones en centrales de pago y cajeros automáticos para obtener información sobre claves y datos almacenados en la banda magnética de la tarjeta SNAP EBT para duplicarla después, con lo que tan solo este año ya han desfalcado en más de $730,000 a beneficiarios del programa SNAP.
El gran problema, según explicó la senadora Gillibrand, es que a diferencia de los titulares de tarjetas de crédito, débito y tarjetas prepagas, quienes están cubiertos por la Ley Federal de Transferencia Electrónica de Fondos (EFTA) y la Regulación E contra pérdidas por transacciones electrónicas no autorizadas, los beneficiarios de SNAP EBT no cuentan con ese recurso.
“A diferencia de las regulaciones que se aplican al robo de tarjetas de crédito, el recurso para el robo de SNAP se basa en el sistema de 1996 cuando todavía se usaban cupones de alimentos en papel. Una vez que se eliminó el uso de cupones de alimentos en papel, el USDA nunca emitió regulaciones actualizadas para reflejar los cambios en la tecnología“, dijo la legisladora. “Por eso pido al USDA que implemente las regulaciones para SNAP del siglo XXI para ayudar a proteger estos beneficios que salvan vidas y mantienen alimentadas a nuestras comunidades y ponen fin al robo”.
La pieza de ley busca que las familias engañadas en estafas recuperen sus beneficios SNAP EBT, ordenando a los estados que les regresen de inmediato los montos robados a quienes se vean afectados, utilizando fondos federales asignados. Asimismo, se mejoraría el rastreo de datos y actos delictivos, para implementar mejores mecanismos tecnológicos de seguridad.
El Senador neoyorquino J. Persaud, presidente del Comité de Servicios Sociales del Senado estatal, advirtió que los esquemas de robo de tarjetas de SNAP mayormente están aprovechándose de personas discapacitadas y adultos mayores, empeorando la inseguridad alimentaria, por lo que urgió a Washington a que apruebe la ley de Gillibrand.
“La legislación de la Senadora generará un cambio significativo en la política federal al autorizar la reemisión de beneficios de SNAP robados o sustraídos, usando fondos federales”, dijo el político. “Las víctimas del robo de SNAP tienen recursos limitados, ya que actualmente no hay medios disponibles para volver a emitir estos beneficios federales robados”.
La asambleísta de Jackson Heights, Queens, Jessica González-Rojas, aseguró que ese tipo de robos a los más vulnerables aumentan la ya desproporcionada pobreza generacional y la inseguridad alimentaria que existe en comunidades pobres.
“Esta ley evitaría el robo de beneficios públicos, lo que ha causado que muchos neoyorquinos pierdan cientos de dólares en asistencia. Espero apoyar los esfuerzos de la Senador y presentaré legislación en Albany para aclarar los servicios sociales y permitir que la Oficina de Asistencia Temporal y para Discapacitados del Estado de Nueva York reemplace la asistencia pública robada”, dijo la legisladora latina.
La asambleísta Marcela Mitaynes, de Sunset Park, Brooklyn, pidió acciones inmediatas para no dejar en el limbo a las familias que están enfrentando actualmente esos robos.
“El robo de SNAP es un problema que se siente profundamente entre las comunidades inmigrantes y de bajos ingresos como la mía en Sunset Park, Red Hook y Bay Ridge. Nadie debería tener que luchar para poner comida en la mesa después de descubrir que sus beneficios gubernamentales desaparecieron de la noche a la mañana”, dijo la política hispana.
Joel Berg, director ejecutivo de la organización Hunger Free America, se sumó al llamado y dijo que neoyorquinos que ya están en apuros no deberían enfrentar el doble golpe de que les roben sus escasos beneficios de alimentos, sin que haya ningún recurso para reemplazarlos.
“Los beneficios de alimentos robados aumentan el hambre, reducen los ingresos de los minoristas de alimentos locales y los mercados de agricultores, y dañan la salud, al dificultar que las familias obtengan alimentos nutritivos”, dijo el activista.