Temen que surja un sentimiento de rechazo a nuevos inmigrantes llegados a la ciudad de Nueva York

Líderes electos de la Gran Manzana exigen que se ponga un alto al discurso que "divida" a los inmigrantes. Solicitan auxilios financieros al gobierno federal y estatal para atender a más de 36,000 solicitantes de asilo

El Defensor del Pueblo Jumaane Williams y el Contralor de NYC, Brad Lander, piden a la Casa Blanca más presupuesto para atender a los recién llegados.

El Defensor del Pueblo Jumaane Williams y el Contralor de NYC, Brad Lander, piden a la Casa Blanca más presupuesto para atender a los recién llegados. Crédito: Fernando Martínez | Impremedia

Justamente este jueves, cuando líderes electos de la ciudad de Nueva York exigían en un acto en el Bajo Manhattan, más ayuda financiera para atender las necesidades de miles de solicitantes de asilo, que siguen llegando a refugios en los cinco condados, una señora airada interrumpió la actividad gritando: ¡Ellos no pueden ser la prioridad, cuando tenemos tantos neoyorquinos que por décadas viven en la pobreza, sin trabajo y sin vivienda!

El telón de fondo de este reclamo, está lejos de ser un hecho aislado. 

Se trata de uno de los ángulos más filosos de la crisis migratoria, que precisamente el Defensor del Pueblo, Jumaane Williams y el contralor Brad Lander, acompañado por congresistas, concejales y líderes comunitarios, estaban tratando de explicar.

“Nueva York siempre ha sido un faro por años para nuevos inmigrantes. Por ello exigimos al Gobierno federal y a la gobernación más recursos para darle la bienvenida a estas miles de personas y relajar las presiones presupuestarias a la Ciudad. Además, no puede ser que en este momento promovamos divisiones entre los que están aquí por años. Y los que están llegando”, remarcó William.

La exigencia y preocupación del Defensor del Pueblo, coincide con las crecientes presiones comunitarias que cuestionan que se dirijan millones de dólares para atender a los recién llegados, un clima de opinión que podría estar recibiendo el combustible de una retórica que encienda más el fuego del “nosotros llegamos primero”.

Pero aún así, Williams destacó que estaba agradecido por que la mayoría de los neoyorquinos han dado un “paso al frente” en apoyo de sus nuevos vecinos.

NYC al borde

Este tipo de controversias, de acuerdo con la interpretación de líderes comunitarios, está siendo alentada por el mismo Alcalde Eric Adams, quien el pasado fin de semana, tras visitar la zona fronteriza de El Paso en Texas, para constatar la crisis migratoria, aseguró que la Ciudad estaba al borde de recortes presupuestarios severos por atender esta coyuntura.

Desde la primavera pasada, los gobernadores republicanos de Florida y Texas comenzaron a enviar en autobuses a una oleada de solicitantes de asilo suramericanos, que habían cruzado la frontera sur, hacia ciudades como Nueva York, Washington y Chicago, aduciendo que estaban colocando la carga de la crisis fronteriza, en manos de las ‘ciudades santuario’.

Desde entonces, más de 36,000 personas han pasado por el sistema de refugios y aproximadamente 24,000 siguen dependiendo de la ayuda de programas sociales de la Alcaldía, incluyendo alojamiento en hoteles habilitados como refugios.

El Alcalde quien ha declarado la emergencia financiera y ha exigido auxilios a la Casa Blanca, insiste que ese dinero “proviene de nuestras escuelas. Viene de nuestra seguridad pública, nuestros hospitales, nuestra infraestructura”.

El otro punto que puso “sal en la herida”, es que Adams detalló que la afluencia de inmigrantes costará a las arcas municipales hasta $2 mil millones.

El Alcalde sigue presionando acciones más coordinadas al gobierno federal y al Congreso para lidiar con esta crisis, al referirse que solamente en este mes de enero se han recibido 3,100 personas. Y lo que vio en la frontera, le indica que esta ola difícilmente va a parar.

“En un día recibimos a más de 800. Eso es un récord en nuestra ciudad que lamentablemente podría obligar a recortes a servicios esenciales para los contribuyentes”, acotó.

La activista comunitaria, Deisy Flores interpreta que es “peligrosa” una retórica que divida a los neoyorquinos
Crédito: Fernando Martínez | Impremedia

“Es un mensaje peligroso”

Para dirigentes comunitarios como Daisy Flores, organizadora de Make The Road NY, no es momento para alentar “mensajes peligrosos de división”, sino trabajar en unidad para acoger debidamente a los recién llegados. Y dar respuestas a necesidades históricas de inmigrantes que han estado por varias generaciones aquí.

“Rechazamos que se creen espacios de tensión, colocando a las comunidades de inmigrantes en medio de un discurso entre ‘ellos y nosotros’. Se podría estar reforzando la idea que quienes están llegando, huyendo de situaciones peligrosas, tienen menos derechos, que los que tienen 30 y 40 años viviendo aquí”, razonó la activista.

Flores quien tiene una larga trayectoria de trabajo comunitario en Nueva York, dice que no se le puede “dar la espalda” a los nuevos inmigrantes, quienes finalmente lo único que quieren es insertarse a una nueva vida y trabajar.

“Es momento de discusiones más profundas. Desde Nueva York debemos crear un solo bloque para exigir más recursos federales, más servicios, más infraestructura y sobretodo una reforma migratoria que ha sido la demanda y la esperanza de nuestras familias por décadas”, agregó.

Pedimos más auxilio

Asimismo, el contralor de la ciudad de Nueva York, Brad Lander, se unió a la petición, no solo de más fondos  para ser inyectados a los refugios y los servicios de emergencia, sino a terminar con la narrativa dirigida a que los nuevos inmigrantes son “en sí mismos”, la causa de los problemas financieros de la Ciudad.

“Por cientos de años, Nueva York ha recibido a oleadas de personas de los cinco continentes. Hemos tenido crisis de refugiados históricamente. Es una obligación atenderlos”, consideró.

Por su parte, Antonio Reynoso, presidente del condado de Brooklyn se integró a este llamado, poniendo acento a la “escasa participación” de la gobernadora Kathy Hochul en esta discusión.

“Esto no es un problema solo de la Gran Manzana, sino de todo el estado. A la fecha, no hemos recibido un solo centavo de la gobernación para enfrentar esta eventualidad. Aquí los inmigrantes son bienvenidos, pero requerimos más recursos”, remarcó.

También la concejal Jennifer Gutiérrez, de origen colombiano, promovió que se eleve la transferencia de ayuda financiera a la Ciudad de Nueva York para desahogar las arcas municipales ante lo que consideró una crisis humanitaria.

“Los solicitantes de asilo que llegan aquí no son diferentes a todos los demás neoyorquinos y nuestras familias que viajaron aquí hace diez, cincuenta o cien años. Quieren vivir sin miedo y tener la oportunidad de mantener a sus familias y seres queridos”, reclamó la legisladora local que representa a Brooklyn.

Mientras los líderes electos y comunitarios exigían más fondos federales y estatales para recibir a más inmigrantes, la mexicana Lupe Carrizo, de 60 años quien salía de la estación del Subway, indicó que con 40 años en la Gran Manzana, jamás la había visto tan “peligrosa y deteriorada”.

“Yo vine cruzando la frontera también. Y desde que llegué recibí ayudas. Soy muy agradecida. Pero lo que yo no había visto nunca, es que la Ciudad rente hoteles meses y meses, para hospedar a nuevos inmigrantes, cuando los que tenemos años aquí, nos están sacando y nos están desalojando por las altas rentas. Yo quisiera saber si hay un hotel para mi”, ironizó.

Una crisis en números:

  • 36,000 personas han llegado a NYC desde la primavera pasada enviados en autobuses desde Texas, luego de haber pasado la frontera sur con México. El 90% de ellos vinieron de Venezuela.
  • 24,000 siguen dependiendo actualmente de la ayuda de programas sociales de la Alcaldía, incluyendo alojamiento en 60 hoteles habilitados como refugios.
  • $2 mil millones costará esta crisis migratoria a la Ciudad de Nueva York.
  • 3,100 personas arribaron solamente en este 2023.
  • $2.1 millones fueron transferidos el pasado mes de diciembre a ocho organizaciones comunitarias para instalar 10 microcentros de ayuda a los solicitantes de asilo.

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