Ebrard y su defensa de la soberanía mexicana

El canciller Ebrard presume su amplio conocimiento de los temas álgidos, pero también los sólidos, de la agenda binacional: inmigración, drogas (sobre todo fentanilo) tráfico de armas, violencia de los cárteles e intercambio comercial

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Marcelo Ebrard, canciller de Relaciones Exteriores de México. Crédito: OLIVIER DOULIERY/POOL | AFP / Getty Images

El lunes por la mañana antes de abordar el avión que lo llevaría a la capital de los Estados Unidos el Canciller mexicano Marcelo Ebrard tuiteó un mensaje que confundió a varios: “Despegando hacia Washington: México será defendido”.

Fuera de las burlas en redes sociales, el mensaje fue el preámbulo de una campaña informativa para cuyo lanzamiento reunió en la capital norteamericana al embajador Esteban Moctezuma y a los 52 cónsules mexicanos acreditados en EU, incluyendo el de Nueva York, Jorge Islas López.

“No permitiremos que nos atropellen” dijo Ebrard al cuerpo diplomático al que instó a defender el país “ante los inaceptables ataques de legisladores y exfuncionarios del Partido Republicano”.

A estas alturas del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, la postura de Ebrard, en una que debiera ser una junta de trabajo ordinaria, devino en evento publicitario con un tinte irremediablemente electoral.

Si bien falta un año para que arranquen las campañas presidenciales en México, todas las encuestas dicen que el Secretario de Relaciones Exteriores marcha detrás de la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, de cara a la candidatura de MORENA para dicha elección.

Así es que cada que puede Ebrard presume su amplio conocimiento de los temas álgidos, pero también los sólidos, de la agenda binacional: Inmigración, drogas (sobre todo fentanilo) tráfico de armas, violencia de los cárteles e intercambio comercial.

“México ha incautado una cifra récord de más de 6 toneladas de fentanilo en una lucha que ha costado cientos de bajas de fuerzas federales” alertó Ebrard quien dijo no entender cómo a pesar del esfuerzo hay quienes “se atreven a cuestionar nuestro compromiso o, peor aún, a pedir una intervención en nuestro país?”.

Aunque será en abril cuando se dé una nueva reunión binacional de seguridad, para el secretario Antony Blinken debe ser una bendición negociar con Ebrard en lugar de hacerlo con López Obrador más afín a las posturas rígidas y, lo que debe ser peor, a querer someter a funcionarios de Washington a soporíferas clases de historia.

Para Estados Unidos y Joe Biden, México es un aliado insustituible no sólo en los temas citados que sostienen la agenda de Washington sino de cara a un eventual intento del actual habitante de la Casa Blanca por reelegirse.

Por eso Ebrard, en su papel de virtual vicepresidente (cargo que en México no existe pero que él ejecuta con diligencia), disfruta como nadie estos lances supliendo al presidente que sufre cuando lo sacan de su zona de confort.

Por eso es que se puede dar el lujo de lanzar la bravuconada y envolverse en la bandera mexicana para, metafóricamente, lanzarse del Castillo de Chapultepec, como si fuera un niño héroe tratando de salvar el honor de la patria mexicana…

Ya se verá si eso se refleja en las encuestas, pero lo cierto es que asuntos como la crisis del fentanilo no se resuelven con meras campañas informativas.

* Juan Alberto Vázquez es corresponsal de Milenio (México) y autor del libro “NXIVM: La secta que sedujo al poder en México”Twitter @juansinatra

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