90 años de cárcel piden para ex empleado que mató a gerente de supermercado en Nueva York
Gabriel Wilson fue declarado culpable de matar a balazos a su ex jefe, gerente del supermercado "Stop & Shop" en Long Island (NY). También golpeó y le disparó a dos ex compañeros de trabajo
Gabriel DeWitt Wilson fue declarado culpable de matar a balazos a su ex jefe, gerente del supermercado “Stop & Shop” en Long Island (NY), aunque fue absuelto de dos cargos de intento de asesinato.
La defensa quiere apelar el caso. Wilson se enfrenta a un máximo potencial de 90 años a cadena perpetua cuando sea sentenciado el 8 de junio.
Wilson, de 33 años, abrió fuego en el establecimiento ubicado en West Hempstead el 20 de abril de 2021. Los fiscales dicen que entró en la oficina del gerente y le disparó a dos personas antes de balear mortalmente a Ray Wishropp (49), mientras almorzaba. La víctima era padre de siete hijos.
“El empleado descontento Gabriel Wilson ingresó a (…) con una pistola semiautomática cargada y con la intención de matar”, dijo la fiscal Anne Donnelly, citada por ABC News.
“Entró en una oficina en el segundo piso, apuntó con su arma a dos compañeros de trabajo y los golpeó a ambos. Luego se dirigió a otra habitación donde se encontró con Raymond Wishropp, de 49 años, el gerente de la tienda de comestibles que estaba comiendo un sándwich en su hora del almuerzo, y disparó al hombre directamente en el pecho a quemarropa. Gabriel Wilson salió tranquilamente del edificio y caminó hacia Hempstead, donde posteriormente fue arrestado debido al valiente trabajo policial (…) Este acusado ha mostrado cero remordimiento por sus acciones”.
El jurado deliberó durante menos de seis horas antes de emitir su veredicto. “No tenemos ningún odio en nuestro corazón, nuestro corazón está lleno de dolor”, comentó al final Alex Bernard, primo de Wishropp . “No hay lugar para el odio”.
La madre de Wilson dijo que su hijo no estaba mentalmente apto para ser juzgado. “Mi hijo es una buena persona, tiene una lesión cerebral, le falta el 60% de su cerebro”, afirmó. “Tenía 24 horas de supervisión médica. Cuando vino el COVID lo dejaron solo”.