Silvia Pinal confesó haberse quedado con las ganas de asumir la presidencia de México
La actriz, icono en la historia del cine mexicano, llegó a participar en la política como diputada, asambleísta y senadora, pero su fascinación por la actuación frustró sus aspiraciones para avanzar todavía más como funcionaria en la administración pública
A sus 91 años, Silvia Pinal Hidalgo, ícono de la cinematografía mexicana, recibió las “Alas de Cuauhtémoc”, reconocimiento otorgado a su trayectoria en el ámbito político a lo largo de varios años.
La actriz y presentadora de televisión destacó por fungir como una de las pioneras en la industria del entretenimiento que lograron abrirse camino en la política, algo complicado de alcanzar para las mujeres de su época.
Su aventura en los curules inició a raíz de que se casó con Tulio Hernández, su cuarto marido, personaje elegido como gobernador de Tlaxcala de 1981 a 1987.
A partir de que su esposo asumió la administración de dicho estado ubicado en el centro de México, la actriz se convirtió en primera dama de la entidad y automáticamente se convirtió en presidenta del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) a nivel estatal.
Dicha experiencia despertó su deseo de convertirse en militante activa del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Después, fue elegida diputada federal, en 1991; y posteriormente senadora de la república.
Asimismo, participó activamente en la Asamblea del entonces Distrito Federal, desde donde promovió eventos culturales y la defensa de los derechos de las mujeres.
No obstante, su vocación como actriz la hizo desistir de continuar avanzando en la política y en lugar de ello regresó a la televisión para desarrollarse como presentadora, labor que alternó con el rol de actriz en varias telenovelas y películas.
Lo destacado de su caso es que, en una entrevista concedida al programa de televisión “Venga la Alegría”, la longeva figura de la pantalla chica reconoció haberse quedado con el sueño de haber figurado como la primera mexicana en sentarse en la silla presidencial.
“Sí, ¿por qué no?, pues todos sabemos lo que es (la política), pero cuando lo vives es mucho más importante. La política es una cosa muy linda”, mencionó.
Debido a que ya no es posible pensar en Silvia Pinal como candidata presidencial, ahora su familia impulsa una iniciativa para que el gobierno le conceda medalla Belisario Domínguez, un reconocimiento dirigido a los ciudadanos que han realizado contribuciones significativas en beneficio de México y de la sociedad en general.
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