Comer en función de lo que te pide el cuerpo: secretos de la dieta intuitiva
Estar atentos a los niveles de hambre y saciedad es el centro de la dieta intuitiva que deja de lado el conteo de calorías
A medida que vamos creciendo nos vamos relacionando de manera diferente con la comida sin escuchar a nuestro cuerpo Crédito: Shutterstock
Reconectemos con nuestro cuerpo con las señales de hambre y saciedad, hacerlo al modo en que lo hacen los bebés: sin presiones, culpas, ansiedad o gula es la base de la alimentación intuitiva.
No se trata de un concepto nuevo ya que las nutricionistas americanas Evelyn Tribole y Elyse Resch lo plantearon en 1995, bajo los criterios de “comer cuando se tiene hambre, y de dejar de hacerlo cuando estás lleno”.
Sin embargo, en los últimos años la dieta intuitiva ha tomado fuerza y se abre paso entre las dietas en las que tenemos que contar calorías, observar el consumo de grasa y hacer restricciones calóricas.
Las nutricionistas Tribole y Resch basan su trabajo en la recuperación de las sensaciones fisiológicas que conectan nuestro organismo con la alimentación.
Desde que nacemos tenemos una forma de comer, que va cambiando hasta que llegamos a una edad adulta con cambios en la manera de relacionarnos con la comida. Ejemplo de ello es que los bebés comen cuando tienen hambre y dejan de hacerlo cuando están satisfechos.
Aunque parezca obvio, lo cierto es que a medida que vamos creciendo nos vamos relacionando de manera diferente con la comida, agregamos hábitos, horarios, entre otros.
Tribole y Resch proponen dejar atrás la mentalidad de las dietas restrictivas, los atracones, la percepción de alimentos buenos y malos, reseña Gastroactitud.
Compasión a la hora de comer
Otro de los elementos que consideran estas nutricionistas es la compasión con nosotros mismos, dejar de martirizarnos con pensamientos negativos en torno a la forma cómo nos relacionamos con la comida.
La alimentación intuitiva o consciente es una forma de asumir la alimentación y representa un reto con la cantidad de estímulos, hábitos y condicionamientos culturales que tenemos en la actualidad.
Aunque es considera un aprendizaje complejo con beneficios a largo plazo, es importante acudir al especialista o médico tratante en caso que haya algún trastorno de alimentación. La orientación profesional es de gran aporte para cuidar de nuestra salud.
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