Desayunos salados, fuentes de energía y ayudan controlar la glucosa
Un desayuno lleno de azúcar y carbohidratos nos llenará de la energía momentánea que provoca el pico de glucosa, para luego caer en fatiga y cansancio, mientras que los desayunos salados con proteínas aportan energía para varias horas
El consumo de azúcar nos puede dar un impulso inicial, pero luego quedamos con más cansancio y fatiga, esto se debe a que los picos de glucosa pueden tener un impacto negativo en nuestras mitocondrias, por lo que incluir alimentos dulces en el desayuno no es la mejor opción.
La bioquímica Jessie Inchauspé, autora del libro “La revolución de la glucosa”, explica que el azúcar en sangre es una molécula diminuta que tiene un gran impacto en nuestra salud.
La glucosa entra en nuestro torrente sanguíneo a través de los alimentos ricos en almidón o dulces que comemos.
Al manejar esta información del efecto del azúcar en las células, lo más recomendable, además de moderar el consumo del azúcar, es no incluir alimentos dulces en los desayunos.
Los nutricionistas coinciden en afirmar que el consumo de proteínas y opciones saladas, nos pueden proporcionar mayor cantidad de nutrientes y energía por más tiempo.
El consumo de alimentos ricos en azúcar, es muy habitual de la dieta occidental, que la que se acostumbra a comer cereales azucarados, tostadas con mermelada, panecillos, y jugos, entre otros.
Un estudio científico que el consumo de alimentos dulces y carbohidratos no aportan la energía y puede crear enfermedades relacionadas con los niveles del azúcar en sangre como la diabetes. Así como el desarrollo de enfermedades como: Síndrome de Ovario Poliquístico, cáncer, demencia y enfermedades del corazón.
Beneficios de desayunos salados
Una de las recomendaciones de la también llamada reina de la Glucosa, es tomar un desayuno salado. La bioquímica Jessie Inchauspé, asegura que un desayuno salado “es el pilar de un día con niveles estables de glucosa”.
Explica que con un desayuno salado, sabremos si lo estamos haciendo bien y nuestra curva se está regulando si tras desayunar se mantiene la sensación de saciedad durante cuatro horas.
También explica que “aunque un desayuno con alimentos dulces y con almidón nos aporte placer (segrega dopamina en el cerebro), no es la mejor manera de recibir energía”.
Un desayuno dulce y almidonado desencadena un pico de glucosa, “lo cual deteriora la capacidad de nuestro cuerpo de producir energía con eficiencia, hace que nos sintamos cansados y provoca todo tipo de efectos secundarios”.
¿Qué podemos comer en el desayuno?
El desayuno se puede convertir, como lo dice la especialista, en el pilar de nuestro día, por eso se recomienza incluir alimentos ricos en proteínas como yogur griego, tofu, carne magra, pescado, queso, huevos. También los que contengan grasas saludables como mantequilla, aceite de oliva, aguacate o frutos secos.
Y muy importante, incluir verduras como espinacas, hongos, tomates y vegetales que nos aporten nutrientes.
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