Colombia encabeza la lista mundial como el país más mortífero para los activistas ambientales, según un informe

Colombia surgió como el país más mortífero para los defensores del medio ambiente, con la asombrosa cifra de 60 asesinatos solo en 2022, según un informe recientemente publicado de Global Witness.

El informe de la organización no gubernamental Global Witness arroja luz sobre una triste realidad: al menos 177 activistas ambientales perdieron la vida en todo el mundo el año pasado.

Además, la organización ha señalado que “muy pocos de los responsables de estos asesinatos rinden cuentas alguna vez“, lo que genera una sensación generalizada de impunidad que alimenta más violencia.

Escalada de violencia en Colombia

El informe revela que el número de ataques mortales contra activistas ambientales en Colombia casi se duplicó en 2022. Durante la última década, el recuento total de personas asesinadas en el país desde que Global Witness comenzó a registrar datos sobre tales ataques en 2012 ha llegado a al menos 382.

Colombia no está sola al enfrentar este grave problema. Otros países de América Latina también han sido testigos de un aumento de la violencia contra los defensores del medio ambiente.

Asesinatos contra ambientalistas en América Latina

· Brasil: 34
· México: 31
· Honduras 11
· Región amazónica, hogar de ecosistemas invaluables y comunidades indígenas, fue testigo de 39 asesinatos, muchas de las cuales provenían de orígenes indígenas.

Los activistas ambientales, en particular las comunidades indígenas, enfrentan innumerables amenazas, principalmente derivadas de actividades como la minería de oro y la tala. Vale la pena señalar que varias empresas con sede en el Reino Unido, la UE y Estados Unidos han estado implicadas en violaciones de derechos humanos relacionadas con estas actividades.

Global Witness hizo un llamado de atención a los gobiernos de todo el mundo para que aborden urgentemente este problema apremiante. Destacan el papel integral que desempeñan los pueblos indígenas en la protección de los bosques y la mitigación de la crisis climática, enfatizando la necesidad de apoyarlos y protegerlos.

El informe también destaca los desafíos que plantean la falta de monitoreo independiente y las restricciones a la libertad de prensa en muchos países, lo que lleva a que los casos no se denuncien. Los defensores del medio ambiente están cada vez más sujetos a esfuerzos legales para silenciarlos, lo que exacerba aún más la crisis.

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