El antiguo hogar de Barbara Walters se vendió por menos de su precio inicial
En abril de este año se puso en venta el apartamento de la fallecida periodista Barbara Walters y ahora se ha informado que el lugar se vendió por un precio aún no confirmado, lo que es seguro es que la venta no se hizo por el mismo precio con que entró al mercado
El antiguo apartamento de la periodista Barbara Walters acaba de ser vendido por una cifra que aún no ha sido confirmada. La venta se hace a menos de una año de la muerte de Walters, considerada una leyenda del periodismo estadounidense.
Esta propiedad entró al mercado en abril de este año por $19.75 millones de dólares, pero la falta de interesados hizo que su precio se rebajara a $17.9 millones de dólares en septiembre.
Por los momentos no se sabe cuál fue la cifra exacta que pagó el nuevo y tampoco se conoce quién es, ni cuáles son sus intenciones con el apartamento.
Desde que entró al mercado la vivienda en Upper East Side, Nueva York, era atractiva por su relación con la periodista, quien se mudó al lugar en 1989 y vivió allí hasta el día de su muerte.
Durante toda su carrera, Walters llegó a entrevistar a Vladimir Putin, Katharine Hepburn, Hugo Chávez, Dolly Parton, Elizabeth Taylor, Taylor Swift, Anwar Sadat, Fidel Castro y varios presidentes de Estados Unidos, por lo que también se asume que recibió a muchas personalidades en la residencia recién vendida.
Este apartamento se encuentra en la plata seis de un lujoso edificio, construida en 1925 y que fue diseñado por Nathan Korn. A su disposición tenía cinco habitaciones, cinco baños, vestíbulo, sala de estar, sala principal, biblioteca, comedor, cocina, cuarto de lavado y otras comodidades.
Lo que más resaltaban los vendedores del lugar es que aún se mantiene la decoración que ella hizo al lugar en los últimos años. La casa llama la atención por mezclar muchos estilos y combinar muchos colores, materiales y objetos.
Entre las diversas característica se puede mencionar su vestíbulo con espejos en las paredes, pisos de mármol blanco y negro, pisos de espiga en la sala de estar, chimenea de mármol tallado y grandes ventanales con vista a Central Park.
Aunque los registros no lo mencionan, se asume que los nuevos dueños también tendrán acceso a una serie de servicios que ofrece el mismo edificio.
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