Recluso de Oklahoma será ejecutado este jueves tras cometer doble asesinato en 2001
Phillip Hancock, de 59 años, ha afirmado que actuó en defensa propia en un caso de robo y drogas, pero las familias de las víctimas piden justicia y que proceda la ejecución
Un recluso de Oklahoma que mató a dos personas en 2001 será ejecutado este jueves, a menos que a última hora el gobernador republicano Kevin Stitt le conceda un indulto que ha sido recomendado por la Junta de Indultos y Libertad Condicional de Oklahoma con un margen de 3 votos a favor y 2 en contra.
Phillip Hancock, de 59 años, fue condenado en 2003 por los asesinatos de Robert Jett y James Lynch, ocurridos en 2001 en la casa de Jett en Oklahoma City.
La fiscalía alegó que Hancock disparó a Jett en el pecho y la cabeza cuando este salió de su casa para investigar un ruido, y luego persiguió a Lynch, que había salido corriendo, y le disparó en la espalda y la cabeza en un acto de venganza, pues Jett y Lynch le robaron dinero y drogas.
Pero Hancock y sus abogados han mantenido siempre que los asesinatos se produjeron en defensa propia, y que Hancock era una víctima inocente de dos criminales violentos que intentaron secuestrarlo y torturarlo.
En la audiencia de libertad condicional celebrada este mes, Hancock dijo estar arrepentido por la muerte de los dos hombres, e insistió en que los mató porque tenía que defender su vida.
“Estaba absolutamente aterrorizado por mi vida. Nunca me he sentido tan solo”, declaró Hancock a la junta, según imágenes de la audiencia proporcionadas por sus abogados. “Estaba en una situación de vida o muerte que no provoqué de ninguna manera”.
Asimismo, Hancock lamentó que Jett y Lynch murieran por una situación que, a su juicio, ellos mismos iniciaron, e insistió que los mató porque tenía que salvar su vida.
Durante la audiencia de libertad condicional, los familiares de Jett y Lynch describieron el dolor y el trauma que les causó el asesinato de sus seres queridos, y cuestionaron la versión de Hancock.
Ryan Jett, el hermano de Robert Jett, declaró que su hermano no era un ángel, pero que no merecía ser “asesinado como un perro”.
Por su parte, Robert Lynch, el hermano de James Lynch, dijo que no le importaba la recomendación de la junta, y que confiaba en que la ejecución se llevaría a cabo. “
Entretanto, el gobernador Stitt no ha hecho ningún comentario público sobre el caso de Hancock, y se desconoce si seguirá la recomendación de la junta o no, pues es la última carta que podrá tener el sentenciado para seguir con vida.
Con información de CNN
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