Hombre y su hija de 4 años descubren un naufragio de 152 años en el Lago Michigan

Lo que comenzó como una tranquila salida para disfrutar de la natación y la pesca en la Isla Verde del Lago Michigan, Tim y Henley Wollak encontraron una anomalía que los llevaría a descubrir un pedazo de historia marítima.

Mientras Henley esperaba encontrar tesoros marinos y Tim se embarcaba en un tranquilo viaje de pesca, su aventura dio un giro emocionante cuando su radar de búsqueda de peces reveló lo que parecía ser un naufragio.

El ojo imaginativo de Henley vio un pulpo, pero Tim sospechó que podría ser algo mucho más significativo. Su curiosidad los llevó a compartir sus hallazgos con expertos y entusiastas.

“Al principio, cuando lo vimos en el barco, pensé que era genial ver algo así”, dijo Wollak, de 36 años, a USA TODAY. “En ese momento no sabía la magnitud de lo que era”.

La Sociedad Histórica de Wisconsin y el Departamento de Recursos Naturales se interesaron y desplegaron un vehículo operado a distancia para revelar la verdad bajo las olas. El descubrimiento fue confirmado: los restos de madera del velero de tres mástiles George L. Newman yacen en aguas poco profundas.

Siguiendo el desafortunado viaje del barco

Construido en 1855, el viaje de George L. Newman terminó en la fatídica noche del 8 de octubre de 1871, en medio del caos del incendio de Peshtigo. El mismo incendio, que se cobró más de 1,200 vidas, también provocó la desaparición del barco cuando encalló, incapaz de navegar a través del espeso humo.

Los heroicos esfuerzos del farero local salvaron a la tripulación, pero el barco finalmente fue abandonado, su historia enterrada bajo la arena y el tiempo hasta su reciente redescubrimiento.

El descubrimiento ha despertado el interés de historiadores y arqueólogos. Mientras el Programa de Arqueología y Preservación Marítima de la Sociedad Histórica de Wisconsin planea un estudio detallado en la próxima primavera, esperan no solo aprender más sobre el pasado del barco, sino también considerarlo para su inclusión en el Registro Nacional de Lugares Históricos.

Este hallazgo no es solo una reliquia, sino un vínculo tangible con nuestro patrimonio marítimo, que ofrece información sobre los peligrosos viajes y las vidas que se cruzaron con este desafortunado barco.

El descubrimiento accidental por parte de un padre y su hija pequeña resalta el atractivo perdurable de la exploración y las formas inesperadas en que la historia puede resurgir, ofreciéndonos una ventana al pasado y una historia que conecta generaciones.

Mientras esperamos más investigaciones, el George L. Newman se erige como un testimonio de los misterios y las historias aún ocultas bajo nuestras aguas, esperando ser desveladas.

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