Destacando la cultura dominicana en el Capitolio de los Estados Unidos, seis años y contando
Me complace dar la bienvenida a todos los miembros de la diáspora dominicana a Washington, D.C., el miércoles, 7 de febrero, para celebrar un día lleno de colaboración, unidad y debates informativos
Dominicanos en el Capitolio es la mayor manifestación de orgullo cultural dominicano en Washington, DC. Este año marca la sexta celebración anual, y cada año he tenido el honor de encabezar este icónico reconocimiento de mi herencia en el Capitolio de los Estados Unidos durante el Mes de la Herencia Dominicana.
Como el primer domínico-estadounidense en servir en el Congreso de los Estados Unidos, Dominicanos en el Capitolio es un evento verdaderamente especial para mí y mis colegas. Cuando fui elegido por primera vez para un cargo federal, sabía que crearía y encabezaría un evento único que resaltara la belleza y la diversidad de la cultura domínico-estadounidense, honrara nuestra herencia y celebrara nuestros logros.
Los dominicanos son la cuarta población más grande de latinos que viven en los Estados Unidos, y nuestro crecimiento e influencia política continúa fortaleciéndose cada año. Dominicanos en el Capitolio muestra las innumerables contribuciones que los dominicanos han hecho tanto en mi ciudad de residencia, Nueva York, como en todo EE.UU. ?y fortalece aún más las relaciones entre Estados Unidos, la República Dominicana y la diáspora dominicana en general.
El espíritu de esta conferencia es cultural, familiar y de celebración. Este evento celebra a generaciones de domínico-estadounidenses, desde nuestros líderes domínico-estadounidenses pasados y actuales hasta la próxima generación, a la vez que construye nuevos vínculos entre nuestra comunidad y fortalece nuestro futuro.
El evento también celebra el progreso que nuestra nación ha logrado en los años recientes para reconocer las experiencias de la diáspora dominicana y mejorar su vida cotidiana ―lo que ha sido una meta central de mi carrera en el Congreso.
Durante mi mandato en el Congreso, he introducido importantes proyectos de ley, como la Ley de Seguridad Energética de Las Américas y la Ley de Oportunidades en las Américas, con el propósito de facilitar las inversiones en energía limpia y el “nearshoring” para crear empleos en la República Dominicana y la región del Caribe. He creado también el “Caucus de Amigos de la República Dominicana” bipartidista, cuya membresía crece cada año. Gracias a nuestro esfuerzo y al del Caucus de Amigos de la República Dominicana, a finales de 2023, la Administración Biden por fin nominó al prestigioso diplomático Juan Carlos Iturregui para el puesto previamente vacante de Embajador de Estados Unidos en la República Dominicana, para ayudar a solidificar las relaciones diplomáticas entre nuestras dos grandes naciones. La administración Biden también ha designado a numerosos domínico-estadounidenses para puestos gubernamentales de alto rango, entre los que figuran Julissa Reynoso Pantaleón como embajadora en España; Elizabeth de León Bhargava como subsecretaria de Administración del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD); Juana Matías como administradora regional de HUD para Nueva Inglaterra; Alejandra Castillo como subsecretaria de Comercio para el Desarrollo Económico, y Tom Pérez como asesor sénior del presidente de los EE.UU.
Además, a través de mi trabajo con el Caucus y en el Congreso, hemos supervisado una mayor transparencia en la forma en que el Departamento de Estado emite alertas de viaje para las naciones caribeñas, así como aumentos anuales de financiamiento para la importantísima Iniciativa de Seguridad de la Cuenca del Caribe, que ayuda combatir el tráfico de drogas y los delitos de violencia de pandillas en la R.D. y en todo el Caribe. Nuestro trabajo también ha proporcionado millones en nueva asistencia humanitaria para la República Dominicana para mejorar la transparencia del Gobierno a través de iniciativas anticorrupción, reforzar la educación pública y la salud pública, y reducir la propagación de enfermedades como el VIH en la isla. Además, gracias a nuestro trabajo, la R.D. ahora está mucho más preparada para recuperarse de huracanes pasados y responder a los futuros. En 2022, a instancias mías y de otros miembros del Congreso, el Programa Regional de Asistencia para Desastres de EE. UU. brindó asistencia directa para ayudar a la R.D. a recuperarse de la devastación causada por el huracán Fiona. Igualmente, gracias a nuestros esfuerzos generales, tanto en 2022 como en 2023, la Oficina de Asistencia Humanitaria de EE. UU. proporcionó casi $1.7 millones en ayuda humanitaria vital y financiación para programas de reducción del riesgo de desastres para proteger a las comunidades locales en la R.D. y mejorar en gran medida la capacidad del Gobierno dominicano para responder a futuras emergencias y desastres naturales.
También estamos logrando avances para los dominicanos aquí en los EE.UU. Justo recientemente, trabajé en estrecha colaboración con el presidente Luis Abinader y el liderazgo del Hospital Montefiore en El Bronx para forjar una asociación conjunta entre la Administración de Abinader y Montefiore a fin de promover una mayor equidad en salud, atención médica, y capacitación para dominicanos en la ciudad de Nueva York. Asimismo, he supervisado los esfuerzos para lograr que se realicen vuelos de menor costo entre los Estados Unidos y el Caribe a fin de garantizar opciones de vuelo más asequibles para que los residentes en EE. UU. visiten a sus amigos y familiares en lugares como la República Dominicana y Puerto Rico. Gracias a nuestros esfuerzos, en 2024, Estados Unidos está ahora más cerca que nunca de finalizar un moderno acuerdo de aviación de “Cielos Abiertos” con la República Dominicana, que proporcionaría un salvavidas financiero a las familias domínico-estadounidenses que tienen dificultades para pagar el costo actual de los vuelos hacia y desde su nación de origen.
Hemos logrado mucho para nuestra comunidad, pero aún hay más por hacer en el horizonte, especialmente en lo que respecta al tema de inmigración. Es por eso que recientemente ayudé a impulsar la introducción de un proyecto de ley de inmigración bipartidista integral, conocido como la “Ley Dignidad”, que por fin proporcionaría una vía hacia la ciudadanía para familias indocumentadas que actualmente se ven obligadas a vivir en las sombras. Este proyecto de ley fundamental también codificaría protecciones permanentes para los DREAMERS (Soñadores) y al mismo tiempo aumentaría los fondos para el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) destinados a reducir el actual retraso inaceptable en las solicitudes de tarjetas de residencia. Es importante destacar que este proyecto de ley también crearía un nuevo “Programa de Permisos Humanitarios de Residencia (parole) para la Reunificación Familiar de Dominicanos”, que reuniría a las familias dominicanas más rápidamente al permitir que los familiares dominicanos de ciudadanos estadounidenses vivan en los Estados Unidos mientras esperan la aprobación de sus tarjetas de residencia. Si se promulga, este programa sería de gran ayuda para los cerca de 284,000 dominicanos que siguen estancados en el actual retraso de años de USCIS en materia de tarjetas de residencia para reunificación familiar.
Sin embargo, una reforma migratoria real y significativa en el Congreso no será posible mientras vivamos en un mundo donde las comunidades de inmigrantes como la mía estén bajo constante ataque de los republicanos. Estos ataques mal informados se basan, con mucha frecuencia, en una visión xenófoba e infundada de los inmigrantes y de nuestra cultura como “diferente” a la experiencia estadounidense. En realidad, nada podría estar más lejos de la verdad. Estados Unidos es, y siempre será, una nación de inmigrantes.
Esta es precisamente la razón por la que en el ambiente político actual, eventos como Dominicanos en el Capitolio, que resaltan las contribuciones fundamentales que los domínico-estadounidenses han hecho a esta nación, son más importantes que nunca ―para educar, combatir la xenofobia y hacerles saber a todos los estadounidenses que nosotros somos una parte integral del tejido de esta nación.
Además, con nuestro creciente número poblacional y representación, sigue siendo fundamental que las voces de los dominicanos se expresen sobre los temas y desafíos que enfrenta nuestra comunidad, especialmente en lo que se refiere al desarrollo económico, la salud, la inmigración, la educación y los negocios. Dominicanos en el Capitolio ofrece una plataforma para que los domínico-estadounidenses hagan precisamente eso, mientras educan a otros sobre nuestras contribuciones culturales, innovaciones, y la fortaleza indeleble que me hace sentir orgulloso de ser domínico-estadounidense.
Me complace dar la bienvenida a todos los miembros de la diáspora dominicana a Washington, D.C., el miércoles, 7 de febrero, para celebrar un día lleno de colaboración, unidad y debates informativos sobre cómo abordar mejor los desafíos y problemas que enfrenta nuestra comunidad. Créanme, no querrán perdérselo.
Adriano Espaillat es congresista demócrata por Nueva York.