Amy Schumer revela que padece síndrome de Cushing: en qué consiste y cómo afecta este trastorno
La comediante reveló que sufre del trastorno después de consultar con los médicos a raíz del notable cambio en su rostro
“Fue como nacer de nuevo”.
Estas fueron las palabras que utilizó la actriz y comediante estadounidense Amy Schumer para describir el momento en que recibió su diagnóstico de síndrome de Cushing.
Schumer había sido objeto de comentarios sobre su cuerpo en redes sociales durante las últimas semanas, en los que algunas personas notaban que el rostro de la actriz se veía más “relleno”.
Al principio, Schumer había comentado que el cambio de apariencia se debía a que padecía endometriosis, una condición que afecta el sistema reproductivo de las mujeres.
Sin embargo, en los últimos días reveló que le habían diagnosticado el síndrome de Cushing, una enfermedad que puede alterar el funcionamiento del cuerpo como consecuencia de elevados índices de cortisol.
“Hay varios tipos de Cushing, algunos de ellos pueden ser fatales que requieren incluso de una intervención quirúrgica en el cerebro”, le dijo Schumer al portal News Not Noise.
Schumer, quien es conocida por sus rutinas de comedia y películas como Trainwreck (Esta chica es un desastre), señaló que su diagnóstico no es tan delicado.
“El tipo de Cushing que sufro es el que de algún modo se soluciona solo, por lo que estoy saludable y esa es la mejor noticia que he podido recibir”, dijo la comediante.
La apariencia de Schumer había causado revuelo en las redes sociales, por lo que ella misma consultó a los médicos a raíz de los comentarios que leyó, especialmente sobre su rostro.
Ella misma también había reportado a mediados de 2020 que había sido víctima de otro extraño padecimiento: la enfermedad de Lyme, que es causada por la picadura de un insecto.
Pero, ¿qué es el síndrome de Cushing y por qué puede ser fatal?
Una enfermedad rara
El síndrome de Cushing se le llama así porque, hacia 1932, el médico cirujano estadounidense Harvey Cushing lo reportó como un posible trastorno después de realizar varias investigaciones.
Cushing, conocido como un médico pionero de la neurocirugía, había observado que ciertos tumores hacían que el cuerpo produjera más cortisol que el normal y analizó las consecuencias que esto tenía en el cuerpo.
Ello dio inicio a la investigación del síndrome que llevaría su nombre.
De acuerdo al Servicio de Salud de Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés), el síndrome se registra especialmente en personas que toman medicamentos con esteroides durante mucho tiempo, debido a que estos contienen una versión sintética del cortisol.
Ahora, aunque el síndrome había sido observado por Cushing por su trabajo en neurocirugía, lo cierto es que en muy raras ocasiones el cuadro puede ser causado porque el propio cuerpo produce elevadas cantidades de cortisol.
En estos casos, por lo general se debe a la presencia de un tumor en la glándula pituitaria del cerebro o en una de las glándulas suprarrenales.
Al cortisol se lo conoce como la hormona responsable de los reflejos de “pelear o huir”.
Cuando envía señales de alarma al cerebro en respuesta al estrés, puede influir en casi todos los sistemas del cuerpo, desde el inmunológico hasta el digestivo.
Esto hace que se presenten algunos síntomas en el cuerpo que están relacionados con este trastorno, como el aumento de grasa en el pecho y el estómago mientras se mantienen brazos y piernas delgados.
También la acumulación de grasa en la parte posterior del cuello y los hombros, que es conocida como “joroba de búfalo”.
Otro síntoma puede ser el rostro rojo, hinchado e inflamado, como en el caso de Schumer
Difícil diagnóstico
Aunque suele ser benigno, si no se trata, el síndrome de Cushing tiende a empeorar y puede llegar a causar la muerte.
El exceso de cortisol puede dañar tejidos y sistemas fundamentales para el cuerpo.
Y aquí surge otro inconveniente: es un trastorno infrecuente que afecta a apenas 2 personas en un millón.
Debido a eso, el diagnóstico suele ser tardío.
Para detectarlo, el paciente debe hacerse un examen de orina, sangre o saliva.
Según el NHS, la prueba de saliva es más precisa si se hace a medianoche, por lo que la persona debe ser ingresada en el hospital.
Para el test de orina el paciente debe tomar dexametasona, un corticoide sintético. Si la persona está sana, este medicamento disminuye los niveles de cortisol.
Si ello no ocurre, entonces es posible que tenga el síndrome de Cushing.
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