Desórdenes del sueño: una pandemia oculta

Problemas de salud como la hipertensión, trastornos psicológicos y otras enfermedades están directamente ligadas con dormir mal.

Dormir bien es crucial para la salud.

Dormir bien es crucial para la salud. Crédito: Shutterstock

Un tercio de los estadounidenses reportan que duermen menos de 7 horas cada noche. Existen muchos desórdenes del sueño que pueden tener efectos profundos en la salud de las personas a largo plazo.

Al dormir, regeneramos las células, producimos hormonas implicadas en el crecimiento y el metabolismo corporal; actualizamos el sistema inmune y se activa nuestro cerebro, apoyando los procesos de aprendizaje y memoria.

Lo que se interpone es el insomnio, es decir, la dificultad para quedarse dormido, mantener el sueño e incluso se despertar de manera natural antes de tiempo. Quienes duermen menos de 7 horas tienen 3 veces más posibilidades de padecer síntomas moderados de depresión, en comparación con los que duermen entre 7 y 9 horas. 

Es cosa de relojes

Los seres humanos tenemos tres relojes que organiza nuestra vida:

  • Reloj solar, principalmente, además de regular las horas de luz, regula la temperatura corporal de nuestro cuerpo.
  • Reloj social, que nos presiona o guía a los momentos que debemos estar más atentos y activos. La alarma y la agenda son nuestro marcador del reloj social.
  • Reloj biológico o circadiano, que se alinea con los anteriores y utiliza hormonas para decidir cuándo dormir o cuándo despertar. Lo sentimos muy fuerte al viajar a otro huso horario, con el cambio de hora o al cambiar el horario de trabajo.

Si dejamos a nuestro reloj biológico ‘libre’ notaremos que hay dos grupos de personas: ‘los nocturnos’ y ‘los madrugadores’. A eso se le llaman los ‘cronotipos’.  Ser nocturnos, con un trabajo temprano hace el patrón de sueño irregular. Pero ¿y si eres ‘madrugador’? Son muchos los factores que lo activan:

  • Estrés de nuestra vida. Incluso una situación que vimos en la televisión o en redes sociales puede estresarnos; las guerras y conflictos son muy comunes. El estrés generalmente lleva a sensaciones de ansiedad, donde no podemos parar de pensar ni podemos dormir, lo que nos produce ansiedad y estrés.
  • Higiene del sueño. Puede ser que tengamos todo a nuestro favor para poder tener un sueño reparador, pero nuestras rutinas antes de dormir no le envían a nuestro cerebro, y reloj biológico, la señal de que es hora de dormir. Consumir cafeína, teína, mate o bebidas energéticas hasta 2 horas antes de dormir, la exposición a pantallas y televisión, entre otras cosas son algunos responsables. 
  • Los problemas para dormir de los hijos. Si los hijos tienen dificultades con el sueño, se duplica el nivel de estrés y se triplica la posibilidad que estos problemas también los tengan los padres.

Cuando tu cuerpo no te deja descansar

La apnea del sueño es muy común en Latinoamérica y Estados Unidos. Se estima que más de 170 millones de personas en la región lo padecen. Ocurre cuando la respiración de la persona se ve interrumpida por algunos segundos mientras está durmiendo por una contracción u obstrucción de las vías respiratorias. Normalmente, quien tiene apnea también ronca; lo que puede servir para reconocer las apneas.

Para volver a respirar, nuestro cerebro nos despierta levemente. Esto puede ocurrir decenas de veces en la noche, lo que trae consigo no poder seguir las fases del sueño de manera natural.

Se ha visto que muchas personas con apnea eventualmente presentan hipertensión, problemas cardio respiratorios y accidentes cerebrales. Por lo que, si reconoces que esto puede estar sucediendo contigo o con un ser querido, es importante que sea tratado medicamente.

  • La obesidad está directamente relacionada con la apnea del sueño. Principalmente, porque aumenta el tamaño del cuello por la acumulación de grasa, lo que presiona a la tráquea al estar acostados y porque la obesidad genera un estado de inflamación leve. 
  • La edad, por encima de los 50 años, aumenta la posibilidad de padecerlo.
  • Fumar, tener congestión nasal u otro problema respiratorio también influye en el riesgo de desarrollar este trastorno.

Realizar ejercicio para mantener una baja acumulación de grasas, así como dejar de fumar hacen una gran diferencia. También se utilizan aparatos toda la noche que constantemente tienen un flujo de aire, que se pone como una mascarilla en la nariz y boca. Los nuevos aparatos reducen el ruido que genera. Sirven también para los ronquidos.

Darle importancia a tu salud, significa preocuparte por dormir. En el mundo que nos encontramos muchas veces es complicado hacernos un espacio para todo. Pero dale más tiempo al sueño, a largo plazo hará una diferencia. Con un buen dormir, la concentración, salud, estrés, ansiedad y energía aumentan. 

Acerca de Vida y Salud: Este contenido ha sido creado por el equipo editorial de VidaySalud.com, un espacio fundado hace más de diez años bajo la dirección editorial de la Dra. Aliza Lifshitz con la misión de informar, educar y crear conciencia sobre temas de salud y bienestar. Un recurso único para la comunidad hispana de Estados Unidos, Vida y Salud incluye la plataforma digital VidaySalud.com y Vida y Salud TV que se transmite regularmente en la cadena de TV pública HITN.

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