“Nacer hoy en Gaza es nacer muerto”, denuncia la organización Save the Children
Vicente Raimundo, director de Cooperación Internacional de Save the Children, reconoce que "casi nadie esperaba la intensidad ni la duración" del conflicto, así como "las consecuencias catastróficas que está teniendo"
El director de Cooperación Internacional de Save the Children, Vicente Raimundo, asegura que “nacer hoy en Gaza es nacer muerto”, por lo que se necesita un cambio radical, rápido e inmediato de la situación actual de la franja palestina, que denomina “llamas en el infierno”.
En una entrevista con EFE, incide en que las dos palabras que la definen actualmente son “inconcebible y catastrófica”, cuando se cumplen ocho meses del comienzo de la guerra.
Raimundo visita el Encuentro Acampa por la Paz que se celebra entre este viernes y el domingo en la ciudad española de La Coruña, con la infancia y la juventud refugiadas como protagonistas.
Reconoce que casi nadie esperaba la intensidad ni la duración del conflicto, así como las consecuencias catastróficas que está teniendo.
La ofensiva de Israel en la franja comenzó como reacción a un ataque del brazo armado de Hamás en territorio israelí el 7 de octubre, que asesinó a 1,200 personas y secuestró a 250.
Las operaciones israelíes han causado más de 36,600 muertos y 83,000 heridos, además de unos 10,000 desaparecidos bajo los escombros, según el Ministerio gazatí de Sanidad, controlado por Hamás.
Raimundo cree que “es un poco absurdo hacer clasificaciones del mejor o el peor lugar”, pero “si Gaza ahora mismo no es el peor lugar del planeta Tierra para nacer, poco le faltará”, aunque también cita “Sudán, Afganistán o Yemen”.
En el caso de Gaza, el director de Cooperación Internacional de esta ONG pone el foco en la falta de acceso humanitario..
“Estar ocho meses con una ayuda entrando a cuentagotas a favor de una población que, antes del 7 de octubre, era dependiente de la asistencia internacional en un 80% para seguir viviendo es una situación que no se puede concebir”, según describe.
Futuro perdido
Analiza los datos y apunta que, hoy en día, “cualquier indicador es catastrófico, ya sea la tasa de muertos civiles, la de niños muertos, la ausencia de asistencia médica, los ataques a la misión médica, el hambre o la falta de agua potable”.
Con este escenario, es complicado mirar al futuro, pero Raimundo avisa que, conforme se alarga la situación, el sufrimiento aumentará exponencialmente, lo que se traduce “en vidas perdidas y en futuros perdidos”.
“Nacer hoy en Gaza es nacer muerto, lo digo en un sentido literal y en un sentido figurado”, sentencia. Y recuerda que “hay distintos intentos de naturaleza política al menos para que haya un parón largo en el que las organizaciones con un mandato humanitario puedan intervenir”.
“Si no hay un cambio radical, rápido e inmediato”, alerta Raimundo, “lo que nos espera es más llamas en el infierno”.
Una operación de asistencia “fracasada”
La labor de Save the Children, que trabaja en la franja de Gaza desde principios de la década de 1950, se ha centrado desde el 7 de octubre de 2023 en “poner en marcha una operación de asistencia humanitaria” que, confiesa, “ha sido extraordinariamente difícil” y que “se puede llamar fracasada”.
Explica que la organización tiene actualmente personal internacional y nacional trabajando en Gaza y un hospital de campaña instalado en el sur, además de que traslada camiones con productos básicos desde Egipto.
También avisa de la “situación en Cisjordania, que cada vez es peor”; aunque no es tan grave como la de Gaza, sí está viviendo “una crisis de infancia y una crisis de acceso”.
El drama de ser niño en otros países
Save the Children también mira hacia otros sitios del mundo donde la infancia está sufriendo, como Sudán: “la guerra civil se está extendiendo y la situación es pavorosa”, así es “un lugar horroroso para ser niño o niña”.
“Tenemos que mirar hacia Afganistán, que es un conflicto enquistado, y allí ser una niña es de lo peor que te puede pasar, y en los movimientos de población por violencia extrema o pobreza que se producen en las Américas, desde Venezuela hasta México”, resume.
Y añade que todo el centro de África tiene que afrontar cambio climático, pobreza extrema y conflictos abiertos, lo que hace que “la infancia sea reclutada, violada, asesinada y desplazada”. Raimundo constata que los conflictos armados van a más y las cifras de refugiados y de niños y niñas muertos también.
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