Editorial: Endeudamiento que enferma a los hispanos
Cuando la paz mental de un grueso de la población se ve alterada nos enfrentamos a una situación colectiva que puede generar un efecto dominó en nuestra sociedad con un desenlace desestabilizador.
Las deudas están agobiando a los estadounidenses a tal punto que su salud mental se está viendo comprometida. Esa es la conclusión de un informe divulgado hace unos días que analiza el estado financiero de quienes han visto en las tarjetas de crédito una tabla de salvación para poder llegar a fin de mes.
Los resultados del informe de la firma Deb.com no deberían tomarse a la ligera, especialmente si estamos hablando de que más de la mitad (51%) de los encuestados se sienten estresados al revisar las facturas de sus tarjetas de crédito, muchos de los cuales (10%) se siente desesperanzados, tristes (8%), sin ganas de comer (3%) o con problemas para conciliar el sueño (4%).
No es sano para las familias, no es sano para Estados Unidos que la gente viva pendiendo de un hilo para poder cubrir sus necesidades. Cuando la paz mental de un grueso de la población se ve alterada nos enfrentamos a una situación colectiva que puede generar un efecto dominó en nuestra sociedad con un desenlace desestabilizador.
El peso de las deudas puede llegar a un punto insostenible emocionalmente. Además refleja otras aristas en torno a la inseguridad financiera que se extienden incluso a largo plazo, como es el ejemplo de ni siquiera poder contar con un plan para tener un retiro digno.
Y la población latina no es ajena a esta espiral de deuda. De hecho, la organización AARP se hizo eco de la difícil situación económica que enfrenta más de la mitad de los latinos mayores de 30 años de todo el país. La percepción de estabilidad financiera de 54% entre los hispanos es cada vez peor, debido a deudas en tarjetas de crédito, inflación y otros factores.
Se hace urgente que los gobiernos locales, estatales y a nivel federal cuiden de la salud emocional de los estadounidenses no solo con programas de clínicas de ayuda para dar soporte psicológico sino con una estrategia de educación financiera comprensible al alcance de todos, pero principalmente con oportunidades laborales que reflejen un salario acorde a la economía actual.
De alguna manera hay que sacar del pozo a toda la gente que literalmente pasa despierta en las noches pensando en que no puede pagar las deudas.
Una persona con ese nivel de estrés e intranquilidad a causa del endeudamiento es una bomba de tiempo que en cualquier momento puede explotar.
Quienes han participado en las encuestas para expresar su ansiedad financiera están mandando un grito de auxilio que debe ser escuchado y atendido. El mensaje debe llegar tanto a los oídos de los políticos de turno como a los que aspiran a un cargo ganando el voto en las próximas elecciones.