La economía bajo amenaza

En general todas estas empresas, grandes o medianas y pequeñas tienen un mismo lío: la inseguridad que se suma a que el consumidor ahora es más exigente

Arby's

Un restaurante Arby's en Indiana. Crédito: Shutterstock

Después de la pandemia las cosas no están fáciles para nadie por la delincuencia, la inflación y la pérdida de horas laborales, que, a su vez, deja menos salarios provocando el efecto dominó como amenaza para los negocios que soportan la economía de los Estados Unidos. 

Una de las pruebas de esa amenaza es la reciente declaración de bancarrota de prestigiosas marcas de restaurantes de comidas rápidas como Arby’s que lleva años en el paladar de los consumidores, además del cierre de varios de los negocios de marcas tradicionales como las populares tiendas McDonald’s, además de las farmacias CVS o Walgreens.

En internet provocó mucho ruido la noticia de Arby’s al acogerse al Capítulo 11 o ley de bancarrota ante el Tribunal de Quiebras de Estados Unidos, pues casi al tiempo se destacaba el cierre de sucursales de farmacias o negocios acosados por el incremento del robo de mercancía o los altos costos del arriendo.

Estos negocios eran vistos como máquinas de hacer dinero, pero el Covid-19 frenó ese dinamismo. Y como tormenta perfecta el incremento de robos en el mercado minorista afecta a las tiendas que no encuentran cómo defenderse.

En general todas estas empresas, grandes o medianas y pequeñas tienen un mismo lío: la inseguridad que se suma a que el consumidor ahora es más exigente en lo que pide y sobre todo con lo que paga; pues tras la pandemia todos aprendimos a fijarnos más en cada dólar que gastamos.

Esta situación nos deja claro que los ecos de la pandemia siguen afectando a todos por igual y por eso los empresarios ya no ven tan bien al cierre de cuentas del mes, aunque la FED diga que le va ganando la partida a la inflación y que las cosas no están tan caras. 

Lo grave es que los poderosos banqueros del Banco de la Reserva Federal, FED, no sienten tan fuerte este impacto como las personas de a pie, que viven la realidad de necesitar dinero para cubrir su día a día.

En este caso solamente nos hemos ocupado de los estragos de la pandemia en un sector de la economía, pero seguro que todos tenemos alguna queja, porque sube el costo de la salud, los seguros ahora son menos asequibles y es más caro cada medicamento y sobre todo los alimentos no ceden, pese a las medidas del Banco de la Reserva Federal para tratar de contener la carestía. 

La pregunta entonces es ¿hasta cuándo tenemos que padecer este drama del coronavirus que sigue matando la economía y amenaza con regresar para devolver a esos tiempos del encierro que azotó nuestros bolsillos.

Como autora, Sofía Villa escribe esta columna a título personal y sus opiniones no representan a Televisa-Univision Inc. donde trabaja como Manager Assignment.

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