Censuradores de verdad

La censura de por sí no es buena, pero la falta de  un rango fijo para las redes sociales

El CEO de Meta, Mark Zuckerberg.

El CEO de Meta, Mark Zuckerberg. Crédito: EFE

Es preocupante la reciente carta de Mark Zuckerberg, presidente de Meta, donde reconocía ante un comité del Congreso de los Estados Unidos que recibió presiones de la Casa Blanca sobre el contenido de las publicaciones de Facebook.

A sus 40 años, el joven ejecutivo confirma que la supuesta presión ocurrió en el 2021, cuando luchábamos con la pandemia del Covid-19  y se debatía sobre las vacunas.

Como periodistas y comunicadores cualquier intento de censura nos parece que se convierte, automáticamente, en obstrucción de la verdad y ante ese reconocimiento, sería bueno aprovechar el debate y comenzar a analizar cómo protegernos de ese monstruo que pueden llegar a ser las redes sociales, donde por su poder se abre espacio a la censura, ante la agilidad para propagar versiones, que podrían distorsionar la realidad y la información que todos tenemos derecho a recibir para formar nuestra propia opinión.

Ese poder de influencia fue el que se vino en contra de los grandes medios de comunicación del mundo y sería grave que esa crisis de credibilidad siguiera afectando la humanidad. Pues, decíamos que una imagen vale más que mil palabras, pero ahora los montajes con inteligencia artificial siembran dudas sobre la realidad.

Todo porque esa amenaza de vida que era el coronavirus sigue dejando bajas y ahora se lleva por delante la reputación de Facebook además de la del gobierno de Joe Biden. 

Por eso debería haber un gran concilio sobre el análisis de cómo hacer que la comunicación en redes sociales sea veraz, sin retorcer los hechos, aplicar la censura, ni generar espejismos en la sociedad.

Ante el comité de investigaciones de la Cámara de Representantes, claramente Zuckerberg confesó que sintió la censura, durante meses, sobre ciertos contenidos de la compañía con sede global en Menlo Park, California, afectando incluso los comentarios jocosos o chistes que se registraban en la popular Instagram, sobre lo que realmente estaba pasando con la pandemia, en medio de la estela de muertes por el virus.

No es la primera vez que el ejecutivo, nacido aquí en el Estado de New York, se enfrenta a los pesos pesados del Capitolio en Washington DC por temas como los rumores sobre las vacunas, o la controversia del famoso octogenario Anthony Fauci, junto a el Cirujano General de la nación, Vivek Murthy, además del presidente Joe Biden y Donald Trump, sobre las teorías de las supuestas “fake news” sobre  información errónea en torno a la pandemia.

La censura de por sí no es buena, pero la falta de  un rango fijo para las redes sociales está matando la veracidad, la credibilidad y el derecho a saber qué pasa.

Como autora, Sofía Villa escribe esta columna a título personal y sus opiniones no representan a Televisa-Univision donde trabaja como Manager Assignment.

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