Trump sacude la administración federal con críticos frente a las agencias
Donald Trump tiene planeado voltear paras arriba las agencias federales de Estados Unidos, pero podría encontrarse con el escepticismo de algunos republicanos
El presidente electo, Donald Trump, ha estado nominando personas muy críticas o inclusive a personas que van en contra de la existencia de las agencias del Estado que deberán liderar, dentro de un plan para sacudir la Administración Federal actual en su segundo gobierno, que iniciará el 20 de enero con la toma de posesión.
Uno de sus primeros exponentes es su aspirante al la dirección del FBI, Kash Patel, un hombre muy leal al magnate neoyorquino y muy duro con el funcionamiento de la principal agencia federal de investigación policial.
Patel, quien laboró previamente en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, es adepto a cerrar el cuartel central del FBI en Washington, cortar la cabeza de la dirección y desmantelar la burocracia, a la que ha identificado como el “Estado profundo”.
El director actual de la agencia, Christopher Wray, que fue nombrado por el mismo Trump en 2017 en su primer gobierno, pero posteriormente fue criticado por el republicano, anunció que renunciará a su cargo antes de su toma de posesión.
El mandatario electo ha atacado al FBI particularmente desde que los agentes del cuerpo allanaron su mansión de Mar-a-Lago, Florida, en 2022 en busca de documentos clasificados que se llevó de la Casa Blanca cuando terminó su período.
El político conservador insiste en que las averiguaciones federales en su contra forma parte de un complot político de la Administración del presidente saliente Joe Biden y decidió poner al frente del Departamento de Justicia y de los cuerpos de seguridad a sus aliados más cercanos para que lo protejan.
Su objetivo de sacudir el funcionamiento de Washington, no obstante, podría encontrar obstáculos en el Senado, cámara que debe ratificar la mayoría de sus nombramientos y donde los republicanos moderados ven con escepticismo a algunos de los candidatos de Trump.
Un ejemplo claro de ello fue la candidatura como fiscal general de Matt Gaetz, a quien el máximo líder republicano había nominado para romper con la tradicional independencia del Departamento de Justicia, se volvió polvo en el viento por un escándalo sexual, y ahora la lupa se encuentra sobre Pete Hegseth, aspirante a secretario de Defensa que también fue acusado de abuso sexual y alcoholismo.
En caso de que Hegseth lograra la confirmación del Senado, las Fuerzas Armadas más poderosas del mundo serían encabezadas por un veterano dela Guardia Nacional sin experiencia en grandes operativos militares y al que Trump conoció por ser un presentador de la cadena de noticias ultraconservadora Fox News.
En concreto, el ahora expresentador ha sido muy crítico con el funcionamiento del Ejército y acusó a los altos mandos militares de estar más preocupados por la diversidad racial dentro de sus filas que por la preparación para la guerra.
Hasta ha llegado a poner en tela de juicio el papel de las mujeres en puestos de combate, pues aseguró que incluso no ha hecho que el Ejército sea “más eficiente ni más letal”.
Asimismo, el encargo que ha recibido la exejecutiva de la lucha lubre, Linda McMahon, como la siguiente secretaria de Educación, no consiste en poner patas arriba a su departamento, sino desaparecerlo por completo.
Trump afirma que el Departamento de Educación está infiltrado por “radicales, fanáticos y marxistas”, y que la enseñanza debería estar en las manos de las autoridades federales, no del Ejecutivo federal.
El desmantelamiento de ese gabinete, cuyo principal papel es la distribución de fondos para escuelas y préstamos estudiantiles, es una tarea cuesta arriba que debería contar con la aprobación del Congreso.
Sin embargo, alguien que representa como nadie el plan del presidente electo para sacudir los cimientos de la Administración Federal, son el multimillonario sudafricano, Elon Musk, y su escudero Vivek Ramaswamy, quienes tienen el liderazgo de una oficina creada recientemente y que se encarga de recortar el gasto de la burocracia.
Por su parte, los analistas del futuro Departamento de Eficiencia Gubernamental, que planea autodisolverse en 2026, están estudiando la posibilidad de suprimir algunos organismos federales, despedir empleados públicos, cerrar oficinas, eliminar el gasto en políticas de diversidad y recortar la ayuda exterior de Estados Unidos.
Sigue leyendo: