Familias y defensores reaccionan a conmutaciones de penas de muerte de Biden

Entre los reclusos perdonados por Joe Biden hay personas condenadas por asesinatos de policías y oficiales militares, además de prisioneros y guardias federales

Biden había enfrentado la presión de las organizaciones de defensa para conmutar las condenas de muerte federal, y varias lo elogiaron por tomar las medidas.

Biden había enfrentado la presión de las organizaciones de defensa para conmutar las condenas de muerte federal, y varias lo elogiaron por tomar las medidas. Crédito: Ben Curtis | AP

Las familias de las víctimas y otras personas afectadas por delitos que terminaron en sentencias de penas de muerte en el ámbito federal compartieron una variedad de emociones el lunes, desde el alivio hasta la ira, luego que el presidente demócrata Joe Biden conmutara docenas de condenas.

El mandatario saliente convirtió las sentencias de 37 convictos condenados a muerte en cadenas perpetuas sin posibilidad de libertad condicional. Entre los reclusos hay personas condenadas por asesinatos de policías y oficiales militares, además de prisioneros y guardias federales. Otros estuvieron implicados en robos mortales y tráfico de drogas.

Tres reos seguirán en el corredor de la muerte federal, entre ellos: Dyland Roof, procesado por los asesinatos racistas en 2015 de nueve personas afroamericanas de la Iglesia Madre Emanuel AME en Charleston, Carolina del Sur.

El terrorista del maratón de Boston de 2013, Dzhokhar Tsarnaev, y Robert Bowers, quien abrió fuego contra 11 feligreses en la sinagoga del Árbol de la Vida de Pittsburgh en 2018, el ataque antisemita más letal en Estados Unidos.

Los opositores de las penas de muerte celebraron la decisión de Biden algo que habían buscado por mucho tiempo.

Asimismo, los partidarios del presidente electo Donald Trump, un firme defensor de la ampliación de la pena capital, criticaron la medida semanas previas de que el republicano asuma el cargo el próximo 20 de enero.

Familias de víctimas y excompañeros entre el alivio y el enojo

Un oficial de policía retirado de Ohio, Donnie Olivero, cuyo compañero, Bryan Hurst, fue asesinado por un convicto cuya sentencia de muerte fue conmutada, señaló que la ejecución del asesino “no me habría traído paz”.

“El presidente ha hecho lo correcto aquí”, indicó Oliverio en un comunicado también emitido por la Casa Blanca.

Sin embargo, la viuda de Hurts, Marissa Gibson, denominó la decisión del ejecutivo nacional de angustiosa y de “desestimación total y debilitamiento del sistema de justicia federal”, declaró a The Columbus Dispatch.

Por su parte, Tim Timmerman, cuya hija, Rachel, fue lanzada a un lago en Michigan en 1997 para evitar que testificara en un juicio por violación, manifestó que la decisión de Biden de conmutar la sentencia de asesino brindó a las familias “solo dolor”.

“¿Dónde está la justicia en simplemente darle una cama de prisión para que muera cómodamente?”, expresó Timmerman.

Heather Turner, cuya madre, Donna Major, fue asesinada en el robo a un banco en Carolina del Sur en el año 2017, tildó la medida como un “claro abuso de poder” en una publicación de Facebook.

“En ningún momento el presidente pensó en las víctimas”, escribió Turner. “Él y sus partidarios tienen las manos manchadas de sangre”.

Igualmente, Corey Groves, cuya madre, Kim Groves, resultó asesinada en un complot en 1994 por un oficial de policía de Nueva Orleans luego de que ella presentara una denuncia con él, apuntó que la familia ha estado viviendo con la “pesadilla” de su asesino por 30 años.

“Siempre he querido que pase el resto de su vida en prisión y que tenga que despertarse cada mañana y pensar en lo que hizo cuando nos arrebató a nuestra madre”, señaló Groves en una declaración por medio de su abogado.

Dejar a Roof en el corredor de la muerte causó emociones encontradas

Los parientes de las nueve personas asesinadas y los sobrevivientes de la masacre en la Iglesia Metodista Episcopal Africana Madre Emanuel han tenido por mucho tiempo varias opiniones sobre el castigo de Roof.

Muchos lo perdonaron, pero algunos de ellos dicen que no pueden olvidar y su perdón no significa que no quieran verlo sentenciado a muerte por lo que hizo.

Una sobreviviente del tiroteo, Felicia Sanders, que protegió a su nieta mientras veía cómo Roof mataba a su hijo, Tywanza, y a su tía, Susie Jackson. Sanders llevó su Biblia llena de sangre y destrozada por la balas al momento de su condena.

En un mensaje de texto a su abogado, Andy Savage, la mujer denominó la decisión de Biden de no perdonarle la vida a Roof como un gran regalo de Navidad.

Michael Graham, cuya hermana, Cynthia Hurd, fue asesinada, dijo a AP News que la falta de remordimiento de Roof y el nacionalismo blanco latente en Estados Unidos significan que él es el tipo de persona peligrosa y cruel para la cual está destinada la pena de muerte.

“Fue un crimen contra una raza de personas”, dijo Graham. “No importaba quién estuviera allí, solo que fueran negros”.

Pero la reverenda Sharon Risher, prima de Tywanza Sanders y cuya madre, Ethel Lance, fue asesinada, criticó al presidente demócrata por no perdonar a Roof y limpiar el corredor de la muerte federal.

“Necesito que el Presidente entienda que cuando se pone a un asesino en el corredor de la muerte, también se pone a las familias de sus víctimas en el limbo con la falsa promesa de que debemos esperar hasta que haya una ejecución antes de que podamos comenzar a sanar”, manifestó Risher en una declaración.

Risher, integrante de la junta directiva de Death Penalty Action, que busca abolir la pena de muerte, indicó en una rueda de prensa por Zoom que las familias “quedan como rehenes durante los años y años de apelaciones que están por venir”.

Por su parte, Abraham Bonowitz, director ejecutivo de Death Penalty Action, expresó que Biden estaba prestando más atención a los tres condenados que decidió no perdona , algo que todos querían como parte sus razones políticas para matar.

“Cuando Donald Trump los ejecute, lo que realmente ocurrirá es que se les dará una plataforma global para su agenda de odio”, señaló Bonowitz.

Políticos y grupos de defensa dan su opinión al respecto

Biden había enfrentado la presión de las organizaciones de defensa para conmutar las condenas de muerte federal, y varias lo elogiaron por tomar medidas en su último mes en la Casa Blanca.

El director ejecutivo de la ACLU, Anthony D. Romero, expresó en un comunicado que el mandatario demócrata ha demostrado que “las políticas brutales e inhumanas de nuestro pasado no pertenecen a nuestro futuro”.

Los republicanos, incluyendo el senador Tom Cotton de Arkansas, criticaron la disposición y alegaron que su fundamento moral eran inestables dada las tres excepciones.

“Una vez más, los demócratas se ponen del lado de los criminales depravados en lugar de sus víctimas, el orden público y la decencia común”, escribió Cotton en X.

“Los demócratas ni siquiera pueden defender la escandalosa decisión de Biden como una especie de oposición de principios y generalizada a la pena de muerte, ya que no conmutó las tres sentencias políticamente más tóxicas”.

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