Nueva York está menos “sangriento” que hace dos años, pero la percepción de los hispanos es que está más violento
El gobierno estatal insiste en que las balaceras se redujeron a mínimos históricos
Termina un año en Nueva York con crímenes de muy alto perfil. Con una nueva pandilla que debuta en las calles de la Gran Manzana. Con un auge de robos y asaltos que no se veía en décadas. Con el voto republicano avanzando en los distritos electorales, más habitados por comunidades hispanas, que presionan por más seguridad…Aun así, en medio de estos climas arraigados de opinión, las autoridades de Nueva York tienen sus propias cuentas, en donde más allá de las sensaciones populares, muestran con orgullo que la “guerra se está ganando contra las balaceras y los homicidios”. Aunque queda una asignatura pendiente, con la ola gigantesca de delitos contra la propiedad.
“Tenemos un número revelador al cierre de 2024. En este momento por cada 100,000 habitantes la tasa de homicidios es de tres personas. Solo en tres ocasiones en los últimos 60 años hemos estado cerca de esta cifra”, dijo a El Diario el subsecretario de seguridad del estado de Nueva York, Marcos Soler.
En los registros oficiales, los tiroteos y asesinatos en todo Nueva York están en sus mínimos históricos, desde que en el 2006, se hace seguimiento estadístico a estas incidencias.
Pero en la percepción de las comunidades hispanas, en palabras simples, “esto nunca había estado peor”.
En la última encuesta de Siena College, el 54% de los neoyorquinos pensaba que la delincuencia había empeorado durante el último año y el 27% se mantuvo más o menos igual.
Por grupos étnicos, el 66% de los neoyorquinos latinos pensaba que la delincuencia había empeorado (en comparación con el 52% de los blancos y el 40% de los negros).
Efectos de una campaña
Las autoridades estatales y municipales siempre han ponderado que cuando los asesinatos descienden de esta forma, casi siempre la gente cree que la delincuencia en general también disminuye. Pero en este momento, el sentimiento público de los neoyorquinos no apunta a esta dirección. Por el contrario, la percepción es que termina un año “terrible” en materia de seguridad pública.
Como advierte Rosanna Rosado, comisionada de la División de Servicios de Justicia Penal de Nueva York, estamos finalizando una campaña electoral en la cual muchas personas que aspiraban cargos políticos, pusieron en el centro del debate el tema de la violencia.
“Recordemos en dónde estábamos en los meses posteriores de la pandemia. Estamos en un momento, en que se ha logrado bajar las incidencias sangrientas de las balaceras. Con el enlace que se ha logrado con las comunidades, se puede empezar a trabajar con temas más específicos. Pero la gran preocupación de los neoyorquinos, que era la violencia criminal, logramos revertirla”, planteó Rosado.
La funcionaria estatal asegura que con las inversiones en materia de seguridad pública, que han avanzado en las comunidades más afectadas por el auge criminal, se han logrado enlaces comunitarios que antes no existían.
“Si comparamos lo que pasaba con vecindarios del Alto Manhattan en los 70 y los 80, en donde nadie le tenía confianza a los oficiales policiales, en este momento todo lo que hemos logrado ha sido por la contribución de los residentes. Tenemos lazos que antes no existían. Y eso nos ayudará a escalar el próximo nivel del plan de seguridad de la gobernadora, el cual incluye acciones de prevención para evitar que menos jóvenes, tengan contactos con las autoridades”, indicó.
Inversiones versus resultados
La gobernadora Kathy Hochul ha remarcado que la violencia con armas de fuego en Nueva York, está en su punto más bajo desde que el estado comenzó a registrar y analizar estos datos.
Los incidentes con disparos con heridos disminuyeron un 26% hasta septiembre del 2024 en comparación con el mismo período de nueve meses del año pasado, según informaron los 28 departamentos de policía fuera de la ciudad de Nueva York que participan en la iniciativa de eliminación de la violencia con armas de fuego.
Desde que asumió el cargo, la gobernadora ha conseguido una financiación de nivel récord para las fuerzas del orden locales y las oficinas de los fiscales de distrito, de 30 millones de dólares durante el año fiscal estatal 2022 a 392 millones de dólares en el año fiscal actual.
Al mismo tiempo, el presupuesto de la Policía del Estado de Nueva York ha aumentado en un 30%, lo que le permite a la agencia contratar y capacitar a más agentes y ampliar significativamente su apoyo a las agencias locales de aplicación de la ley, para abordar los delitos graves, la violencia con armas de fuego y el robo en tiendas.
Por su parte, el subsecretario de seguridad del estado de Nueva York, Marcos Soler pone en el inventario de este aplastamiento en la curva de crímenes violentos, que desde el año pasado se hicieron inversiones para destruir el tráfico de armas. Y a la par, se lograron cambios en las controversiales reformas de la Ley de Fianzas.
“En los hechos, los efectos de esos cambios legales apuntan a una disminución del 40% de la reincidencia de delitos en todo el estado. Pero también los robos fuera de la ciudad de Nueva York han descendido, solamente que por toda esta dinámica, las comunidades todavía no lo perciben”, acotó.
El dato:
- 26% por ciento ha sido el descenso de tiroteos con heridos desde el 1 de enero hasta el 30 de septiembre de 2024, esto representa la menor cantidad reportada desde que el estado comenzó a rastrear estos datos en el 2006.