Despidos masivos de Trump a empleados federales los ha dejado desconcertados y enojados

Un empleado a prueba de nivel medio de Departamento de Agricultura de Estados Unidos leyó su carta de despido totalmente sorprendido. La misiva era del departamento de recursos humanos del USDA en la que decía que ya no tenía trabajo, señalaba que la decisión se tomó “en función de su desempeño”, pero para esta persona no tenía sentido alguno.

“No hay forma de vincularme con un problema de desempeño específico porque llevo seis semanas en el trabajo”, indicó el exempleado, que labora en Phoenix y, como otros, al igual que él hablaron con TIME en condición de anonimato. El trabajador dijo que nadie le había comentado algún problema con su desempeño ante de recibir la carta de despido.

Este empleado del USDA estaba entre los miles de trabajadores federales de todo el país que fueron destituidos el jueves sin una notificación previa y que afectaron los empleados en periodo de prueba, es decir, que aquellos que han sido contratados por el gobierno federal por menos de uno o dos años y son más fáciles despedir.

El gobierno de Trump ha ordenado a la mayoría de las agencias que despidan a casi todos los empleados en periodo de prueba que todavía no han obtenido la protección del servicio civil.

Las expulsiones han consternado tanto a los trabajadores federales como a los sindicatos que los representan, lo que ha causado una condena general y ha preparado el terreno para futuras batallas legales.

Gran parte de la fuerza laboral federal ven la naturaleza agresiva de los recortes como una prueba de la administración republicana no solo está tratando de reducir costos, sino desmantelar la fuerza laboral y reducir su capacidad para servir al público.

“Siento que en este momento la administración está demonizando a los trabajadores federales”, expresó un agente de alto rango del IRS de Nueva York, que fue contratado en julio y “espera plenamente” recibir un aviso de despido en los próximos días.

Los despidos forman parte de una iniciativa más amplia liderada por Trump y el recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una iniciativa con Elon Musk a la cabeza para agilizar las operaciones gubernamentales.

El magnate sudafricano ha llegado al extremo de sugerir que se deberían “eliminar agencias enteras”, comparándolas con “malas hierbas” que supuestamente necesitan suprimir. Asimismo, los expertos legales y los representantes sindicales sostienen que muchas de las acciones del DOGE están totalmente fuera de la ley.

Tras la toma de posesión de Trump, el liderazgo de la OPM fueron sustituidos por aliados de Musk.

En otros sitios, miles de trabajadores fueron cesados de sus puestos en llamadas grupales o a través de mensajes pregrabados, y se les revocó inmediatamente el acceso al gobierno. A otros se les comunicó que serían despedidos formalmente por correo electrónico.

El Departamento de Asuntos de Veteranos, que ofrece servicios y beneficios importantes a los veteranos, despidió a más de 1,000 empleados solo el jueves, y el secretario de Asuntos Veteranos, Doug Collins, aseguró que la decisión le ahorraría al departamento $98 millones de dólares anuales.

La forma repentina de llevar a cabo las destituciones ha dejado atónitos a muchos trabajadores. Un gerente de recursos humanos de la Administración de Salud para Veteranos, que ha trabajado para el departamento por más de 20 años, manifestó que nunca había visto algo así en todos sus años de servicio.

En una reunión de personal, dice que la dirección les dijo que se estaban enterando de los despidos al mismo tiempo que el resto del personal de la agencia, y que las decisiones las estaba tomando un pequeño grupo de la Oficina de Gestión Personal apoyado por el DOGE.

“Estamos paralizados porque no sabemos qué pasará mañana”, agregó.

Por su parte, el gerente de recursos humanos dijo que votó por Trump en las últimas tres elecciones presidenciales y “nunca volveré a cometer es error”.

“Si el Partido Republicano quiere recuperar a alguien como yo, tendría que empezar a hacer cambios ahora mismo”, afirmó. “No he votado por un demócrata en dos décadas. Votaré por un demócrata en las elecciones de mitad de mandato y en la próxima carrera presidencial, seguro”.

En este sentido, otros trabajadores federales que indicaron que votaron por Trump en el pasado dicen que están reconsiderando su respaldo a la administración republicana.

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