Ponen a la venta el penthouse con la sala más grande en todo Nueva York: ¿Cuánto vale?

Un penthouse de 1,350 m² sale a la venta en Tribeca. Tiene el living más grande de Nueva York y vistas espectaculares

Penthouse

Este penthouse, además de estar en un edificio clásico, ofrece vistas espectaculares. Crédito: Shutterstock

En el competitivo mercado inmobiliario de Nueva York, aún es posible sorprenderse. Un penthouse dúplex de 1,350 metros cuadrados en la cima del emblemático edificio One Hundred Barclay acaba de salir a la venta por nada menos que $40 millones de dólares.

Ubicado en Tribeca, uno de los vecindarios más exclusivos de Manhattan, este penthouse destaca por ofrecer la sala más grande de la ciudad, con 280 m² de espacio diáfano, techos altísimos y ventanales en arco que enmarcan el skyline más codiciado del mundo.

Este palacio contemporáneo en las alturas redefine el concepto de lujo residencial. Sus actuales propietarios lo describen como “una mansión en el cielo” y aseguran que es el lienzo perfecto para diseñar el hogar de tus sueños.

Más allá de sus dimensiones récord, el departamento ofrece vistas privilegiadas del río Hudson, la Estatua de la Libertad y buena parte del centro financiero neoyorquino, detalla New York Lifestyles Magazine.

Tribeca: lujo, historia y celebridades

El barrio que acoge esta exclusiva propiedad no necesita presentación. Tribeca es sinónimo de discreto glamour, arquitectura de vanguardia y vida cultural vibrante. En los últimos años, se ha convertido en el destino predilecto de las celebridades más influyentes. Entre sus residentes se encuentran Robert De Niro, Scarlett Johansson, Leonardo DiCaprio, Beyoncé, Mariah Carey, Ryan Reynolds, Meryl Streep y Jennifer Lawrence, entre muchos otros.

No es raro ver a estas estrellas frecuentando los cafés, galerías y restaurantes del barrio. Nuevos vecinos como Taylor Swift, Harry Styles, Jake Gyllenhaal y el piloto de F1 Lewis Hamilton, quien posee un ático de $51 millones en la calle Greenwich, refuerzan el atractivo del lugar como símbolo de estatus y privacidad.

Según De Niro, Tribeca “se puso de moda cuando el Soho y Little Italy murieron de éxito”. Aquí, el bullicio del turismo deja paso a la sofisticación urbana, con joyas arquitectónicas, espacios culturales como el Tribeca Film Festival, y lugares de esparcimiento como el muelle Pier 25, ideal para jugar vóleybol o disfrutar del atardecer con ostras y champán a bordo de un velero.

El edificio One Hundred Barclay: arte, historia y resiliencia

El penthouse en cuestión, según detalla Forbes, se encuentra en la cima del histórico One Hundred Barclay, también conocido como edificio Barclay-Vesey. Este rascacielos fue diseñado por el visionario Ralph Thomas Walker, un arquitecto que redefinió el skyline neoyorquino en los años veinte.

Walker, nacido en Connecticut en 1889, fue considerado por Frank Lloyd Wright como “el único arquitecto honesto de América”. Su estilo fusionaba la solidez industrial con una estética refinada, que huía de las modas pasajeras. El Barclay-Vesey fue su primera gran obra en solitario, y una auténtica declaración de principios.

Este rascacielos art déco fue inaugurado en 1927, cuando el estilo apenas comenzaba a reconocerse internacionalmente. Las revistas de la época lo describieron como una “pirámide maya modernista” o un ejemplo de “modernismo vertical”. Su forma escalonada respondía a una ordenanza municipal de 1916, que prohibía la construcción de edificios totalmente verticales de más de 20 pisos para garantizar la llegada de luz y aire a las calles.

El diseño fue enriquecido con esculturas decorativas de John De Cesare y Ulysses Ricci, quienes añadieron elementos clásicos como hojas de acanto, ovas y dardos. El resultado fue un edificio que deslumbró a sus contemporáneos y se convirtió en fuente de inspiración para generaciones de arquitectos.

Originalmente, el edificio albergó la sede de la Compañía de Teléfonos de Nueva York. Más adelante, pasó a ser conocido como el edificio Verizon. Su estructura de 32 pisos sobrevivió al paso del tiempo, aunque sufrió daños significativos durante los atentados del 11 de septiembre por su cercanía al World Trade Center.

Tras una restauración que costó más de $1,400 millones entre 2001 y 2004, el edificio fue parcialmente reconvertido en 2016 en un lujoso condominio residencial. Hoy, su penthouse es nuevamente objeto de deseo para los amantes del diseño, la historia y el lujo.

Detalles que justifican el precio

Más allá de su ubicación y valor patrimonial, este dúplex ofrece prestaciones que lo sitúan en lo más alto del mercado inmobiliario. La vivienda cuenta con una cocina gourmet, despensa, bodega climatizada para 630 botellas de vino premium, techos altos, estancias amplias, salas polivalentes y acabados de primer nivel.

El espacio ha sido pensado tanto para vivir como para celebrar. Los promotores lo presentan como una propiedad ideal para albergar eventos corporativos, exposiciones de arte o fiestas privadas con vistas al atardecer de Manhattan. El salón principal, de 280 m², es único en su tipo en la ciudad: un lugar donde la amplitud, la luz natural y la elegancia se combinan con una sensación de calma poco común en la gran ciudad.

En 2019, este mismo ático ya había salido al mercado por un precio aún más elevado, tras completarse la transformación del edificio en condominio. Entonces, como ahora, la propiedad fue descrita como un “inmenso y magnífico libro en blanco”.

No todos se dejan seducir por el encanto de esta propiedad. En redes sociales, algunos usuarios comentan con sarcasmo: “¿$40 millones por tardar 15 minutos en llegar al baño?”. Sin embargo, para muchos compradores de alto perfil, se trata de una inversión en exclusividad, privacidad y valor histórico.

En una ciudad donde los espacios son cada vez más reducidos, una residencia de estas características representa una rareza absoluta. En especial, si se encuentra en uno de los edificios más admirados de Nueva York, en el corazón de un barrio que marca tendencia y define el estilo de vida del futuro.

El penthouse del One Hundred Barclay vuelve a buscar dueño. ¿Será una celebridad, un magnate o un amante de la arquitectura histórica quien lo convierta en su próximo hogar? En Tribeca, todo es posible.

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