Cuida tu corazón: la verdadera pandemia silenciosa
La prevención, el ejercicio y una buena alimentación pueden evitar infartos, una de las principales causas de muerte en Nueva York y el mundo

El infarto es la principal causa de muerte en el mundo, pero puedes prevenirlo con ejercicio, buena alimentación y control del estrés. Crédito: Shutterstock
Todos conocemos a alguien —un tío, un vecino, un amigo— que ha muerto de un “ataque al corazón”. Esto no es coincidencia: las enfermedades cardiovasculares, y en particular el infarto agudo al miocardio (IAM), son la principal causa de muerte en el mundo, superando incluso a los accidentes vehiculares (1)(2). Aun así, mientras recibimos educación vial desde pequeños, ¿cuántas clases hemos tenido sobre prevención cardiovascular? La mayoría de nosotros, ninguna.
En Nueva York, más de 17,000 personas mueren cada año por enfermedades cardíacas, según el Departamento de Salud. A pesar de esto, la educación en salud cardiovascular sigue siendo mínima.
¿Qué es un infarto?
¿Es culpa del colesterol? ¿De la comida rápida? ¿De la falta de ejercicio? Vamos por partes. El infarto agudo al miocardio, también conocido como síndrome coronario agudo, es lo que comúnmente se llama “infarto al corazón”. A veces oímos hablar de “pre-infarto”, pero ese término no existe clínicamente. Es posible que el corazón haya sufrido una lesión leve sin afectar totalmente su capacidad de contracción.
El corazón: un maratonista incansable
El infarto ocurre cuando se interrumpe el flujo sanguíneo en las arterias coronarias que nutren al corazón. Estas arterias —la coronaria izquierda y la derecha— son como tuberías que pueden obstruirse con lípidos, como si se acumulara sarro. Cuando eso sucede, el corazón, que trabaja sin descanso como un maratonista, comienza a sufrir por falta de oxígeno y nutrientes (3).
Intervención: el plomero del corazón
Si el bloqueo se detecta a tiempo, los cardiólogos intervencionistas pueden destapar las arterias usando un catéter que se inserta por la muñeca o la ingle. Pero se trata de una emergencia, y el procedimiento no garantiza que el corazón no sufra daño residual (4). Luego, vendrán medicamentos: entre dos y cinco pastillas al día por años. Por eso es clave prevenir.
Los tres pilares de la prevención
Aunque no hay una pastilla mágica, estos tres pilares son altamente efectivos:
- Ejercicio Realiza al menos 150 minutos de actividad física moderada por semana (5). Caminar, nadar, levantar pesas o jugar algún deporte son buenas opciones.
- Paz mental Aunque la vida en ciudades como Nueva York puede ser caótica, encontrar paz mental es posible. Agradecer, cultivar la espiritualidad y mantener relaciones saludables ayudan a reducir el estrés (6).
- Alimentación saludable No se trata de seguir una dieta estricta, sino de tener equilibrio: llenar el plato con vegetales, moderar los carbohidratos (no más que el tamaño de tu puño) y variar las fuentes de proteína (7).
El cuidado está en tus manos. Estos pasos pueden ayudarte a evitar un infarto. El riesgo aumenta a partir de los 55 años en hombres y los 65 en mujeres, pero puede reducirse significativamente con buenos hábitos. Además, vicios como el alcohol o el tabaco aceleran el deterioro de las arterias.
¿Cuándo fue la última vez que revisaste tu corazón? Habla con tu médico. Cuida de ti y de quienes te rodean. No esperes a que el corazón te dé una advertencia que puedes prevenir hoy.
Referencias
World Health Organization. Cardiovascular diseases (CVDs). 2022.
Centers for Disease Control and Prevention. Heart Disease Facts. 2023.
Libby P, et al. Atherosclerosis: Mechanisms and implications. J Am Coll Cardiol. 2019.
Mozaffarian D, et al. Heart disease and stroke statistics—2015 update: A report from the American Heart Association. Circulation. 2015.
American Heart Association. Physical Activity Guidelines. 2022.
Mayo Clinic. Stress management: Understand your triggers. 2023.
Harvard T.H. Chan School of Public Health. Healthy Eating Plate & Healthy Eating Pyramid. 2022.
Acerca del autor
Carlos Alberto Espiche Salazar es médico internista en formación en St. Barnabas Hospital, Bronx (NY). Se graduó con honores en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), ejerció como médico rural en la selva peruana durante la pandemia y fue distinguido como Residente del Año por su labor comunitaria. Investiga enfermedades cardiovasculares en CUNY e imágenes cardíacas en Montefiore Medical Center. Miembro de la National Hispanic Medical Association (NHMA) y de Alpha Omega Alpha Honor Medical Society.
Acerca de la NHMA
Organización dedicada a promover la salud y el bienestar de la comunidad hispana en Estados Unidos a través de educación, investigación y defensa de políticas de salud equitativas.
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