Amtrak cerrará el túnel East River por más de 2 años por tareas de mantenimiento

Amtrak cierra túnel clave NYC-Queens por 2 años y medio para reparar daños de Sandy. MTA y Hochul critican esta decisión

East River trabajos

Pese a las negativas gubernamentales de llevar a cabo la obra, Amtrak finalmente anunció los trabajos para mejorar este punto crucial en el transporte de la ciudad. Crédito: Richard Drew | AP

El pasado viernes por la noche, Amtrak dio inicio a uno de los proyectos de infraestructura más ambiciosos y controvertidos de Nueva York: el cierre parcial del histórico Túnel del East River para emprender reparaciones que se extenderán durante 2 años y medio.

Esta decisión marca el comienzo de trabajos de renovación valorados en $1,600 millones de dólares, diseñados para abordar los severos daños causados por el huracán Sandy en 2012 y el deterioro acumulado tras más de un siglo de operaciones.

El Túnel del East River, inaugurado en 1910 y conectando Manhattan con Queens, representa una arteria vital para el transporte metropolitano de Nueva York. Sus 4 tubos transportan diariamente miles de pasajeros a través de trenes de Amtrak, Long Island Rail Road (LIRR) y New Jersey Transit (NJ Transit).

Sin embargo, más de una década después del devastador impacto del huracán Sandy, los tubos 1 y 2 continúan mostrando signos alarmantes de deterioro estructural.

La supertormenta de 2012 inundó estos tubos con agua salada, desencadenando un proceso de corrosión que ha comprometido gravemente los sistemas de señalización y tracción eléctrica. Según Craig Schulz, portavoz de Amtrak, la corrosión resultante ha provocado desprendimientos de hormigón en los muros de contención, creando condiciones que requieren intervención inmediata.

“La única forma de realizar estas reparaciones de manera integral es mediante el cierre total de cada tubo”, explicó Schulz durante una reciente visita con medios de comunicación. Los funcionarios de Amtrak mostraron a la prensa los extensos daños, incluyendo grandes huecos en los muros de contención y corrosión visible causada por la infiltración continua de agua subterránea.

Amtrak promete que la obra es más que necesaria para mejorar siginficativamente el sistema de trenes y metros que conectan a todo Nueva York. (Foto: John Minchillo/AP)

Un cronograma complejo y controvertido

Según informa ABC7NY, el proyecto seguirá una metodología cuidadosamente planificada pero disruptiva. El primer paso consiste en un cierre inicial de 10 días del tubo 1, durante el cual se reforzará la infraestructura del tercer carril y se realizarán ajustes preliminares necesarios. Posteriormente, este tubo será reabierto temporalmente, mientras el tubo 2 permanecerá completamente cerrado durante 13 meses para una renovación integral.

Una vez completada la restauración del tubo 2, el proceso se invertirá: el tubo 1 será nuevamente clausurado para recibir el mismo tratamiento exhaustivo durante otros 13 meses. Este enfoque secuencial busca mantener al menos 3 de los 4 tubos operativos en todo momento, aunque reducirá la capacidad total del túnel en un 25%.

El trabajo incluirá la demolición completa de todos los sistemas existentes hasta llegar al revestimiento original, seguida de la reconstrucción total de los muros de contención, el reemplazo integral del cableado eléctrico y la implementación de sistemas de drenaje mejorados.

Resistencia política y preocupaciones operativas

La decisión de Amtrak ha generado una fuerte oposición por parte de funcionarios locales y estatales. La gobernadora Kathy Hochul, aunque expresó su apoyo general al proyecto de reparaciones, ha mantenido públicamente que el trabajo podría haberse realizado sin recurrir a un cierre total.

“Sigo creyendo que estas reparaciones esenciales podrían haberse completado utilizando métodos alternativos”, declaró Hochul en un comunicado oficial que recoge The New York Post. La gobernadora ha presionado a Amtrak para implementar medidas adicionales de mitigación, incluyendo inspecciones más frecuentes, equipos de trabajo en turnos extendidos y planes operativos de respuesta mejorados.

La Autoridad de Transporte Metropolitano (MTA, por sus siglas en inglés) ha sido particularmente vocal en su oposición. Rob Free, presidente del Long Island Rail Road, ha cuestionado públicamente la necesidad de una renovación tan exhaustiva, sugiriendo que Amtrak debería priorizar únicamente las reparaciones esenciales para garantizar la funcionalidad básica del túnel.

Los líderes de la MTA han calificado el impacto potencial como “catastrófico” para los servicios del LIRR, especialmente considerando que los tubos 3 y 4 son utilizados principalmente para conectar con Penn Station.

La MTA propuso adoptar un enfoque similar al utilizado exitosamente en 2019 para reparar el túnel Canarsie del sistema de metro L. En aquel proyecto, se evitó un cierre prolongado montando nuevo cableado en bastidores expuestos en lugar de demoler completamente los muros de contención.

Con esta obra, Amtrak promete que habrá menos retrasos en las líneas de metros y trenes. (Foto: Mark Lennihan/AP)

Sin embargo, Amtrak ha rechazado categóricamente esta alternativa, argumentando diferencias técnicas fundamentales. Las líneas de alto voltaje de 12,000 voltios que alimentan los trenes de Amtrak requieren una capa adicional de seguridad contra incendios y aislamiento eléctrico que, según la empresa, solo puede lograrse mediante la construcción de nuevos muros de contención.

Aunque un informe independiente de 2020 sugirió que el enfoque de bastidores expuestos podría ser técnicamente viable, Amtrak ha mantenido su compromiso con el diseño actual, citando estándares de seguridad superiores.

Riesgos de retrasar las reparaciones

Amtrak ha enfatizado que postergar estas reparaciones críticas aumentaría significativamente el riesgo de interrupciones no planificadas del servicio. Las fallas de señalización en los cuatro tubos ya son frecuentes, generando preocupaciones sobre la capacidad operativa del sistema completo.

“Retrasar estas reparaciones solo aumentaría el riesgo de interrupciones no planificadas en el servicio, algo que consideramos inaceptable”, declaró Schulz. La empresa advierte que, si se produce una falla adicional en cualquiera de los tubos restantes durante el período de reparaciones, los trenes de las tres líneas podrían verse obligados a compartir únicamente dos tubos, causando interrupciones masivas.

A pesar de las críticas y controversias, Amtrak ha reafirmado su compromiso con el cronograma establecido. La empresa ha asegurado que continuará monitoreando el progreso del proyecto y realizará ajustes necesarios para minimizar el impacto en los viajeros diarios.

El proyecto representa una inversión crucial en la infraestructura de transporte de Nueva York, prometiendo garantizar un servicio confiable y seguro para las próximas décadas. Sin embargo, los próximos 2 años y medio pondrán a prueba tanto la resistencia de los sistemas de transporte alternativos como la paciencia de los cientos de miles de pasajeros que dependen diariamente de esta conexión vital entre Manhattan y Queens.

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