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Juez de Nueva York decide que perro fallecido era “miembro” de la familia

Este hecho marca un antes y un después en los derechos de protección de las mascotas

Perro

Este reconocimiento podría generar precedentes en el tema de los derechos de las mascotas. Crédito: Shutterstock

En un fallo que marca un antes y un después para los derechos de los animales en Nueva York, el juez Aaron Maslow del Tribunal Supremo de Brooklyn sentenció que los perros no deben ser considerados simplemente propiedad, sino miembros de la familia.

De acuerdo al New York Post, la resolución surge del caso de Duke, un perro salchicha que murió tras ser atropellado mientras paseaba con la madre de su dueño en el barrio de Mill Basin en 2023.

El caso, presentado por Trevor DeBlase y su madre Nan, buscaba cambiar la manera en que la ley interpreta el vínculo entre humanos y mascotas. Hasta ahora, en Nueva York, como en gran parte del país, los animales eran considerados bienes personales. Eso limitaba las compensaciones en demandas civiles únicamente al valor monetario de la mascota, ignorando por completo el sufrimiento emocional que su pérdida puede provocar.

Pero el juez Maslow tomó otro camino. “Esta Corte no ve razón para que una mascota querida no pueda ser considerada ‘familia inmediata'”, escribió en su decisión, permitiendo así que Nan, quien iba atada al perro con una correa al momento del accidente, pueda reclamar daños por angustia emocional, algo reservado solo a quienes presencian la muerte de un pariente cercano.

Una sentencia con implicaciones sociales

El fallo no solo es simbólico: sienta un precedente legal importante. Desde ahora, en ciertas circunstancias, los dueños de mascotas podrán obtener compensaciones similares a las que recibiría un familiar tras presenciar la muerte trágica de un ser querido. Trevor, el dueño de Duke, no estaba presente en el momento del accidente, por lo que solo podrá reclamar daños financieros. Aun así, calificó la decisión como “una victoria monumental para las familias de Nueva York”.

En Instagram, compartió una emotiva imagen de Duke con un esmoquin verde, acompañada del mensaje: “Saber que algo bueno surgió de esta tragedia me trae algo de consuelo”.

Una tendencia en ascenso

Expertos en derechos animales celebraron el fallo como un avance crucial. Christopher Berry, abogado del Nonhuman Rights Project, organización que presentó escritos en apoyo al caso, señaló: “Es un paso incremental, pero muy importante, hacia el reconocimiento de que las mascotas no son objetos, sino individuos que importan”.

La decisión también refleja una realidad cultural cada vez más evidente: muchos neoyorquinos consideran a sus mascotas como hijos o compañeros de vida. El juez Maslow respaldó su decisión con ejemplos como las custodias de mascotas en divorcios, los fideicomisos legales para animales y el trato preferencial que hoy en día reciben en aerolíneas y hoteles.

Por ahora, el alcance es limitado. Solo aplica a perros que hayan sido atropellados mientras estaban sujetos con correa a una persona. No incluye otras especies ni casos en los que la mascota no estuviera atada al humano. Sin embargo, abre la puerta a nuevas interpretaciones legales y futuras demandas que podrían ampliar esta protección a más contextos.

En vecindarios como Bushwick, Williamsburg y el Bronx, donde la convivencia con mascotas es parte del estilo de vida urbano, la decisión fue recibida con entusiasmo. “Mi perro es mi familia. Esto me da esperanza de que la ley empiece a reflejar lo que sentimos”, dijo una residente de Brooklyn al enterarse del fallo.

Este histórico fallo no solo representa justicia para Duke, sino también un reconocimiento legal al amor profundo que millones de neoyorquinos sienten por sus animales. Una señal de que, quizás, el sistema judicial comienza a escuchar con el corazón.

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