EE.UU. y China avanzan en su acuerdo comercial para acabar con la guerra arancelaria
Pese a que hay pocos detalles, los gobiernos de ambos países reconocieron su disposición para normalizar sus relaciones comerciales

El viceprimer ministro chino, He Lifeng y el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, sostuvieron una reunión para restablecer el comercio entre ambos países. Crédito: AP
Estados Unidos y China anunciaron este jueves un acuerdo comercial que reduce las tensiones de los últimos meses, tras la imposición de aranceles que superaron el 100% por parte del gobierno de Donald Trump, aunque, de acuerdo con algunos expertos, deja sin resolver importantes asuntos en cuando a las condiciones económicas entre las dos mayores economías del mundo.
Este jueves, el presidente Donald Trump confirmó que se había firmado un acuerdo con China “el otro día”. Mientras que el viernes, el Ministerio de Comercio de China reconoció la firma de algún tipo de acuerdo, aunque de momento se conocen pocos detalles sobre el acuerdo.
Este acuerdo responde a la política comercial ofertada por Trump para su segundo mandato, con la intención de revertir un sistema de comercio global que considera injusto para la economía en EE.UU. y sus trabajadores.
Uno de sus principales objetivos fue precisamente su relación comercial con China, donde inició una batalla comercial que se convirtió en una lucha de poder para medir el grado de daño que ambas economías pueden infligirse mutuamente. Actualmente, esta pugna se encuentra en una carrera contrarreloj que concluye el 8 de julio, para poder alcanzar acuerdos con otros socios comerciales importantes.
Además, la agresiva política arancelaria implementada por la nueva administración Trump ha provocado preocupación sobre las perspectivas de la economía y ha dificultado el control de la inflación en la economía. Por ello, aunque los analistas celebraron la aparente distensión de la relación con China, también advirtieron que es improbable que los problemas comerciales entre ambos países se resuelvan pronto.
¿Qué sabemos sobre el acuerdo comercial entre EE.UU. y China?
De acuerdo con el secretario del Tesoro, Scott Bessent, China acordó facilitar a las empresas estadounidenses la adquisición de imanes y tierras raras chinas, esenciales para la fabricación de microchips, luego que su gobierno había frenado las exportaciones de estos materiales como represalia a los aranceles impuestos por la administración Trump.
Sin mencionar explícitamente el acceso a las tierras raras, el Ministerio de Comercio chino afirmó que su país “revisará y aprobará las solicitudes de exportación elegibles para artículos controlados. A su vez, Estados Unidos levantará una serie de medidas restrictivas que había impuesto a China”.
El gobierno del gigante asiático se ha quejado de los controles estadounidenses sobre las exportaciones de tecnología estadounidense avanzada a China. Sin embargo, el comunicado no especificó si Estados Unidos planeaba flexibilizar dichos controles.
En entrevista con la cadena Fox Business Network, Bessent mencionó recordó que EE.UU. había impuesto “contramedidas” contra China y “había retenido algunos suministros vitales para ellos”.
“Lo que estamos viendo aquí es una desescalada bajo el liderazgo del presidente Trump”, agregó, sin especificar qué concesiones hizo el gobierno o si involucraban controles de exportaciones estadounidenses.
Sin embargo, de acuerdo con Jeff Moon, exfuncionario comercial de la administración Obama y titular de la consultoría China Moon Strategies: “El silencio sobre los términos sugiere que el acuerdo tiene menos sustancia de lo que insinúa la administración Trump”.
¿Cómo se logró el acuerdo entre EE.UU. y China?
El acuerdo, formalizado entre jueves y el viernes, confirma el anuncio hecho por el presidente Trump el 11 de junio tras dos días de conversaciones de alto nivel entre los dos países en Londres. Posteriormente, anunció que China aceptó flexibilizar las restricciones impuestas a sus tierras raras. A cambio, Estados Unidos inició un proceso para dejar de revocar las visas de los estudiantes chinos en los campus universitarios estadounidenses.
El mes pasado, después de otra reunión en Ginebra, los dos países acordaron reducir drásticamente los aranceles que se habían impuesto de manera recíproca, que alcanzaron hasta el 145% contra China y el 125% contra Estados Unidos, que amenazaban terminar con el comercio bilateral. En Ginebra, acordaron revertirlos y seguir negociando: EE.UU. redujo sus aranceles a un 30%, todavía elevado, y los de China, al 10%. Esto derivó en las negociaciones en Londres a principios de este mes.
Los dos países siguen buscando maneras para reducir las tensiones comerciales iniciadas por el arribo de Trump a la Presidencia para su segundo mandato:
“Estados Unidos y China parecen estar reduciendo el estrangulamiento que ejercían sobre sus respectivas economías mediante controles a la exportación de chips informáticos y minerales de tierras raras, respectivamente”, declaró Eswar Prasad, profesor de política comercial en la Universidad de Cornell a Associated Press. “Este es un paso positivo, pero dista mucho de indicar perspectivas de una reducción sustancial de los aranceles y otras hostilidades comerciales”.
Las disputas y negociaciones de los últimos meses parecen haber hecho poco para resolver las quejas de Washington sobre las prácticas comerciales desleales de China y el enorme déficit comercial de Estados Unidos con China, que llegó a $262,000 millones de dólares el año pasado.
El acuerdo de esta semana “no incluye absolutamente nada relacionado con las preocupaciones de Estados Unidos respecto al superávit comercial de China ni su comportamiento no comercial”, declaró Scott Kennedy, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. “Si ambas partes logran implementar estos elementos del alto el fuego, podrán iniciar negociaciones sobre los asuntos que generaron la escalada inicial de tensiones”.
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