window._taboola = window._taboola || []; var taboola_id = 'mycodeimpremedia-network'; _taboola.push({article:'auto'}); !function (e, f, u, i) { if (!document.getElementById(i)){ e.async = 1; e.src = u; e.id = i; f.parentNode.insertBefore(e, f); } }(document.createElement('script'), document.getElementsByTagName('script')[0], '//cdn.taboola.com/libtrc/'+ taboola_id +'/loader.js', 'tb_loader_script'); if(window.performance && typeof window.performance.mark == 'function') {window.performance.mark('tbl_ic');}

Un joven inmigrante colombiano rompe barreras en Nueva York y se enrumba a la biomedicina

Miguel Posada Pérez llegó desde Medellín en 2019, se graduó de forma sobresaliente en CUNY y ahora se prepara para crear tecnología para mejorar el área médica

El joven paisa, obtuvo una prestigiosa beca para continuar su camino profesional, luego de enfrentar complicados retos de salud.

El joven paisa, obtuvo una prestigiosa beca para continuar su camino profesional, luego de enfrentar complicados retos de salud. Crédito: Fernando Martínez | Impremedia

Desde que puso un pie en la ciudad de Nueva York, hace seis años, el colombiano Miguel Posada Pérez tenía claro un anhelo, que para cualquier migrante recién llegado, con todos los desafíos financieros, culturales e idiomáticos, pareciera irrealizable: lograr un cupo en la universidad y ser un profesional destacado en las áreas de la salud.

Miguel, un joven originario de Medellín, se estableció en la Gran Manzana en 2019. Tras superar diversos desafíos económicos y un inesperado problema de salud que puso en riesgo su vida, logró sobreponerse a las adversidades. Esta semana, obtuvo el título de Ingeniero Eléctrico con una distinción sobresaliente, alcanzando un promedio de 3.76 en LaGuardia Community College, institución adscrita a la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY).

Además, ganó la prestigiosa Beca de Transferencia de Pregrado Jack Kent Cooke, que otorga hasta $55,000 al año para su licenciatura.

Ahora, este impulso, alimenta más aún su sueño. Su mirada está puesta en convertirse en un ingeniero que diseñe equipos para ayudar al sistema de salud a modernizar los diagnósticos, los tratamientos y la calidad de vida de la gente. 

En el campus de LaGuardia Community College, en Queens, Miguel Posada dio rienda suelta al inicio de su sueño como investigador. (Foto: Fernando Martínez)
Crédito: Impremedia

Un cambio de rumbo

El objetivo a largo plazo de Miguel es obtener un doctorado y contribuir a la investigación interdisciplinaria en ingeniería biomédica, ambiental y de sistemas eléctricos. 

“Apenas llegué a este país, empecé a trabajar hasta 80 horas a la semana en restaurantes y en limpieza, porque quería ahorrar para pagar la universidad. Cuando finalmente ingresé al primer curso, vino la pandemia y pasamos a clases virtuales. Con los cierres pandémicos perdí mis trabajos y los fondos para estudiar se estaban agotando”, contó el colombiano, de 25 años de edad.

Las clases en línea, impuestas por la emergencia de salud pública, no lo motivaron a continuar. Decidió hacer una certificación como asistente médico y consiguió trabajo en esa área, lo cual le permitió reconsiderar su orientación profesional.

“Me di cuenta que lo mío, no era el trato directo con el paciente. Pero sí encontré una fascinación en los equipos de resonancias magnéticas y rayos X, por citar dos casos. Entendí que quería trabajar con esos equipos, mejorarlos, re diseñarlos. Esto me parece realmente bacano. Es mi pasión”, compartió.

El siguiente paso fue matricularse para ciencias de la Ingeniería en LaGuardia Community Collegue. Cuando cursaba el segundo semestre, en la primavera de 2023, sufrió una reacción alérgica grave a un antibiótico que le recetaron para una infección bacteriana en la garganta.

Los paramédicos acudieron al campus para llevarlo de urgencia al hospital. Le diagnosticaron el síndrome de Stevens-Johnson, un trastorno inmunitario muy poco común y potencialmente mortal que causa inflamación de órganos, incluyendo edema cerebral. 

Durante ocho meses, luchó contra la fatiga, la confusión mental y la hipersensibilidad a los alérgenos como el polen, mientras intentaba mantenerse al día con sus estudios. Tuvo que abandonar la materia Cálculo II, y tratar de controlar el estrés, precisamente uno de los desencadenantes de sus síntomas.

Hay oportunidades

A pesar de los desafíos de salud, en ningún momento consideró abandonar sus objetivos. Perseveró, obtuvo becas y empleos en el área de investigación. Ahora tiene la opción de continuar sus estudios y vislumbrar un futuro en el que contribuirá al perfeccionamiento de equipos al servicio de la salud.

“Tuve la gran ventaja que en La Guardia Community College ofrecen muchas oportunidades financieras, para los estudiantes inmigrantes como yo. Quienes tienen el mismo sueño académico, les sugiero que se inscriban en una materia, que lo intenten. Que busquen opciones. Cuando te das esas oportunidades, descubres nuevas versiones de ti, que no conocías”, comentó.

El joven inmigrante paisa, cuando llegó a la Gran Manzana, se propuso aprender inglés rápidamente. Por eso decidió relacionarse con personas que no hablaban español.

“Yo había tomado unas clases de inglés cuando niño, pero no era un inglés conversacional. Me empeñé a toda costa en aprender y aprender. No quiero ponerme como un ejemplo de nada, simplemente solo le puedo decir a los jóvenes: empiecen, no hay fórmulas, empiecen”.

Ahora, tras graduarse con notas sobresalientes, está decidiendo entre la Universidad de Rochester y la Universidad de Virginia, para continuar sus estudios de ingeniería, con el apoyo de la Fundación Jack Kent Cooke.

Estos becarios reciben asesoramiento personalizado para guiar su trayectoria académica y profesional. También tienen acceso a una red nacional de más de 3,400 becarios y exalumnos de Cooke, además de oportunidades de prácticas profesionales, estudios en el extranjero y apoyo para estudios de posgrado, lo que les garantiza las herramientas necesarias para prosperar más allá de sus estudios en un colegio comunitario.

El proceso de selección de este año atrajo más de 1,600 solicitudes de colegios comunitarios de todo el país.

Los 90 nuevos becarios, entre los cuales se encuentra Miguel, fueron seleccionados de un grupo semifinalista de 467 estudiantes. Los solicitantes fueron evaluados en función de su rendimiento académico, necesidades financieras, perseverancia y liderazgo.

En esta nota

CUNY Hispanos destacados Estudiantes hispanos
Contenido Patrocinado