Iba en su casa rodante a autodeportarse, pero ICE lo detuvo antes de salir de EE.UU.: quería llegar a Argentina
Fernando entró legalmente a Estados Unidos en 2014 con pasaporte europeo, buscando oportunidades, pero no consiguió la residencia. Está en Alligator Alcatraz

Fernando Artese llegó hace diez años a Estados Unidos Crédito: Familia Fernando Artese | Cortesía
Fernando, un migrante con doble nacionalidad argentina e italiana, tenía todo listo para abandonar voluntariamente Estados Unidos. Había planeado junto a su esposa e hija un viaje en casa rodante desde Florida hasta México para luego continuar hacia Argentina.
Su objetivo era dejar el país por cuenta propia tras una década sin lograr regularizar su estatus migratorio. Pero sus planes se frustraron cuando lo detuvieron por conducir sin licencia justo el mismo día en que comenzaba su viaje de regreso.
Según reportó Primer Impacto, aunque ya había decidido autodeportarse, las autoridades lo transfirieron a la custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y lo enviaron al polémico centro de detención conocido como Alligator Alcatraz, en Florida.

Fernando entró legalmente a Estados Unidos en 2014 con pasaporte europeo, buscando mejores oportunidades económicas. Una década después, sin haber conseguido la residencia y debido a las estrictas políticas migratorias del gobierno de Donald Trump, decidió salir por voluntad propia.
Para ello, su familia ideó un viaje en motorhome desde Estados Unidos hasta Sudamérica.
“El plan era cruzar por California, entrar a México y seguir rodando hasta Argentina”, explicó su familia a Primer Impacto.
Sin embargo, el arresto cambió todo. Su esposa e hija se quedaron en el país esperando respuestas, y comenzaron una campaña de recolección de fondos en GoFundMe para afrontar los gastos legales y personales derivados de la detención.
Condiciones deplorables en Alligator Alcatraz
Desde el interior del centro, Fernando denunció a Primer Impacto las condiciones inhumanas a las que están sometidos los detenidos. Dijo que, cuando se va la luz, los inodoros colapsan y los desechos fecales regresan por las tuberías, llenando las celdas donde también duermen.
Las duchas, según contó, no funcionaban al principio y luego solo pudieron usarlas tres veces en siete días, con agua extremadamente caliente.
“Mi padre tiene 63 años. Es el mayor de su celda. Nadie nos informa nada”, declaró su hija al programa.
Hospitalizaciones y silencio oficial
Primer Impacto también confirmó que algunas personas detenidas en el centro han sido trasladadas a un hospital debido a complicaciones de salud. Aunque las autoridades del centro no confirmaron estos casos, aseguraron que no se han registrado muertes.
Fernando fue testigo de cómo a uno de sus compañeros lo sacaron en camilla.
El centro de detención ha sido señalado por activistas por sus condiciones extremas y por su ubicación remota en una reserva de humedales en Florida. La administración Trump ha insistido en que cumple con los estándares exigidos, aunque los testimonios recopilados por Primer Impacto revelan otra realidad.
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