Aparecen conejos con “cuernos” en Colorado: ¿cuál es la razón?
En redes sociales, los usuarios aseguran que se tratan de "conejos zombies"; sin embargo, hay una explicación científica de este caso

Las autoridades piden no acercarse a los conejos afectados por este virus que modifica su morfología. Crédito: Shutterstock
Un extraño fenómeno ha capturado la atención de vecinos y visitantes en el sureste de Fort Collins, Colorado. Algunos conejos salvajes que circulan libremente por parques y calles de la ciudad comenzaron a mostrar crecimientos negros en la cabeza y el rostro, con formas que recuerdan a cuernos, púas o tentáculos.
Las imágenes captadas por transeúntes rápidamente se viralizaron en redes sociales, generando asombro y preocupación sobre la posibilidad de que se tratara de una enfermedad peligrosa.
Sin embargo, expertos del Departamento de Parques y Vida Silvestre de Colorado (CPW, por sus siglas en inglés) aclararon que se trata de una infección viral específica de los conejos y que no representa un riesgo para otros animales ni para los seres humanos.
El virus responsable: papiloma de Shope
Los animales afectados padecen el virus del papiloma de Shope, también conocido como virus del papiloma cutáneo de cola de algodón. Este virus provoca el crecimiento de tumores benignos en la cabeza, rostro y cuello de los conejos, que en algunos casos adoptan formas alargadas que parecen tentáculos. Los brotes son más frecuentes en verano y otoño, cuando la población de portadores y vectores como pulgas, garrapatas y mosquitos es mayor.
Susan Mansfield, residente de Fort Collins, contó a CNN que ha observado a un conejo infectado por varios años en el parque de su casa. “Pensé que moriría durante el invierno, pero no fue así; volvió al segundo año”, afirmó, destacando la capacidad de algunos animales para sobrevivir pese a los crecimientos.
Recomendaciones de las autoridades
Aunque el virus no es contagioso para humanos ni para mascotas, CPW aconseja evitar el contacto directo con conejos afectados y mantener la distancia, siguiendo las pautas generales de seguridad con fauna silvestre. No existe cura para el virus, y los tumores, aunque generalmente benignos, continúan creciendo con el tiempo.
Los expertos recomiendan observar a los animales sin intervenir, ya que el contacto humano puede alterar su comportamiento natural y aumentar el riesgo de transmisión de otras enfermedades zoonóticas.
El virus del papiloma de Shope fue descrito por primera vez en la década de 1930 por Richard E. Shope, investigador de la Universidad Rockefeller. Sus estudios sobre conejos infectados demostraron que una infección viral podía inducir tumores, sentando las bases para investigaciones posteriores sobre el virus del papiloma humano (VPH). De hecho, el virus del conejo es genéticamente similar al VPH, que en humanos puede causar verrugas y, en algunos casos, cáncer de cuello uterino o de piel.
Gracias a estas investigaciones, la ciencia pudo comprender la relación entre virus y cáncer, un hallazgo que hoy respalda programas de vacunación y estudios médicos de gran relevancia.
El mito del jackalope y la cultura popular
El peculiar aspecto de los conejos infectados probablemente inspiró leyendas como la del jackalope, un animal imaginario descrito como un cruce entre liebre y antílope, presente en el folclore estadounidense. Antes de que la ciencia ofreciera explicaciones, los avistamientos de conejos con crecimientos extraños podían alimentar historias fantásticas sobre animales “mutantes” o sobrenaturales.
En Fort Collins, la combinación de asombro y redes sociales generó apodos como “conejos zombis” o “conejitos de Frankenstein”. Sin embargo, detrás de la imagen impactante existe una explicación científica sólida.
Transmisión y efectos en los conejos
El virus se transmite principalmente mediante vectores como pulgas, garrapatas y mosquitos, aunque también puede pasar de un conejo a otro por contacto directo. En la piel, provoca nódulos que pueden oscurecerse, endurecerse y alargarse, afectando la visión, la alimentación o la respiración si los tumores se desarrollan cerca de los ojos o la boca.
La mayoría de los conejos salvajes sobreviven a la infección, y en algunos casos el sistema inmunitario logra eliminar los tumores con el tiempo. No obstante, en conejos domésticos o aquellos con mayor exposición a insectos, los tumores pueden crecer lo suficiente como para causar inanición o dificultades graves de salud, por lo que se recomienda atención veterinaria en estos casos.
Colorado alberga 3 especies de conejos de cola de algodón: el de montaña, el del desierto y el oriental. Todas son susceptibles al virus, aunque las diferencias físicas entre ellas son sutiles.
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