window._taboola = window._taboola || []; var taboola_id = 'mycodeimpremedia-network'; _taboola.push({article:'auto'}); !function (e, f, u, i) { if (!document.getElementById(i)){ e.async = 1; e.src = u; e.id = i; f.parentNode.insertBefore(e, f); } }(document.createElement('script'), document.getElementsByTagName('script')[0], '//cdn.taboola.com/libtrc/'+ taboola_id +'/loader.js', 'tb_loader_script'); if(window.performance && typeof window.performance.mark == 'function') {window.performance.mark('tbl_ic');}

Un refugio seguro para niños con necesidades especiales

Cómo el Centro Infantil Kennedy está transformando jugar en El Bronx

El jardín del Centro Infantil Kennedy ofrece una alternativa relajante a un juego más enérgico.

El jardín del Centro Infantil Kennedy ofrece una alternativa relajante a un juego más enérgico. Crédito: Cortesía

Ubicado en el corazón del Bronx, algo extraordinario está pasando en la azotea del Centro Infantil Kennedy (KCC, por sus siglas en inglés).

Lo que antes era un anticuado patio de recreo ahora se levanta como un oasis cuidadosamente diseñado y adaptado específicamente a las necesidades de niños en edad preescolar con retrasos y discapacidades del desarrollo. Y para los niños y las familias a quienes sirve el KCC, no es solo un patio de recreo. Es un espacio de libertad, sanación y comunidad.

El KCC, una organización sin ánimo de lucro financiada con fondos públicos y contratada por el Departamento de Educación de la Ciudad de Nueva York, ha sido un estandarte para la educación especial desde su fundación. El centro atiende a aproximadamente 400 niños de entre 3 y 5 años en tres sedes —dos en East Harlem y una en el Bronx—, KCC está completamente dedicado a la educación especial en la temprana infancia. Todos los niños matriculados en KCC tienen un retraso documentado en su desarrollo, y muchas familias enfrentan el reto adicional que traen las dificultades económicas. Más del 85% de los estudiantes califican para los programas de Medicaid o SNAP.

En la sede de KCC en El Bronx, en la calle 179 este, donde 250 niños asisten a preescolar cada año, la necesidad de un espacio seguro y accesible para jugar era evidente. Los parques infantiles públicos tradicionales pueden llegar a ser abrumadores, inseguros e incluso alienantes para niños pequeños que sufren de autismo, dificultades de movilidad o trastornos del procesamiento sensorial. Un padre de familia lo resumió perfectamente:

“Afuera, la gente me mira como diciendo: ‘¿Por qué llora tanto tu hijo? ¿Por qué de dan esas rabietas?’. Aquí me siento libre; todos los padres de familia están pasando por lo mismo y no me siento juzgado”.

El patio de recreo fue cuidadosamente diseñado y adaptado específicamente a las necesidades de niños en edad preescolar con retrasos y discapacidades del desarrollo.
Crédito: Cortesía

Gracias a dos años de dedicada recaudación de fondos, KCC logró transformar su espacio de juegos en la azotea del edificio en tres áreas más pequeñas y cercadas, reemplazando una unidad de estructura alta por un diseño más flexible y desarrollado apropiadamente. Estos cambios no solo mejoran la seguridad física, sino que también brindan seguridad emocional, la cual es esencial para los niños que se sienten fácilmente abrumados en entornos más grandes o impredecibles.

Cada una de las tres nuevas zonas de juego está diseñada con un propósito diferente. El equipamiento más bajo permite que los niños con movilidad reducida participen sin miedo, mientras que las separaciones ofrecen límites cruciales para niños propensos a fugarse o a la sobrecarga sensorial. La distribución ayuda a los estudiantes a concentrarse en una sola actividad a la vez, manteniéndolos tranquilos y motivados.

La otra nueva zona, el jardín sensorial, se ha convertido en uno de los favoritos tanto de estudiantes como de profesores. Con su mezcla de colores, texturas, olores y sonidos, el jardín ofrece una alternativa relajante a un juego más enérgico.

Los niños pueden regar las flores con atomizadores, descansar bajo la sombra de una pérgola o simplemente explorar a su propio ritmo. Para los estudiantes que tienen dificultades con la sobreestimulación, esta zona del jardín es un remanso de paz.

Desde 1987, KCC ha servido a la comunidad del Bronx con compromiso y compasión. El nuevo patio de juegos en la azotea del edificio y el jardín sensorial son solo el capítulo más reciente de esa continua historia: un recordatorio de que cuando construimos con cuidado y comprensión, creamos más que simple infraestructura. Construimos sentido de pertenencia.

Para obtener mayores informes acerca del Centro Infantil Kennedy o para saber cómo recomendar a un niño para una evaluación, por favor visite www.kenchild.org.

Carolyn Cleveland es la CEO de Kennedy Children’s Center

En esta nota

Educación
Contenido Patrocinado