Por qué no se debe culpar a Mercurio retrógrado de todo lo negativo
Durante este periodo, los planetas parecen moverse hacia atrás y suelen nacer confusiones, malos entendidos o fallas tecnológicas

Mercurio retrógrado es una ilusión óptica que ocurre unas tres veces por año. Crédito: Pixabay
¿Cuántas veces se ha escuchado culpar a Mercurio retrógrado por problemas inesperados en la vida diaria? En los últimos años, la astrología ha ganado popularidad global como recurso para interpretar la personalidad y predecir situaciones, convirtiéndose en una guía para entender el pasado, presente y futuro de quienes creen en ella.
Más allá de los signos zodiacales tradicionales, la astrología reconoce la influencia de diversos cuerpos celestes en la vida humana. Entre todos ellos, Mercurio es el más citado, especialmente durante su fase retrógrada, periodo que suele responsabilizarse de errores, conflictos y pequeños desastres cotidianos.
Para entender el fenómeno, el astrólogo chileno Álvaro Norambuena Donoso publicó No culpes a Mercurio retrógrado, libro que busca desmitificar su influencia y ofrecer herramientas prácticas para utilizar este tránsito a favor de quienes lo experimentan, aclarando su simbolismo y relación con otros planetas retrógrados.
El texto no solo aborda la astrología moderna, sino también los orígenes mitológicos de Mercurio y su simbología, incluyendo cruces, círculos y semicírculos. Asimismo, analiza la manera en que esta fase puede influir en la comunicación, decisiones y relaciones personales, enfatizando que cada individuo es responsable de sus actos, más allá de las alineaciones planetarias.

Un fenómeno de percepción y aprendizaje
Durante Mercurio retrógrado, que ocurre aproximadamente tres veces al año durante unos 22 días cada vez, los planetas parecen moverse hacia atrás en el cielo. Sin embargo, este movimiento es solo una ilusión óptica, comparable a adelantar un automóvil y percibir que se desplaza en sentido contrario. La astrología interpreta esta retrogradación como un momento de introspección y revaluación.
En la práctica, las personas tienden a experimentar retrasos, problemas de comunicación y confusiones. Correos enviados por error, malentendidos con parejas o colegas y fallas tecnológicas son frecuentes. Aun así, estos eventos representan oportunidades para reflexionar, ajustar estrategias y reorganizar metas personales y profesionales.
Históricamente, la astrología ha sido una disciplina analógica que utiliza símbolos y analogías para transmitir conocimiento. Los signos del zodiaco, por ejemplo, surgieron de la observación del Sol y sus movimientos a lo largo del año, facilitando la comprensión de ciclos naturales como las estaciones, siembras y cosechas.

Mercurio, como cada planeta, aporta energías particulares que los individuos pueden aprovechar según su nivel de conciencia y entorno. Su fase retrógrada no dicta hechos, sino que invita a la introspección, la planificación y la corrección de errores, ofreciendo un marco de aprendizaje personal y transformación.
Mercurio retrógrado es más que un pretexto para justificar contratiempos. Representa un periodo en el que la atención, la comunicación y la reflexión se vuelven cruciales. Comprender este fenómeno permite enfrentar desafíos cotidianos con mayor claridad, aprovechar oportunidades de cambio y asumir la responsabilidad de las propias decisiones.