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Celebrando El Mes de la Herencia Hispana: Nunca fue más importante que ahora

Las comunidades latinas de Nueva York están dejando su marca

La fiscal Letitia James envía mensaje a la comunidad hispana.

La fiscal Letitia James envía mensaje a la comunidad hispana. Crédito: Shutterstock

Durante el último mes, hemos estado celebrando la vitalidad y la belleza de las culturas latinas, así como sus valiosas contribuciones a Nueva York y a todo el país.

Nueva York, en particular, siempre ha sido un terreno fértil para que personas de todos los ámbitos de la vida echen raíces y desarrollen sus talentos, impactando nuestra política local, agregando sabor a la cultura de nuestro estado y brillando en los escenarios más grandes del mundo, incluida la Gran Manzana.

Ya sea Lin-Manuel Miranda presentando su último musical a los fanáticos del teatro; o John Leguizamo dando vida a sus obras cómicas en Broadway; o sea Danny García, el chef de renombre mundial recién nominado al premio James Beard, exhibiendo sus habilidades y mejores platos en el show Top Chef; o Cardi B contando cuentos callejeros en su música, que se oyen a todo volumen en las calles de El Bronx; o sea Zoe Saldaña aceptando su Premio Oscar, entre lágrimas, y honrando todos los dominicanos alrededor de todo el mundo; las comunidades latinas de Nueva York están dejando su marca en Broadway, en la industria de la música, en el mundo culinario y en todo Hollywood.

Y no es solo en las artes y la gastronomía donde los latinos de Nueva York brillan. Sus voces políticas se escuchan desde la Mansión Gracie en Manhattan, hasta los pasillos del Capitolio del Estado de Nueva York en Albany, y hasta la capital del país, Washington, D.C.

Líderes como Herman Badillo, el primer puertorriqueño elegido para la Cámara de Representantes, construyeron el camino para que un inmigrante dominicano como Adriano Espaillat o una humilde cantinera como Alexandria Ocasio-Cortez dieron pasos al frente para que las voces de sus vecindarios se oyeran con fuerza en los pasillos donde reside el poder de la nación.

 Y hablando de pioneros, no olvidemos a la Jueza de la Corte Suprema, Sonia Sotomayor, quien actualmente está tratando de traer un sentido de equilibrio y orden a una Corte Suprema, por lo demás comprometida y partidista, que sigue sembrando el caos en nuestras comunidades después de tomar decisiones que esencialmente legalizaron la perfilación racial.

No olvidemos las contribuciones de los atletas hispanos que han traído tanto orgullo y alegría a nuestra área. Los deportes crean momentos especiales que unen a las comunidades. Sea el dominicano Karl Anthony-Towns tratando de impulsar los Knicks de Nueva York a su primer campeonato desde 1973; o el lanzador cubanoamericano Carlos Rodón ponchando bateadores en los playoffs en búsqueda del 28o Serie Mundial para los Yankees, o al costarricense Alonso Martínez metiendo golazos para el NYCFC que quiere ganar una segunda Copa MLS, los neoyorquinos se enorgullecen de las los logros sobrehumanos, las aspiraciones al campeonato y la gloria que estos atletas traen a la Gran Manzana.

Ya sean boricuas, dominicanos, mexicanos, hondureños, ecuatorianos, colombianos o cualquier país que esté ubicado entre Tierra del Fuego y Río Grande que representes, aquí en la Oficina de la Fiscal General celebramos su presencia y su cultura. Comprendemos sus difíciles situaciones; todos ustedes son queridos por las maravillosas contribuciones que sus comunidades han aportado al colorido tapiz que es Estados Unidos.

Pero no todo es color de rosa. Mientras celebramos este mes, también nos preparamos para el futuro y miramos hacia adelante a las drásticas órdenes ejecutivas de Washington.

Me solidarizo con nuestras comunidades latinas y los tiempos difíciles que enfrentamos. Vivimos tiempos aterradores. Tenemos una administración abiertamente hostil hacia las comunidades latinas, que discrimina a los latinos en todo el país, desde Los Ángeles hasta Chicago y Nueva York. La administración está deteniendo indiscriminadamente a ciudadanos y recién llegados, todo para infundir miedo a poblaciones que tanto han contribuido a nuestro país.

Sentimos sus preocupaciones. Vemos sus temores. Los escuchamos alto y claro.

Quiero recordarles a todos que mi oficina está aquí para ustedes. Estamos aquí para proteger sus derechos laborales, civiles, reproductivos, de libertad de expresión y religiosos; todos los derechos que les pertenecen y que no deben ser arrebatados por la malicia y la insensibilidad de quienes ostentan el poder.

Mi puerta siempre estará abierta, sin importar las barreras del idioma o del estatus legal. No están solos. Lucharé contigo y por ti. Juntos, como una sola comunidad, tenemos el poder de mover montañas. Porque, como dijo César Chávez: ¡Sí se puede!

Letitia James es la Fiscal General del Estado de Nueva York

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