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Por qué Dunkin’ Donuts tira a la basura todas sus donas al final del día

Dunkin’ ordena a sus empleados desechar cientos de donas cada noche, incluso si están en buen estado, por temor a demandas legales por donación de alimentos

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La empresa echa las donas a la basura para evitar ser demandada. Crédito: Little Adventures | Shutterstock

Aunque millones de personas disfrutan cada día de las famosas donas de Dunkin’, pocos saben qué ocurre con las que no se venden al final de la jornada. Lo cierto es que, en lugar de donarlas o regalarlas, la compañía ordena a sus empleados desechar todos los productos sobrantes, incluso si están en perfectas condiciones para ser consumidos.

Bryan Johnston, un trabajador de 16 años que comparte en TikTok cómo es su día a día en una sucursal de Dunkin’, reveló que arrojar a la basura grandes cantidades de donas forma parte del protocolo.

@bryanjohnston_

every night … 312 donuts + munchkins 😢@dunkin

♬ In This House – Marcus Vinícius

En uno de sus videos más virales, se le ve tirando más de 300 donas al cierre del local. “Tiramos muchísima comida al final del día”, explicó. “Puedo llevarme algunas a casa si quiero, pero esta es simplemente la rutina que debemos seguir”.

Las imágenes han causado indignación entre los usuarios de redes sociales, quienes critican el desperdicio.

“Dénselo a las personas sin hogar. Esto es un desperdicio”, comentó un usuario.

“Hay gente que sufre, regálenlas”, agregó otro.

“Esto me dolió por muchas razones”, escribió un tercero.

Johnston aseguró que los comentarios lo han motivado a intentar donar la comida sobrante, aunque las políticas de la empresa complican la tarea.

“Lo que me explicó mi gerente es que nosotros, los empleados, podemos llevarnos las donas antes de tirarlas, pero debemos hacerlo en una bolsa o caja sin el logo de la compañía”, contó.

“De esa forma, si decidimos regalarlas, la empresa no puede ser demandada”.

Aun así, la política cambia con frecuencia, y aunque el joven podría entregar las donas directamente a personas necesitadas, no puede llevarlas a refugios o instituciones de caridad sin la autorización de la compañía.

La principal razón detrás de esta decisión es el temor a enfrentar demandas legales en caso de que alguien se enferme por consumir alimentos donados.

Sin embargo, la Ley Bill Emerson de Donación Alimentaria del Buen Samaritano protege a los restaurantes de responsabilidades civiles o penales si donan comida en buen estado, a menos que haya negligencia grave o mala intención.

Johnston reconoce que cambiar una política empresarial desde su posición no es fácil, pero asegura que no piensa rendirse.

“Todavía me resulta angustiante ver cuánto se desperdicia y estoy dispuesto a romper las reglas de vez en cuando”, dijo.

“Definitivamente me veo regalando más comida. Mi próximo plan es dársela a los trabajadores de la salud”.

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