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Polémicos centros de consumo seguro de drogas en el Alto Manhattan han salvado 2,000 vidas

Los OPC cumplen cuatro años operando en la Gran Manzana. Y están en la mira del gobierno federal para ser borrados del mapa

Los líderes comunitarios aseguran que estos programa mantienen a las comunidades más seguras.

Los líderes comunitarios aseguran que estos programa mantienen a las comunidades más seguras. Crédito: Fernando Martínez (Archivo) | Wikimedia Commons

Sin dudas es uno de los programas más controversiales en la historia de la ciudad de Nueva York y del país, en la cruzada contra las muertes por uso y abusos de drogas, pero esta semana cuando se cumplen cuatro años desde la instalación de los dos primeros Centros de Prevención de Sobredosis (OPC) en Harlem y Washington Heights, sus defensores y el Departamento de Salud de la Ciudad de Nueva York (DOHMH) contabilizan que se han salvado casi 2,000 vidas y se han ahorrado a los contribuyentes 55 millones de dólares por los impactos que se evitaron en el sistema hospitalario.

Se trata de una estrategia que instaló sitios de inyección o de consumo supervisado, en donde operan cubículos higiénicos para que las personas que consumen varios tipos de drogas lo hagan de manera segura. 

Además, se brinda conexión con servicios de promoción de la salud, como reducción de daños, terapia de salud mental, tratamiento de drogas y apoyo social.

Las personas que enfrentan agudos niveles de adicción, llevan su propia heroína, crack, cocaína, anfetaminas, opioides y otros estupefacientes combinados, y en estos centros se les garantizan jeringas, toallas con alcohol y sistemas para inhalar. 

Y lo que es más importante, oxígeno y el fármaco naloxona que revierte la sobredosis de opioides.

En este momento en que la Administración Trump le declaró frontalmente la guerra a este tipo de centros de “consumo seguro”, por argumentar que promueven y consienten el uso de drogas prohibidas, las autoridades neoyorquinas defienden sus efectos positivos en la salud pública. A su vez, las organizaciones de base comunitaria que administran estos servicios, aseguran que han recibido buenas señales del alcalde entrante Zohran Mamdani para seguir financiando y ahora protegiendo este modelo de prevención.

“Se trata de un programa que trata con dignidad a las personas que enfrentan una adicción y que por años habían sido criminalizadas. Lo consideramos sin dudas un éxito en la salud pública. Hay muchas experiencias que compartir sobre la forma cómo estamos acompañando a las personas que lidian con este problema de salud mental”, ponderó la Dra Michelle Morse, comisionada de DOHMH.

También se celebra que 2025 marca el primer año desde 2018 en que varios barrios históricamente habitados por personas negras y latinas en el norte de Manhattan y el Bronx, han experimentado una disminución en las muertes por sobredosis.

“Durante cuatro años, nuestro equipo ha estado al lado de personas a las que el mundo ignora. Cada vida que hemos salvado y cada crisis que hemos prevenido es un recordatorio de lo que es posible cuando actuamos con compasión. El próximo capítulo no será fácil, pero nuestro compromiso con las personas a las que servimos es más fuerte que nunca”, esgrimió Sam Rivera, Director Ejecutivo de OnPoint NYC.

“No son solo cubículos de consumo”

Los OPC de la Ciudad de Nueva York están operados por la organización OnPoint y con base a sus propios inventarios, estos espacios están asociados con “una reducción del desorden público y de las llamadas por emergencias médicas por sobredosis, lo que contribuye a comunidades más seguras. Estos resultados son consistentes con investigaciones similares sobre este tipo de instalaciones en otras partes del mundo”.

Los OPC de OnPoint, ubicadas en el Alto Manhattan, han sido utilizados hasta ahora más de 239,200 veces, han intervenido en más de 1,938 sobredosis y ha canalizado otros servicios a más de 6,943 personas.

Más allá de cubículos en donde las personas pueden consumir drogas de forma segura, en estos años se han promovido en estos espacios servicios holísticos que honran el trabajo pionero del movimiento Lincoln Detox y de Act Up, combinando acupuntura, acupresión, aromaterapia, ventosas, baños de sonido, reiki y meditación para las personas que buscan ayuda.

De igual forma, en colaboración DOHMH se ofrecen análisis de drogas in situ mediante espectroscopia y tiras reactivas para sustancias como fentanilo, morfina, cocaína, benzodiazepinas, xilacina, ketamina y metanfetamina. Este servicio, complementado con verificación en laboratorio, permite realizar pruebas antes del consumo o análisis después de una reacción adversa.

Asimismo, se considera como positivo que la presencia de jeringas contaminantes dispersas en espacios públicos se haya revertido de manera significativa. Al igual que el otro daño colateral causado por la epidemia de la heroína, como era la creciente transmisión de VIH, por el intercambio de inyectadoras. Lo cual se mantiene en este momento a niveles casi cero.

Menos impacto en negros e hispanos

De acuerdo con los balances del DOHMH, que supervisa estos centros como parte de la estrategia contra las muertes por sobredosis de drogas en la Gran Manzana, los OPC pese a las fuertes críticas y de la oposición de la Casa Blanca, han resultado ser un modelo eficaz que debe ser replicado en todo el estado y el país.

La comisionada Morse quien en cuestión de días abandonará el cargo, indicó que en 2024 por primera vez en años se redujo notablemente el impacto mortal del consumo de drogas en precisamente los grupos mas afectados: los hispanos y los afroamericanos.

Los datos oficiales precisan que los neoyorquinos afroamericanos presentaron la tasa más alta de muertes por sobredosis y el mayor aumento absoluto entre 2020 y 2021 (de 39.8 a 53.5 por cada 100,000 residentes).

Asimismo, los residentes del Bronx tuvieron la tasa más alta de muertes por sobredosis en 2021 (70.6 por cada 100,000 residentes), así como el mayor aumento absoluto, desde 50.3 por cada 100,000 en 2020.

“La experiencia del DOHMH, la institución de salud pública más antigua del país con los OPC es impresionantemente positiva. Hemos rescatado de manera clara que el acceso a servicios para superar las adicciones son un derecho humano. Estamos seguros que esto continuará. Tenemos claras evidencias de su éxito”, remarcó.

Casa Blanca: “facilitan el consumo de drogas”

El pasado 24 de julio, la Casa Blanca emitió una orden ejecutiva, titulada “Poner fin al crimen y el desorden en las calles de Estados Unidos”, junto con una hoja informativa correspondiente. 

Entre otras directivas, la orden ejecutiva insta al Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) que no financien programas que no logren resultados adecuados, incluidos los llamados esfuerzos de ‘reducción de daños’ o ‘consumo seguro’ que solo facilitan el uso de drogas ilegales y sus daños asociados”. 

Las órdenes ejecutivas tienen fuerza de ley una vez promulgadas, lo que significa que estas políticas entraron en vigor el 24 de julio de 2025.

El presidente Trump además confirma con retirar fondos a los centros de consumo de drogas supervisados y con emprender acciones penales contra ellos, adoptando así su postura más firme hasta la fecha contra la filosofía de reducción de daños y marcando una escalada significativa en su retórica sobre el consumo de sustancias y la adicción.

Muchos republicanos y demócratas moderados argumentan que estos centros de consumo supervisado fomentan tasas más altas de uso de drogas y brindan aprobación social al uso de sustancias ilegales. 

Uno de los principales factores que tiene en contra estos programas, es que son ilegales según la Ley Federal contra el Abuso de Drogas de 1986. Específicamente, un estatuto convierte en un delito grave “abrir, arrendar, alquilar, usar o mantener a sabiendas cualquier lugar, ya sea de forma permanente o temporal, con el propósito de fabricar, distribuir o usar cualquier sustancia controlada”.

Ante esta dinámica, el senador estatal del Distrito 33 de El Bronx, Gustavo Rivera, quien además es presidente del Comité de Salud de esta instancia legislativa, asegura que están analizando varios anteproyectos de ley para regular las operaciones de estos centros de prevención de sobredosis.

“Nuestro único objetivo es tratar a las personas que bregan contra estos problemas de salud mental como seres humanos. Son ante todo personas. Más bien esperamos que más programas de este tipo de abran en otros condados de Nueva York”, anunció.

El dato:

  • 1,938 sobredosis mortales han evitados las OPC operadas por OnPoint en el Alto Manhattan desde hace cuatro años. Han sido utilizadas hasta ahora más de 239,200 veces y han canalizado otros servicios a más de 6,943 personas.

En esta nota

sobredosis de drogas Drogas NYC Departamento de Salud de la Ciudad (DOHMH)
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