Cinco errores de los hospitales que pueden poner en peligro tu vida
Lo que debes saber para protegerte de estos errores comunes
Cuando entras al hospital, esperas que tu salud mejore. Pero con frecuencia eso no es lo que sucede: Se ha estimado que cada año mueren hasta 440,000 estadounidenses luego de haber sido víctimas de un error médico en el hospital, lo cual convierte esos errores en la tercera causa de muertes en Estados Unidos, después de la enfermedad cardíaca y el cáncer.
Es más, cada año aproximadamente 722,000 personas en Estados Unidos desarrollan una infección durante una estadía en el hospital y, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC), alrededor de 75,000 mueren.
Ya sea que la muerte se deba a que al paciente se le dio un medicamento incorrecto o porque desarrolló una infección debido a que el médico no se lavó las manos, muchas de estas muertes se pueden prevenir. Esto es lo que necesitas saber sobre los cinco errores más comunes que ocurren en los hospitales:
1. Caídas
Cada año, alrededor de un millón de estadounidenses hospitalizados se caen, lo cual puede causar huesos rotos o hemorragia interna. De acuerdo con la Agencia Federal para la Investigación y Calidad de la Atención Médica (Agency for Healthcare Research and Quality, AHRQ), aproximadamente un tercio de esas caídas pueden prevenirse.
Protégete. En el momento de ingresar al hospital, asegúrate de que el personal evalúe el riesgo que corres de caerte. “También deberían preguntarte si te has caído en los últimos meses, y de ser así, cuántas veces y en qué circunstancias”, dice Patricia Quigley, Ph.D., experta en enfermería, exdirectora asociada del centro de investigación Patient Safety Center of Inquiry en el hospital James A. Haley Veterans’ Hospital en Tampa, Florida. “¿Te tropezaste con tu perro o te caíste mientras estabas en el baño?”
También hazle saber al personal del hospital todos los medicamentos que tomas porque algunos, como los antidepresivos, pueden hacer que seas más propenso a las caídas. Si corres mucho riesgo, pídele al personal que tome medidas para protegerte; por ejemplo, que libere el camino hacia el baño haciendo a un lado la barra del suero intravenoso y que te proporcionen un bastón o andador. Siempre pide apoyo si necesitas ayuda para acostarte y levantarte de la cama.
2. Uso indebido de antibióticos
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), a más de la mitad de los pacientes de todos los hospitales se les suministran antibióticos y en al menos el 50% de las veces no se necesitan o se les da un antibiótico incorrecto.
El abuso de estos medicamentos puede producir bacterias resistentes a algunos antibióticos, lo cual hace que las infecciones sean difíciles de tratar. Además, los antibióticos pueden eliminar las bacterias buenas que normalmente viven en el intestino, lo que permite que las bacterias perjudiciales se reproduzcan libremente. Esto puede predisponerte a desarrollar una infección peligrosa que ahora prevalece en los hospitales: clostridium difficile, o C. diff. Anualmente, al menos 250,000 personas desarrollan infecciones por C. diff relacionadas con el uso de antibióticos y 14,000 mueren.
Protégete. Si tu médico quiere darte un antibiótico, pregúntale el motivo. Cuando los médicos sospechan que hay infección, deben hacer, de ser posible, un cultivo rápido para determinar con exactitud la posible bacteria, de manera que puedan recetar el antibiótico más eficaz con la dosis más baja. (Los cultivos tradicionales pueden tardar de 3 a 7 días).
Hasta 440,000 estadounidenses mueren anualmente luego de haber sido víctimas de errores médicos en el hospital, tales como infecciones o errores en los medicamentos suministrados.
3. Mezcla de medicamentos
De acuerdo con un estudio pequeño realizado por Harvard y publicado en línea en octubre pasado, los errores con los medicamentos o las lesiones relacionadas con el uso de un medicamento ocurren en aproximadamente la mitad de las cirugías, a menudo cuando se administra al paciente una dosis incorrecta.
En general, un estimado de 1,000 errores con medicamentos ocurren en los hospitales diariamente, los cuales podrían prevenirse. “Hay muchas oportunidades en las que una orden para un medicamento puede confundirse ya que esta pasa del médico a un farmacéutico, luego a una enfermera para que lo administre y el error puede ocurrir en cualquier lugar a lo largo de la cadena”, dice la doctora Tejal Gandhi, M.P.H., presidente y directora ejecutiva de la fundación National Patient Safety Foundation.
Protégete. Asegúrate de que el personal del hospital esté enterado de todos los medicamentos que tomas, incluso los medicamentos de venta libre y los suplementos alimenticios porque estos pueden interferir con los medicamentos de venta con receta. Cuando el médico receta medicamentos, tú o tu acompañante deberán anotar qué es cada medicamento, para qué sirve, con qué frecuencia debes tomarlo y en qué dosis. Cuando la enfermera administre el medicamento, verifica que sea el medicamento y la dosis correctos.
4. Reposo en cama innecesario
Permanecer en cama es casi inevitable mientras estás en el hospital, especialmente si estás muy enfermo. Pero es muy importante que tengas actividad tan pronto como te sea posible, porque ahora las investigaciones demuestran que caminar ayuda a que los pacientes hospitalizados se recuperen más rápido y salgan del hospital antes.
De acuerdo con un estudio realizado por Johns Hopkins University en 2014, permanecer quieto mientras estás hospitalizado puede debilitarte, haciéndote propenso a sufrir caídas incluso meses después. “Con frecuencia, se supone que los pacientes deben levantarse de la cama al menos 2 o 3 veces al día, pero a veces es un reto para los enfermeros estar siempre disponibles porque también están ocupados atendiendo a otros pacientes”, dice Gandhi.
Protégete. Incluso si no te han autorizado a que te levantes y camines, puedes intentar moverte mientras estás en la cama: haz movimientos circulares con los tobillos, o aprieta y relaja las manos formando puños. Si te sientes muy débil para caminar o no puedes mantenerte firme mientras estás de pie, pide que te den fisioterapia y no dudes en recordarle al personal que necesitas esa terapia. “Si tu plan de atención médica te recomienda levantarte de la cama 3 veces al día, asegúrate de tocar el timbre para que una enfermera llegue a ayudarte”, dice Gandhi.
5. Alta desorganizada
De acuerdo con la Agencia Federal para la Investigación y Calidad de la Atención Médica (AHRQ) para algunas de las afecciones más comunes atendidas en los hospitales, al menos uno de cada 5 pacientes es readmitido en los 30 días después de haber sido dado de alta. Aunque algunas veces esto es inevitable, con frecuencia se debe a alguna infección que surgió después de que el paciente regresara a su casa o porque fue dado de alta antes de estar listo y aún necesitaba más tratamiento.
Protégete. La investigación de Consumer Reports descubrió que los hospitales que realizan un buen trabajo en dar todas las instrucciones del alta a los pacientes tienden a tener tasas más bajas de readmisión. Tú, o un amigo o un pariente, deberían reunirse con un planeador del alta al menos un día antes de cuando se tenga programado dejar el hospital.
Solicita un resumen claro y por escrito de lo que deberías hacer cuando estés en casa, incluyendo cómo cuidar cualquier herida quirúrgica, si necesitas hacer dieta o tienes alguna restricción de actividades, una lista de los medicamentos, copias de los resultados de todos los exámenes y la programación de la cita de seguimiento. También deberás preguntar cuándo buscar atención inmediata y a quién contactar en ese caso.
Tres medidas claves para una estancia más segura
De acuerdo con Lisa McGiffert, Directora del Proyecto Paciente Seguro de Consumer Reports, estos son los pasos más importantes que debes realizar para protegerte mientras estés en el hospital:
1. Insiste en la limpieza de las manos. Pregúntale a todo el que entre en tu habitación si se lavaron las manos (y si lo hacen en tu lavamanos, pídeles que lo hagan durante 40 a 60 segundos). Solo frotarse las manos con desinfectante de manos a base de alcohol no es suficiente para destruir algunas bacterias, tales como la peligrosa C. diff.
2. Que un amigo o pariente esté contigo. Con frecuencia, los hospitales son lugares caóticos. Tener a alguien cerca puede ayudarte a identificar errores, hacer preguntas y tomar notas. Los momentos más importantes para que alguien te acompañe son los fines de semana y los días festivos, que es cuando hay menos personal y cuando cambian los turnos, y con frecuencia es cuando ocurren los errores.
3. Mantén un registro. Mantén una libreta y un bolígrafo a la mano para poder escribir (tú o quien te acompañe) cuando los médicos lleguen a verte y así anotar qué medicamentos recibes y cuándo, y cualquier pregunta que tengas. Si ves algo que parezca inusual, tal como un medicamento que no reconozcas, escríbelo o tómale una foto con tu teléfono.
También puedes utilizar tu teléfono para grabar tus ideas o las conversaciones que tengas con enfermeros y médicos. “Solo explícales que lo estás grabando para poder recordarlo después”, dice McGiffert. “El personal del hospital no debería tener ninguna razón para oponerse“.