Rick Perry quiso eliminar el departamento de energía y ahora es nombrado por Trump para dirigirlo
El funcionario no es un científico, como los dos anteriores secretarios de un departamento crucial en la seguridad nuclear del país, pero sí es un entusiasta de los oleoductos y la energía petrolera, lo que preocupa a los medio ambientalistas.
El ex gobernador de Texas Rick Perry es el escogido por el presidente electo Donald Trump para encabezar el Departamento de Energía, una agencia que el texano prometió eliminar cuando se candidateó a presidente en 2012 y cuyo nombre luego olvidó durante un debate al listar los tres departamentos que eliminaría de un plumazo.
Pero la reacción a su nombramiento revela lo que realmente está en juego: Perry rechaza los reglamentos federales para regular las emisiones de carbonos y ha dicho que el cambio climático y el daño humano al medio ambiente “no están comprobados”.
El ex gobernador de Texas, un estado petrolero, se opone a que el gobierno federal intervenga o regule las empresas petroleras y energéticas en un intento por limitar el daño al medio ambiente y apoya la expansión en la producción del petróleo y el gas, incluyendo la construcción de oleoductos.
De hecho, Perry está en la junta directiva de la empresa (Energy Transfer Partners), constructora del oleoducto de Dakota Access que generó las intensas protestas de la tribu Sioux de Standing Rock. Trump también tiene acciones en la empresa.
Un entusiasta de las petrolíferas
Su cercanía con la industria del petróleo y su oposición a los reglamentos sobre empresas del ramo es probablemente la razón por la cual Trump lo eligió para liderar el departamento, indicó Craig Pirrong, profesor de finanzas de la Universidad de Houston.
“Perry tiene experiencia ejecutiva en el estado que lidera la producción energética en Estados Unidos y ha apoyado muchas de las políticas que Trump favorece, incluyendo los oleoductos y la expansión de la producción de petróleo y gas”, dijo el catedrático.
El ex gobernador de Texas está muy lejos de tener la preparación científica que han tenido los anteriores secretarios de energía, particularmente los dos nombrados por el presidente Barack Obama.
Los dos secretarios del departamento del actual gobierno han sido físicos de profesión, y uno ganó el Premio Nobel de Física mientras el otro dio clases en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, una de las instituciones de educación superior más prestigiosas del país.
Perry, aparte de su experiencia como entusiasta de la producción petrolera y gobernador de Texas, es graduado de “Ciencia animal o zootecnia”, una educación muy apta para el primer trabajo político que tuvo el texano, cuando fue comisionado de Agricultura del estado.
Pero el departamento de energía no lidia con animales, sino con investigaciones sobre tecnologías energéticas emergentes, regular la eficiencia energética y el manejo de las armas nucleares del país, incluyendo la construcción de reactores nucleares para barcos de la Marina estadounidense.
Defensores del medio ambiente deploran selección
Los promotores de un medio ambiente limpio no están contentos con el nombramiento de Perry. El presidente de la Liga de Votantes de Conservación, Gene Karpiski, dijo que el político no está capacitado para ser secretario de energía.
“Perro niega el cambio climático, se opone a la energía renovable, aunque es un negociazo en Texas y no cree siquiera que el dióxido de carbono es un contaminante”, dijo el líder conservacionista. “Además, Perry está en la bolsa de grandes empresas contaminantes que han dado 2.5 millones a sus campañas presidenciales”.
Cuando era precandidato presidencial en 2012, Perry prometió hacer desaparecer parte de la burocracia federal basado en la idea política conservadora de que el gobierno federal debe intervenir lo menos posible en la vida del país. Uno de los departamentos que según él tendría que desaparecer bajo su presidencia es el de energía, a pesar del rol de este en manejar las armas nucleares del país y los laboratorios científicos nacionales.
Pero su candidatura desapareció mucho antes que cualquier burocracia, tras el famoso y vergonzoso momento en el cual Perry trató de decir los tres departamentos que eliminaría durante un debate de los precandidatos presidenciales y justo se olvidó del de energía, que ahora va a liderar, aunque luego los cambió en otra entrevista por otros diferentes.
El reconocer que no pudo recordar el tercer departamento (que más adelante identificó como el de energía), Perry terminó con la expresión “Ooops”, que indica una metida de pata. Este fue el comienzo del final de su candidatura en 2012.
El senador de Nuevo México Martin Heinrich (demócrata) y miembro del Comité de Energía y Recursos Naturales del senado, apuntó a la responsabilidad del departamento de energía en manejar los laboratorios del National Security Nuclear Administration, que investigan y mejoran la seguridad nuclear del país.
“El departamento de energía es central para la vida económica de Nuevo México y los científicos que trabajan en los laboratorios están entre nuestros intelectuales más importantes”, dijo Heinrich. “Poner a cargo de esto a Perry demuestra la hostilidad que el presidente electo tiene al trabajo que ellos hacen. Yo no creo que Perry entiende el rol de este departamento en la seguridad nuclear de este país. Simplemente no está capacitado”.