Talentosos y hambrientos de gloria, los Warriors revolucionan la NBA
Golden State está cambiando el baloncesto y tal vez un poco la cultura de los deportes en Estados Unidos
Los Lakers del “Showtime” con Magic Johnson y Kareem Abdul-Jabbar ganaron cinco Finales de la NBA a lo largo de los 80. Michael Jordan condujo a los Bulls a dos tricampeonatos en la década de los 90. Los Spurs de San Antonio de Gregg Popovich con Tim Duncan como pilar en la cancha acumularon cinco coronas cabalgando hasta por tres distintas décadas (1999-2014).
Todos esos equipos fueron dinastías que marcaron época. Y ahora hay otro conjunto que empieza a adquirir su propio lugar especial en la historia del básquetbol: los Warriors de Golden State.
El impacto que el equipo de la Bahía de San Francisco está teniendo en la NBA va más allá de su campeonato logrado hace un par de años y que seguramente no será el único.
Por contar con algunos de los más grandes tiradores de todos los tiempos, por tener un quinteto abridor que es casi como una selección de “All Stars” y por desplegar un explosivo y muy divertido estilo de juego como pocas veces se ha visto, Golden State está cambiando a la NBA, al deporte del baloncesto y tal vez un poco la cultura de los deportes en Estados Unidos.
El nuevo rico del barrio
Conforme pasen los años, todo buen aficionado a la NBA apreciará cada vez más lo que estos Warriors de Golden State han estado haciendo en la cancha. El libro de récords será una evidencia irrefutable.
El equipo que dirige el entrenador Steve Kerr impuso en la temporada 2015-16 una marca que muchos pronosticaron inalcanzable: 73 juegos ganados para dejar atrás los 72 de los Bulls de Jordan en 1995-96.
En esa temporada, Golden State impuso, increíblemente, más de 25 récords de la liga, incluyendo las 24 victorias seguidas con las que el equipo inició la competencia, las 88 que acumuló contando playoffs y los 54 juegos ganados en fila como local en la Oracle Arena, que como es lógico pasó a ser una especie de casa de locos.
Los Warriors, en contraste, también quedaron registrados como el primer equipo en dejar ir una delantera de tres juegos a uno en unas Finales de la NBA, permitiendo que LeBron James y los Cavaliers de Cleveland les arrancaran el título y les impidieran convertirse en bicampeones.
Pero lo único que ese amargo final provocó fue que los Warriors, ya de por sí armados con el dos veces “MVP” de la liga Stephen Curry, su otro tirador estrella Klay Thompson y el versátil hombre grande Draymond Green, se decidieran a ir por el basquetbolista que todos los equipos soñarían tener en sus filas.
Kevin Durant escuchó ofertas de Spurs, Clippers, Heat, Warriors y Thunder, franquicia esta última con la que el espigado astro había militado sus nueve temporadas como profesional. “KD” se inclinó por el equipo que le daba la mejor posibilidad de pelear por campeonatos y escogió a Golden State.
En la Bahía celebraron el arribo de un hombre que puede ayudar a los Warriors a pasar de ser un deslumbrante equipo de campeonato a uno de época, una dinastía. Al mismo tiempo, el resto de la NBA vio con recelo cómo el rico se hacía más rico.
‘En una liga aparte’
Golden State ganó 46 de sus primeros 54 partidos de la actual temporada y ya adentrados en la segunda mitad de la campaña sólo se ve a otro equipo capaz de pelearle de tú a tú, los Spurs de Popovich. Pero incluso el llamado “Coach Pop” se quita el sombrero ante el equipo de moda de los deportes americanos.
“Ellos son una cosa hermosa”, dijo el siempre exigente Popovich hace algunos días para referirse al básquetbol que practican los Warriors. “Yo no estudio video de juegos de Golden State. Yo miro sus juegos de vez en cuando porque Golden State es en verdad divertido. Tienes que admitirlo: están en una liga aparte de nosotros”.
El éxito de los Warriors empieza con su talentosa escuadra. Ningún equipo puede presumir tener un cuarteto de estrellas de tan alto nivel como Golden State con Durant, Curry, Thompson y Green. Los cuatro estarán en el Juego de Estrellas del 19 de febrero y ninguno rebasa los 28 años de edad, lo que significa que al menos teóricamente pueden jugar juntos por los siguientes seis o siete años.
La buena época de Golden State realmente empezó desde antes que Kerr fuera su entrenador. El despegue de Curry y Thompson ocurrió bajo la dirección de Mark Jackson, quien les dio vuelo a los “Splash Brothers” cuando proclamó que formaban la mejor dupla de tiradores de la historia. Entonces sonó a locura, pero la leyenda de los Knicks quien ahora es comentarista sabía lo que decía.
Esos Warriors ya eran muy peligrosos. Jugaban a gran velocidad, con una defensa intensa que ya contaba con Green como su “justiciero” y, por supuesto, un ataque explosivo con los triples relampagueantes de Curry y Thompson.
Cuando Kerr llegó a su actual cargo para 2014-15, aprovechó el trabajo hecho por Jackson, el continuo desarrollo de Curry, Thompson y Green, y llevó al equipo al siguiente nivel al permear al vestidor con su positiva personalidad: una máquina bien aceitada, ambiciosa, divertida y reforzada en su banquillo, que ganó 67 juegos y que obtuvo su primer título de la NBA en 40 años.
La progresión de Golden State
Ganados y perdidos de Golden State en sus últimas seis temporadas (posición global de temporada regular entre paréntesis)
Temporada Récord
2011-12 23-43 (23º)
2012-13 47-35 (10º)
2013-14 51-31 (8º)
2014-15 67-15 (1º)
2015-16 73-9 (1º)
2016-17 46-8* (1º)
*Hasta el 13 de febrero
De la noche a la mañana, los Warriors estaban revolucionando al deporte. Su manera de correr la cancha y su asombrosa habilidad para anotar triples hizo que los expertos trataran de explicar cómo Golden State podía ganar cualquier noche incluso encestando menos tiros de campo que el rival. Ellos también obligaron a otros equipos a replantear su estrategia con énfasis en la defensa de perímetro.
Algunos comentaristas han estimado que en futuras generaciones más y más jugadores tratarán de seguir los pasos de Curry intentando jugar como lo hace el reinante “MVP”, el mejor tirador de triples que ha existido. Y si eso termina ocurriendo, entonces habrá que considerarlo un basquetbolista revolucionario.
Cuando los rivales de Golden State quisieron defenderse del triple, sólo ayudaron a descubrir más la calidad pasadora de los Warriors y la generosidad para siempre dar un pase más y encontrar al jugador libre.
“Tú tratas de descifrarlos, pero ellos son en un sentido indescifrables por la particular mezcla de talento”, decía Popovich incluso desde antes de que Durant se uniera al show de los californianos. “No es sólo que Steph puede hacer tiros o que Klay puede hacer tiros o que Draymond Green sea versátil. Todos en la cancha pueden pasar, recibir y tirar. Y todos ellos entienden la idea. Son de verdad, son talentosos. Pero también son muy, muy listos”.
Kerr ha sabido capitalizar todos esos atributos. El récord que acumula como coach del equipo (183-32 para .851) es de otro mundo. Popovich, obviamente con una galaxia más de juegos dirigidos, tiene un promedio ganador de .694 y Phil Jackson .704.
Equipo sin envidias
Hay virtudes que pueden ser implantadas en un equipo con base a trabajo, como en Golden State es, digamos, la manera de jugar. Y hay otras que simplemente existen o no, que dependen de la mentalidad y el carácter de los integrantes. En el caso de los Warriors, la humildad merece mención aparte.
Curry, el dos veces “MVP”, el de los 14.7 millones de seguidores en Instagram, pone el mejor ejemplo al no quejarse nunca por ganar mucho menos dinero que muchos otros jugadores de la NBA, incluso algunos que ni siquiera llegan a ser considerados estrellas.
De hecho, durante su mágica temporada de 2015-16 en la que el playera No. 30 despedazó su propio récord de triples por 116 (402) y alucinó a aficionados y rivales con su drible y sus coladas, Curry fue apenas el quinto jugador mejor pagado de su propio equipo. Eso dice mucho.
Sus salarios en 2016-17
Cifras en millones de dólares
1. Kevin Durant $26.5
2. Klay Thompson $16.6
3. Draymond Green $15.3
4. Stephen Curry $12.1
5. Andre Iguodala $11.1
Curry firmará pronto un merecido megacontrato, no por nada ya es uno de los favoritos del deporte mundial. Pero el sacrificio que ha hecho en su cuenta bancaria para ayudar a Golden State a armar la potencia que es hoy debe ser visto como un gesto de excelsa humildad y compromiso.
Y así, los Warriors viven sus años dorados, con mucha brillantez, con triunfos como hábito, espectáculo como necesidad, récords como alimento y un hambre feroz de hacer historia y seguir revolucionando a la NBA.