Petición para quitarle el seguro médico a los congresistas camino al millón de firmas
En poco más de dos semanas aumenta vertiginosamente la solicitud para que se aplique a los congresistas el mismo plan de seguro médico que están pidiendo para su electorado
“Hace varios años mi papá recibió la noticia de que tenía cáncer. Tristemente, murió. Mi papá trabajaba en ese entonces, pero su compañía no le ofrecía seguro, y por eso evitó ir al médico hasta que ya era demasiado tarde. Mientras el Congreso y el Presidente Trump tratan de aprobar una nueva ley de salud, recuerdo a mi padre y pienso sí hubiera logrado sobrevivir de haber tenido acceso temprano a un seguro de salud adecu“. Así comienza una petición que en poco más de dos semanas está a punto de alcanzar el millón de firmas, recabando gran apoyo en las redes sociales.
Su autor es Daniel Jiménez, un joven de origen hispano de 30 años, que trabajaba como planificador de transporte en Portland, y se mudó recientemente a Nuevo México, según The Oregonian.
Daniel le contó a la reportera Lizzy Acker en la entrevista publicada por este medio en YouTube que incluimos en esta nota, que había creado la petición influenciado por el ambiente de indignación tras declaraciones de políticos que parecen más involucrados en el juego de poder que en encontrar una solución beneficiosa para sus votantes.
Unas hora después de publicar la solicitud para que los miembros del congreso y sus familias dejen de beneficiarse del seguro subvencionado con fondos públicos, mientras estaba con algunos colegas de happy hour en un bar, le sorprendió ver que la petición ya había alcanzado 500 firmantes, y antes de acostarse esa noche superó las 7000 firmas. En apenas 24 horas ya había recogido su meta inicial de 70,000 firmas. Lo que quiere decir que es un tema sensible para el votante estadounidense.
“Muchos de los miembros del Congreso promueven la elección como un valor americano, lo cual es una razón de más para que ellos mismos tengan que elegir su propia cobertura de salud en el libre mercado. Si la atención médica privada es buena para el ciudadano estadounidense, también debe ser buena para las personas que la defienden”, explica la introducción escrita por Daniel, que de presentarse al Congreso añadiría un peso inesperado a la balanza del debate sobre el seguro médico en Estados Unidos.
“Si el Congreso está dispuesto a reducir drásticamente los subsidios de salud para la mayoría de las personas, ¿están dispuestos a aplicar las mismas reglas a ellos ya sus familias?“, concluye preguntando la petición.