¿Por qué EEUU y Uganda ya no buscan al líder rebelde Joseph Kony?
Sigue causando temor en las regiones donde estableció su influencia
En marzo de 2012, el rostro de Joseph Kony, el líder del Ejército de la Resistencia del Señor (LRA, por sus siglas en inglés), que actuó entre Uganda, Congo y República Centroafricana, se hizo famoso alrededor del mundo.
Un video de 30 minutos, producido por la organización estadounidense Invisible Children y que denunciaba los abusos que cometía el líder insurgente contra cerca de 2.000 niños a los que había reclutado para su ejército, se convirtió en un fenómeno viral.
Miles de figuras del espectáculo se unieron a la campaña ” Detengan a Kony” y el video fue visto por más de 90 millones de personas en la plataforma YouTube.
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Las imágenes muestran cómo la presión de Invisible Children en Washington había logrado que en 2011, un año antes de la publicación del documental, el presidente Barack Obama firmara una orden para enviar 100 soldados para intentar su captura.
Pero esta semana, esa cacería llegó a su fin: Estados Unidos y Uganda decidieron finalizar su empeño de perseguir a Kony.
EEUU ordenó el regreso a casa de sus 100 hombres y el país africano señaló que Kony ya no representaba una amenaza en su territorio.
Esa decisión puso en alerta a los habitantes de la zona de influencia del líder del LRA -que llegó a tener un ejército de 5,000 combatientes-, quienes señalan que no existe tal cosa como una “amenaza irrelevante”.
Y ante la ausencia del ejército, los lugareños han comenzado a defenderse a ellos mismos.
Armas de palo y cuchillos oxidados
Pierre Mbolihundo me contó que la madera con la que construyó su escopeta artesanal viene de la selva, mientras que el gatillo y el cañón los había conseguido en una ciudad del oeste de Uganda.
Su posesión más preciada de su arsenal es la munición importada que allí guardan.
“Cada cartucho tiene entre 15 y 16 perdigones. Si ves a tu enemigo y le disparas, una bala puede llegar a matar a 10 personas”.
En un área como la que vive, en la localidad de Obo, ubicada en el sureste de la República Centroafricana (RCA) y bajo la constante presión del LRA, hay que ser habilidoso.
Mbolihundo es el presidente de los ” Arrow Boys ” (Los chicos de las flechas), un grupo de vigilantes que circula por las calles y los alrededores de Obo.
Pero ellos no están entrenados y su armamento es rudimentario y viejo.
Hasta ahora había reinado una relativa calma por la presencia de tropas ugandesas apoyadas por el ejército estadounidense.
Pero eso va a cambiar, una vez se haga efectiva la orden de salir del territorio.
“Ellos dicen que Kony está débil y su amenaza es irrelevante. Pero no creemos que sea así” , dijo Mbolihundo.
Joseph Kony y el LRA
Joseph Kony, líder del Ejército de Resistencia del Señor (LRA).
- Kony fundó el LRA en Uganda a finales de los años 80. Dijo que quería gobernar el país de acuerdo a los 10 mandamientos.
- El LRA está acusado de “aterrorizar” a la población del norte de Uganda.
- Han secuestrado a miles de niños para que peleen en sus filas.
- La Corte Penal Internacional emitió una orden de captura contra Kony en 2005.
- Kony y el LRA fueron expulsados de Uganda en 2006.
- #Kony2012 fue la campaña que impulsó la búsqueda global de Kony.
- Estados Unidos apoyó al ejército ugandés en 2011 para encontrarlo.
El rastro del líder
Kony y sus hombres llegaron a la RCA en 2008. Y como ocurrió en Sudán del Sur, la República Democrática del Congo y Uganda, se les acusó de saqueos, matanzas, secuestros y violaciones.
En 2011, tras el trabajo de presión de la organización Invisible Children, se logró el envío de una fuerza de 100 soldados estadounidenses.
La idea de la misión era apoyar al ejército de Uganda para lograr “remover del campo de batalla a Joseph Kony y otros líderes del LRA”.
Seis años después, Kony continúa prófugo junto a un pequeño ejército de 100 combatientes. Pero la misión de EE.UU. ha terminado sin resultados.
” Estados Unidos no ve a Kony como una amenaza. Y cuando revisas la efectividad del LRA en los últimos años, no tiene la misma influencia de sus primeros años”, señaló el coronel Armando Hernández, uno de los voceros del Ejército de Estados Unidos.
Esta esquina de la RCA ha estado en relativa calma, pero su sociedad ha cambiado de forma dramática por la inseguridad.
Los habitantes de este bosque tropical que se extiende por el centro del continente, se han dedicado a la caza para conseguir la carne, a la recolección de miel silvestre y a la agricultura.
Pero la amenaza de la milicia ha llevado a que la gente se concentre en los centros urbanos.
Obo se ha convertido en una ciudad militar y militarizada: la mayoría de la gente sobrevive de lo que logra venderle al ejército ugandés.
Tiendas, restaurantes y bares se pueden encontrar con facilidad en la calle principal de la localidad. Y la mayoría de las cosas que se compran allí es porque son traídas en los convoyes del ejército.
Pero los militares también han traído problemas.
En enero de este año, la BBC informó sobre las denuncias de abuso sexual que presentadas contra el ejército ugandés en territorio centroafricano.
Hablamos con una niña de 12 años violada y que terminó embarazada.
Otra adolescente fue atacada en el campo.
Organismos como Human Rights Watch publicaron un comunicado donde resumieron los ataques para hacerlos públicos.
Y el vocero del ejército de Uganda, el general Richard Karemire, negó las acusaciones en un principio, pero después dijo que se están investigando los casos y tomando las medidas necesarias.
“Estamos investigando. Cualquiera que sea encontrado culpable será castigado. Tenemos dos casos que están siendo tratados en una corte marcial”, dijo el militar.
Víctimas de Kony
Ahora hay muchos menos ataques del LRA en RCA y la República Democrática del Congo que los que había en los tiempos en que fueron expulsados de Uganda.
Pero la amenaza del LRA sigue latente y solo unos pocos logran aventurarse por la selva.
Hace dos meses, Roger Guinimboli sobrevivió a un ataque del LRA. El hombre tiene una granja ubicada en las afueras de la ciudad.
“Cuando desperté, vi a un hombre en uniforme apuntándome con un arma. Ellos tomaron todo lo que tenía en mi casa y la de mi primo incluida la comida. Antes de soltarnos, nos dijeron que les lleváramos algunas cosas a sus campos”, relató Guinimboli.
Los soldados ugandeses no seguirán protegiendo a la población del sureste de la República Centroafricana.
El LRA es solo uno de los grupos armados que amenazan la localidad. Milicias cristianas y musulmanas también están luchando entre ellas debido a que continúan los efectos secundarios de la guerra civil en el país.
Ledio Cakaj ha trabajado en la región por años y es el autor del libro “Cuando la caminata te derrota: la vida como uno de los guardaespaldas de Joseph Kony”.
” Tristemente, esto no es buen presagio para los civiles “, me dijo.
“Las tropas del gobierno son incapaces de manejar todos los frentes armados que operan en el área. Y van a ser ellos los que intentarán llenar el vacío de seguridad tras la salida de las tropas ugandesas y de Estados Unidos”, agregó.
Y también tiene palabras sobre Kony.
“Mientras esté libre, siempre tendrá la posibilidad de reagruparse y reorganizar sus fuerzas, además de continuar secuestrando gente. Históricamente ha mostrado una resistencia increíble y una habilidad para sobrevivir”, escribió.
Hasta ahora, nadie ha garantizado la seguridad de Obo y de las otras poblaciones cercanas.
Los civiles aquí tendrán que afrontar la misma inseguridad que en el resto del país, que está en medio de una cruenta guerra.
Por eso Mbolihundo me dice que está tratando de preparar a sus hombres.
“El LRA todavía está en el bosque. Cuando ellos se enteren de que el ejército ugandés se ha ido, vendrán por nosotros, porque están cerca”.