Imelda Catillo conquista con sus muñequitos japoneses “Amigurumi”
La artista es capaz de recrear cualquier personaje, incluso peculiares estrellas de internet, como el famoso perrito feo “Chilaquil”.
NUEVA YORK – El encuentro de la artista mexicana Imelda Castillo con los muñequitos japoneses “Amigurumi” fue una casualidad. Todo comenzó en 2010, cuando tejía decoraciones para su hogar en Staten Island.
Su hijo pequeño le pidió que le tejiera un “Mario Bross” y su inseparable compañero “Luigi”, los populares personajes de videojuegos. Imelda no dudó en cumplir el deseo de su niño, así que se dio a la tarea de buscar tutoriales en internet.
Su cruzada virtual la llevó a un sitio web acerca de los “Amigurumi”, un arte japonés que no pasa de moda, aunque en los últimos años hay un “boom” en Europa y Estados Unidos. Se trata de muñequitos tejidos con ganchillo con lana acrílica o hilos de algodón. Los personajes van desde animales hasta cohetes y bicicletas, todo lo que se pueda recrear a base de estambres.
Imelda recuerda que sus primeras creaciones no eran tan “simpáticas” como las más recientes. La artista ha perfeccionado su técnica, logrando ventas en Europa, Estados Unidos y Sudamérica.
“Los fans de los Amigurumi me piden toda clase de personajes, algunos muy conocidos, de series de televisión y películas, pero otros son únicos. Yo he creado mis propios personajes”, comentó Imelda, una madre de cinco hijos. “Es una disciplina que requiere mucha paciencia para alcanzar la mayor calidad posible, además de mucha creatividad para lograr que los personajes concuerden con los deseos del cliente que los pide”.
Uno de los pedidos más recientes fue de Texas, dijo la artista. Un fan de los “Amigurumi” le pidió que le tejiera un “Chilaquil”, el “perrito feo” estrella de internet.
Los memes de “Chilaquil” inundaron las redes sociales este verano.
“Lo maravilloso de esta clase de arte japonés es que se pude crear cualquier personaje con solo ver una fotografía o un dibujo. Es como llevar los dibujos animados a la realidad, yo lo veo como magia”, comentó con emoción, sin soltar el ganchillo.
Imelda contó que los muñequitos tejidos se convirtieron en una importante fuente de ingresos al criar sola a sus cinco hijos, dos de ellos actualmente enlistados en el Ejército.
“Pude cultivar mi imaginación y creatividad gracias al arte, y al mismo tiempo me hice independiente económicamente. Para mí fue una forma de enseñarles a mis hijos a seguir sus sueños, a que no hay imposibles”, agregó Castillo.
Un muñequito puede implicar horas de trabajo y puede venderse entre $50 y $100, dependiendo de la calidad de los materiales y el grado de dificultad. Algunos personajes requieren un trabajo extra, explicó la artista.
Los personajes mexicanos son los más solicitados, dijo Imelda. Entre sus creaciones destacan las calaveritas de azúcar, vírgenes de Guadalupe y Frida Kahlo.